Hace 6 años | Por tnt80 a lacienciaysusdemonios.com
Publicado hace 6 años por tnt80 a lacienciaysusdemonios.com

Pues bien, unos investigadores tejanos publicaron el año pasado un elegante estudio con animales de laboratorio que clarifica esta compleja relación entre bacterias, intestino y cerebro. Los científicos estudiaron una cepa de ratones en dos condiciones diferentes, en la primera a las hembras se les alimentaba con una dieta equilibrada en donde los recién nacidos se desarrollaban con normalidad desde el punto de vista cognitivo, relacionándose adecuadamente con sus congéneres. En estos ratones hijo, los investigadores analizaron el microbioma intestinal, el cual se consideró como normal (símbolos azules enmarcados por un círculo en el abdomen de ratones que se acicalan mutuamente, tal y como se indica en la siguiente figura).

Comentarios

ernie_aka

Personalmente estoy de acuerdo con los que afirman que evolutivamente no tiene mucho sentido que un organismo albergue de forma simbiótica tal cantidad de otros organismos sin que exista una función para ello. No sólo en obesidad, también en otras conductas y patologías, como la depresión, están viendo cada vez con mayor frecuencia una influencia de la microbiota. Es curioso cómo durante tantos y tantos años se ha obviado esto. Que los humanos (y otros organismos, claro) estén repletos de bacterias debería haber sugerido algo así hace más tiempo, creo yo.

Pero claro, como dice el refrán: «a toro pasado todos son Manolete»

D

#4 Mientras estaba comiendo antes, y el bueno deSkaWorldSkaWorld me deleitaba con procaces comentarios, estaba leyendo un paper (sí, soy así de raro) que relacionaba la microbiota intestinal con procesos inflamatorios en zonas del cuerpo en las que teóricamente no deberían ser influidas por ellas por no tener acceso, así que parece cada vez más evidente que existe una relación casi simbiótica entre nuestro microbioma y nosotros mismos, con unas relaciones muy estrechas.

skaworld

#5 Ya he comido, ahora si puede hablar de paellas

atombombbaby

Interesante aporte, curioso

D

#1 Ha habido casos de pacientes con depresión que la han superado tras un transplante fecal, realizado por otras razones ajenas a la depresión, pero que tuvo ese resultado inesperado.

Gandulfo86

#2 A veces hay que tragar mierda para salir del hoyo.
No recuerdo que artículo pasó por aquí que relacionaba la microbiota intestinal y ciertos comportamientos.