Lo primero que me gustaría decir, para que no haya dudas, es que cuando vamos de congreso, los científicos estamos trabajando. Esto no habría que recalcarlo, pero parece que cuando una persona trabaja en una empresa privada viaja por obligación, pero cuando lo hace para un organismo público es por placer. La gente nos imagina bebiendo daikiris en la playa de Cancún, cuando resulta que estamos madrugando para asistir a una charla plenaria a las 8.30 y pegarnos por conseguir algo de comer en el coffee break.