No soy abogado, no he estudiado derecho y ciertamente tampoco es de las materias que más me interesen, por eso prefiero abrirme a la opinión de los expertos y conocer su opinión sobre estas materias. Y cuando hablo de expertos hablo de jueces y abogados, no de los buitres gallináceos que salen por la mañana, por la tarde y para mi desgracia también por la noche cacareando y revoloteando sobre las desgracias ajenas.
Voy a ser breve y esquemático:
-El aumento de la dureza de las penas no conlleva de ninguna forma a una mayor disuasión, es objetivo que EEUU tiene una tasa de criminalidad mucho más alta a pesar de un carácter mucho más punitivo que el nuestro.
-El aumento de la dureza de las penas conlleva generalmente que los jueces son más reacios a aplicarlas, cuando un accidente de tráfico según la legislación puede llevarte 15 años a la cárcel por homicidio imprudente es probable que el juez no aplique ninguna pena e intente escurrir el bulto. O todo lo contrario, jueces aplicando penas máximas de forma legalmente justificada para delitos o crímenes que no lo merecen.
-La pena de muerte, como concepto, descansa sobre idea de que la justicia es infalible. Cuando se le da al estado la potestad de matar de forma legal, se está entendiendo que este estado, llevado por seres humanos imperfectos, tiene capacidad de no equivocarse jamás a la hora de dar un veredicto y por tanto que nunca va a morir nadie inocente. Esto es evidentemente mentira, el peligro de asesinar aunque sea a un sólo inocente ya nos debería dar suficiente asco como para no querer verla aplicada de ninguna forma.
-La cadena perpetua, además de ser un gasto absurdo, es un parche ridículo a un problema más amplio, el encierro en prisión no debe ir orientado a sacar de la sociedad al individuo que comete un delito sino a su rehabilitación e reinserción en la sociedad, no nos engañemos, la mayoría de los delincuentes en cárceles son comunes, personas que a pesar de merecer castigo, los delitos que han cometido han sido causa directa de su ambiente y por tanto son rehabilitables. Otra historia son aquellos clinicamente imposibles de rehabilitar, la minoría, los cuales serán los profesionales aptos los que deberían opinar qué hacer con ellos. La existencia de cadena perpetua puede conllevar a lo dicho anteriormente, la no aplicación de pena alguna cuando esta es la única opción o su aplicación desmedida en casos que aunque puedan adaptarse no lo merecen.
Hemos construido unas bases de derecho durante milenios que nos han llevado al día de hoy, los juicios por odio y venganza se dejaron atrás por razones de peso y el futuro es la rehabilitación, no el castigo.
Existe un proceso de polarización política en nuestras sociedades, que se hace más evidente en España si cabe. Un proceso que ha hecho saltar los puentes y los espacios comunes que nos unían como sociedad.
Las últimas crisis, por supuesto, han tenido mucho que ver en esto. La paulatina desaparición de la clase media donde un trabajador podía acceder a unas condiciones de vida decentes han sido sustituídas por trabajos precarios que nos han hecho mirar hacia los políticos afines en busca de soluciones.
Martinez Almeida ha hecho recientemente unas declaraciones en las que relaciona la aparición política de Podemos con la elevación de la agresividad en el debate político. Declaraciones, a mi parecer, un tanto inexactas.
Antes de que Podemos se presentara a las Europeas de 2014, el partido de Iglesias no suponía ninguna amenaza, tanto es así que incluso sus miembros se paseaban por los platós de televisión de tertulia en tertulia, incluso por los canales de la derecha como Intereconomía. Fue a partir de estas eleccciones, logrando cinco escaños y conviertiéndose en el cuarto partido más votado de España cuando la agresividad escaló y comenzaron los ataques.
Ese fué el punto de aumento de la agresividad en el panorama político español y no su aparición como partido político, cuando los poderes fácticos se ven amenazados comienza la guerra de el fango, hasta el punto de la creación de una policía política que inventara pruebas para influír en la opinión pública. Suceso por el que nadie ha sido condenado.
Mis años en Argentina me mostraron la polarización de su sociedad, me enseñaron que allí la política se vive como el fútbol. Si hay que afirmar que prefieres perder el trabajo y que el país "se vaya a el carajo" mientras que tu enemigo político deje de gobernar, se afirma sin ningún tipo de vergüenza ni rubor.
Es una sociedad en la que los debates son si los policías deben o no disparar o no a los delincuentes, y en los que es común escuchar frases como: "que los maten a todos esos negros de mierda", en referencia a los jóvenes que viven en las villas y se dedican a robar y consumir paco (pasta base).
La derecha ha utilizado a Venezuela como argumento político, como arma arrojadiza, como el coco que vendrá si no les votamos a ellos. Como si no existieran ejemplos de países en la más absoluta miseria que aplican las mismas recetas liberales que ellos. Y bien, parece que al final tenían razón, Venezuela, o Argentina están llegando, pero no por las políticas que la izquierda implementa, ha llegado en forma de polarización.
Ha llegado porque la derecha no está haciendo un papel de oposición constructiva aportando alternativas políticas con las que sumar y construír un país mejor. Se ha convertido en la oposición venezolana o argentina en la que su objetivo es tumbar el gobierno a cualquier coste, aunque tengan que cometer ilegalidades, aunque la economía se resienta.
Debemos encontrar una manera de volver a tender puentes antes de que sea demasiado tarde, es fácil decirlo y complicado llevarlo a cabo; pero sí exiten lugares comunes que los trabajadores, ya sean de izquierdas o derechas, comparten. Nadie, ya sea de derechas o de izquierdas desea que la situación que vive Venezuela se traslade a nuestro país, ya basta de consignas vacías.
Me gustaría ver una derecha que en vez de ataques hace propuestas y que busque mejorar el país, no simplemente llegar a el gobierno. Como igualmente me gustaría ver una izquierda que hace lo mismo si estuviera en esa posición.
-Espera a que lleguen al centro del campo, que no puedan huir-susurró el teniente.
El soldado Romualdo tenía la cabeza del chico en el centro de la mirilla telescópica. Podía observar el blanco de sus dientes que brillaban al sol de aquellos campos de lavanda, en la llanura andorrana. Después cambió a la chica lentamente. Ojos enormes y una sonrisa maravillosa.
-Un trípode. Van a echarse un selfie los dos juntos-dijo Romualdo.
-No los pierdas de vista.
El chico cogió la cámara y se agachó para tomarle unas fotos a la chica.
-Apunta a la cabeza-ordenó el teniente mientras los seguía con los prismáticos.
Romualdo tenía en el centro de la mirilla la cabeza de la chica. Una caricia en el gatillo y los sesos de la instagramer quedarían esparcidos por las flores de lavanda en un reguero de 10 metros.
-¡Está haciendo el signo del corazón con los dedos, hija de p...! ¡Dispara ya!
-No puedo...
-¿Qué es eso de que no puedes?¿Quieres que tus futuros hijos sean influencers? ¿Qué hagan podcasts? ¿Te imaginas que tu hija se hace coaching de emprendedores? ¡COACHING, JODER! Obedece mis órdenes o atente a las consecuencias...
Romualdo seguía a la chica con la mirilla. Ese tatuaje con un ukelele en el cuello...su tez marmólea contrastando con el color de la lavanda...
-¡Solo quieren que los quieran!
-¿Que los quiera quien?
-Usted nunca lo entenderá...-y Romualdo comenzó a llorar.
-¿Pero qué estoy viendo?-gritó iracundo el teniente, sin soltar los prismáticos-¡Están haciendo una coreografía! ¡DISPARA A MATAR!
-¡No!
El teniente se lanzó sobre Romualdo y rodaron por el suelo, luchando por el fusil. Por fin, el teniente logró arrebatárselo y golpeó a Romualdo con la culata en la cara.
-¡Tendré que matarlos yo!
-¡No lo haga!-dijo Romualdo, palpándose la nariz llena de sangre.
-¡Eres un cobarde. Romualdo!-y el teniente deslizó el dedo hacia el gatillo, dispuesto a pegar el primer tiro.
-Hace años que nadie me llama Romualdo. Suscribiros a mi canal de Twich: @romagallardooficial
El teniente dejó de apuntar a la pareja para mirar alucinado al soldado, sin advertir que este movía lentamente la mano hacia su funda del cinturón.
-¿Suscribiros? ¿A quién coño le estás habland...?-el teniente no pudo acabar la frase. La bala atravesó el ojo derecho.
La pareja seguía con la coreografía y el sol se ponía sobre el campo de lavanda.
Maluma cantaba:
"Mami fuera likes y apariensia,
la alegria es sensilla siensia:
aléjate del guapo gregario,
que confunda vida y escenario"
Me he decidido a agrupar las causas (seguro que me queda alguna) del encarecimiento que estamos sufriendo a escala global y en España de los combustibles.
-Depreciación del Euro con respeto al Dólar old.meneame.net/story/euro-cada-vez-mas-debil-dolar-cada-dia-mas-fuert
-Aumento del coste del refino porque se usa gas old.meneame.net/story/capacidad-refino-cuello-botella-entre-oferta-dem
www.abc.es/economia/abci-estadistica-revela-precio-convertir-petroleo-
-Aumento del la demanda global (y China aún no ha despertado de las restricciones COVID) www.eleconomista.es/materias-primas/amp/11266869/La-demanda-mundial-de
-Sanciones desde occidente a uno de los principales productores mundiales como es Rusia old.meneame.net/story/ue-acuerda-prohibir-90-importaciones-petroleo-ru
old.meneame.net/story/embargo-petroleo-ruso-anade-presion-sobre-precio
-Impuestos del Estado www.autofacil.es/gasolina-barata/impuestos-tienen-gasolina-gasoil/2640
-Subvención pública de España de 0,20cnt al consumidor www.autobild.es/noticias/gobierno-mantendra-ayudas-paliar-encarecimien
-La Agencia Internacional de Energía avisó de que el pico sería en 2020 https://old.meneame.net/story/hemeroteca-agencia-internacional-energia-pico-petroleo-2020
-Inflación desbocada old.meneame.net/story/precio-gasolina-gasoleo-esta-disparado-no-culpa-
-¿Opep+ negándose a aumentar la producción porque Rusia es socia?old.meneame.net/story/rusia-arabia-saudi-afianzan-cooperacion-formato-
-Mínimas inversiones en nuevos proyectos por parte de las petroleras ://old.meneame.net/story/ceo-aramco-mayor-petrolera-mundo-advierte-interrupcion-mundial
-Políticos que van tarde en energías renovables y electrificación y ahora son todo prisas old.meneame.net/story/tenemos-plan-llenar-espana-enchufes-coches-elect
-Especulación de los mercados old.meneame.net/story/saudies-elevan-precios-petroleo-mas-esperado-med
-Todas las petroleras en beneficios récord old.meneame.net/story/precio-petroleo-alza-gigante-petrolero-aramco-re
-Todos quieren pescar en rio revuelto old.meneame.net/story/india-saca-partido-sanciones-rusia-compra-petrol
-Pactamos y levantamos sanciones a nuestros enemigos como Irán y Venezuela para aliviar el mercado old.meneame.net/story/estados-unidos-puede-permitir-fluya-mas-petroleo
old.meneame.net/story/biden-da-oxigeno-maduro-permite-vender-petroleo-
-Politicos que se creen economistas old.meneame.net/story/borrell-moscu-tendra-bajar-precios-objetivo-les-
-Los 7 más poderosos estados del mundo se doblegan y piden a la OPEP+ aumentar la producción old.meneame.net/story/g7-exige-opep-impulsar-produccion-mitigar-subida
¿Las consecuencias?
Dolorosas ¿3€ antes de Julio? ¿Restricciones a la movilidad los fines de semana? ¿Racionamiento por persona/vehículo/día?
Tener un programa como laSexta Xplica para intentar explicar la realidad y hacerlo tan mal, tienen delito. Ayer se pusieron a comparar los precios cuando se compran productos de marca blanca o de marca y confundieron que una cantidad sea un porcentaje mayor que otra con que el ahorro sea ese mismo porcentaje: si A es un tanto por ciento mayor que B, B no es el mismo porcentaje menor que A.
La paradoja a la que se enfrenta Rusia en esta guerra nos incumbe a todos y abre un horizonte funesto. Rusia ya ha perdido la guerra por la simple razón de que lo máximo que puede conseguir con ella es menor que lo que ya ha perdido, tanto por coste militar como por las sanciones y vetos internacionales, que previsiblemente no acabarán con un acuerdo de alto el fuego. Esto puede llevar a Rusia a una huida hacia delante a nivel estratégico y social tras un cierre en falso de la guerra de Ucrania.
Rusia ya no tiene nada que perder a nivel internacional. Es un paria y no va a poder comerciar más que con los que ya eran en cierto modo sus aliados. Pensemos por un momento en el Tratado de Versalles y Alemania. ¿Qué podía perder? La oligarquía alemana había perdido su poder internacional y casi se había visto desbancada por la revolución social en el interior del país. Alimentó un sentimiento generalizado de revancha y se atrincheró, acumulando el capital dentro de sus fronteras en lugar de exportarlo en forma de fortunas a lo largo y ancho del mundo. ¿Qué hará Rusia? Podemos esperar algo parecido. El capital obtenido dejará de transformarse en fortunas y lujos oligárquicos más allá de las fronteras y se acabará reinvirtiendo en la industria armamentística rusa. La diferencia es que Rusia no necesita lebensraum para aprovisionarse de recursos materiales con los que realimentar esta acumulación de capital. Tiene petróleo, gas y casi todas las materias primas necesarias, además de alimentos. Ella misma tiene todo el espacio vital y los recursos necesarios para capitalizarse como un hegemón a escala planetaria.
Durante la Guerra Fría Rusia no consiguió sobreponerse a EEUU por causas muy diversas, entre las que se encuentra la reconstrucción y la fatiga social tras la Segunda Guerra Mundial, los acuerdos subsecuentes, la disuasión nuclear mutua y la dolarización de medio mundo, lo que supuso una enorme ventaja para EEUU. Sin embargo, lo que nos depara el futuro puede ser distinto y más bien parecido al surgimiento de la Alemania nazi. Con capitalismo de estado y burguesización de las clases medias, resentimiento ultranacionalista y protofascista, armas nucleares y, lo que es peor: voluntad para usarlas.
El caso descrito en el artículo anterior (ver), es uno más de tantas personas anónimas o célebres que han dado su vida por defender la verdad de los hechos y denunciar crímenes e injusticias. Hay una larga lista de activistas que han sido represaliados por defender los derechos humanos más elementales. Por exponer crímenes de guerra, genocidios, delitos contra el medio ambiente, y atentados de toda índole.
Lo que me gustaría destacar en este artículo no es, paradójicamente, lo que revelan estas personas sino cómo llegan al público sus revelaciones a través de los medios de comunicación. Es necesario comprender que el tratamiento mediático que se hace de esto es generalmente interesado y muchas veces corrupto, desviando la atención de lo verdaderamente importante, ya que se pone muy frecuentemente el foco sólo en el/la denunciante y no sobre lo que denuncia. Se mira al dedo que señala y se ignora deliberadamente la luna.
Cuestionar al mensajero y por lo tanto desacreditar el mensaje que trae no es sino una estrategia discursiva que se retrotrae a la antigüedad, es una falacia lógica. Concretamente una falacia ad hominem (del latín “a la persona”), es decir, contra el sujeto que hace una afirmación.
Tenemos que ser conscientes de ello porque lo vemos cada día al encender la televisión o visitar un periódico digital. Está, desde luego, presente en los casos más mediáticos.
Por esta lógica, si el sujeto que revela la información fuera cuestionable, la información también lo será. Muchas veces se le desacredita profesionalmente y otras por su vida privada (por su forma de vestir, por su corte de pelo, por su ideología, por sus preferencias sexuales, etc).
Si esto no fuera suficiente, en muchas ocasiones se crea un caso deliberadamente sobre el informante para después utilizarlo como argumento en su contra. Si hace falta se le convierte en un delincuente, se le encarcela y después se le condena judicial y mediáticamente, desviando completamente la agenda, convirtiendo al informante del caso en el caso en sí mismo.
A veces, cuando las revelaciones de quien trae el mensaje apuntan a una persona relevante, a un gobierno, a una corporación, etc, si los hechos no son fácilmente refutables, es frecuente ver como se victimiza al denunciado y se invierte la carga de la prueba.
Es sorprendente cómo un tratamiento informativo constante en este sentido es capaz de desviar tanto el tema de fondo que acaba por “desaparecer” y hacernos olvidar por qué empezó todo.
Es muy frecuente leer una crónica política y encontrarse que, por ejemplo, un debate en el congreso de los diputados es noticia el calificativo que utiliza un político, la ropa que llevaba, lo que desayunó esa mañana o lo bronco que habló desde la tribuna, pero del debate en sí ni media palabra. En este sentido cuando se habla de los informantes que desvelan algo importante, el uso de determinadas palabras y calificativos no es un asunto menor. La forma de describir a los personajes y de presentarlos es una manera de conformar un perfil en una dirección determinada.
Podemos poner infinitos ejemplos, que si los analizáramos veríamos como tácticas de desinformación de manual. Lo hemos visto en política en miles de ocasiones: cuando Grecia dio la batalla política contra Bruselas en 2015, se habló más de la chaqueta y la moto de Varoufakis que de las negociaciones de la Unión Europea. Cuando en España surgió con fuerza Podemos, se habló más del pelo y las camisas (y de la casa) de Pablo Iglesias que de sus propuestas y políticas. Cuando salió a la luz el caso Bárcenas (nótese en el propio título del la distorsión del argumento), se habló más del tesorero que de la organización o de la trama.
También tenemos presentes los casos internacionales más sonados de la última década: las revelaciones de Wikileaks sobre los crímenes de guerra de EE.UU y los cables diplomáticos, a través de Julian Assange y Chelsea Manning, el espionaje masivo de la ciudadanía y el registro metódico del gobierno norteamericano a escala planetaria filtrado por Edward Snowden, la conspiración para aprobar la invasión y justificar la guerra de Irak revelada por Katharine Gun, por citar algunos ejemplos, cuyo resultado, no ya de las revelaciones en sí, sino del tratamiento mediático sobre ellas y las consecuencias sobre los denunciantes, han puesto en entredicho que nos hallemos viviendo en países democráticos. Es, desde luego, un certero aviso a navegantes.
Permitir que esto ocurra, que siga ocurriendo, o simplemente darnos cuenta de que no disponemos de mecanismos para defender a estas personas que han actuado en pos del bien común, o para defendernos como sociedad del tratamiento de la información, nos tiene que hacer reflexionar seriamente sobre el estado de nuestro papel en la sociedad.
A finales de 2018, la Unión Europea tramitó una ley para regular la protección a los informantes, a las personas que denuncian casos de corrupción.“The whistleblower directive” (la directiva chivato o filtrador) ha sido un primer paso, aunque se consideró insuficiente y vaga por parte de asociaciones de periodistas. La realidad es que la sociedad civil no sólo tiene que estar alerta en cuanto a la protección de estas personas se refiere por parte de quienes se denuncia, sino también, y más activamente en defenderlos de los propios periodistas y medios de comunicación que conspiran desde su propio gremio para desacreditarlos y mantenernos a los demás felizmente desinformados.
El mundo no está actuando con suficiente rapidez ni contundencia para frenar el cambio climático, provocado por el calentamiento global de origen humano. Algunos aún tienen la esperanza de resolver el problema con una transición energética, pero vamos varias décadas tarde con todo este proceso, y así seguirá siendo: si hasta ahora la inercia de los mercados privados y los beneficios económicos empresariales han sido el principal freno para la transición a nuevos sistemas energéticos sostenibles, ahora hay que sumar la imposición de una transición energética bajo la lógica del capitalismo, con el hándicap de que el mundo físico impide llevarla a cabo en tiempo y forma.
Pero aun en el hipotético caso de que la transición energética se pudiera llevar a cabo físicamente, ya no serviría de nada. Por definición la transición energética implica desembolsar una cantidad multimillonaria de dinero que no todas las economías se pueden permitir, máxime cuando los rendimientos económicos que se obtienen son muy escasos, debido principalmente a la poca madurez de las energías alternativas y su escasa implantación potencial. Problemas globales requieren soluciones globales, y la desigualdad global provoca que muchos países desoigan las alertas, o estén tan centrados en hacer funcionar sus economías, que el problema climático pase a un segundo plano. Y para más inri, encima postergamos las acciones correctoras año tras año, cumbre tras cumbre. Por un lado tenemos a la Unión Europea, que a pesar de abanderar la transición energética y la lucha contra el cambio climático, se dedica a aprobar medidas tan desastrosas como catalogar el gas natural como energía verde o ponerse a comprar gas de esquisto que viene en buques metaneros desde EEUU. Luego tenemos países con gobiernos negacionistas del cambio climático, tenemos países emergentes que quieren consumir energías fósiles para crecer, ya que occidente también lo ha hecho para el desarrollo de sus economías, etc. Un embrollo de narices, vamos.
Por tanto, hay que hacerse a la idea de que el cambio climático es imparable e ineludible, y el colapso del clima será el día de mañana. Ya no hace falta esforzarse demasiado en intentar evitar lo inevitable. Frenar la quema de combustibles fósiles ya no va a servir para frenar el cambio climático, en estos momentos solo se trata de no alcanzar nunca el aumento de los 4 grados. No obstante, tenemos abierta una ventana temporal para adaptarnos lo mejor posible al cambio. Antes que destinar tiempo, energía y recursos a intentar frenar el cambio inevitable, deberíamos empezar a trabajar ya en el diseño del mundo que necesitaremos tener tras el colapso, ya que ésta y no otra, será la única garantía de nuestra supervivencia.
Aun no tenemos clara cuál será realmente la magnitud del desastre, ni cómo cambiará realmente el clima. Tenemos pruebas de que habrá consecuencias graves para la vida y la humanidad, pero su alcance final no lo podemos medir y de momento es solo intuitivo: tenemos sobre la mesa la desertificación de muchas zonas cultivables, el agotamiento del agua dulce de los acuíferos, la rotura del ciclo del agua, la pérdida de insectos polinizadores, el colapso de la ganadería debido a las sequías, el aumento del nivel del mar debido al deshielo, el incremento de las zonas muertas, la acidificación de los mares, la sobrepesca de los animales salvajes, el colapso de las piscifactorías, la agudización de los fenómenos meteorológicos adversos que serán cada vez más extremos y recurrentes (tifones, huracanes y tornados, que harán inviable la navegación aérea y marítima), el incremento de las inundaciones que arrasarán zonas pobladas, la aparición de nuevos virus que puedan causar graves pandemias, y un posible escenario de era glacial en el hemisferio norte. Todo muy alentador.
Pero a pesar de todo, aún hay esperanza si nos preparamos para afrontar nuestro destino. Todavía disponemos del tiempo suficiente para resolver cómo va a sobrevivir la humanidad bajo estas circunstancias lamentables y construir desde ya, las soluciones viables y necesarias para garantizar nuestra supervivencia. Tenemos que trabajar en esta vía. Ahora mismo no sabemos cuánto tiempo durarán las futuras condiciones climáticas adversas que ya estamos empezando a padecer, ni si aparecerán nuevos desencadenantes inesperados: extinción masiva de especies (ya está en proceso), desequilibrios críticos en todos los ecosistemas, pérdida de luz solar debido a un aumento de nubes a escala global, etc. A pesar de todas estas incógnitas que el cambio climático nos presenta, tenemos que pensar que el colapso climático que viene, durará décadas o siglos. Y para afrontar este escenario aun disponemos del recurso más escaso de todos: el tiempo. Apenas dos o tres décadas antes del colapso definitivo de la civilización tal y como la conocemos hoy. Luego, cualquier acción será reactiva, y los contratiempos serán críticos, dificultando aún más cualquier intento de tomar medidas. Nuevamente, volverá a ser demasiado tarde para empezar a tomar medidas, y la Tierra pasará a ser un planeta hostil e inhabitable.
Entonces, ¿qué hacer? Podemos dejar que la naturaleza luche contra el cáncer humano y lo mantenga varios siglos al borde de la extinción, para volver a tener un planeta habitable tras varios milenios. Menos humanos, menos cáncer, más salud planetaria. Quizá sea la mejor solución de todas, aunque no sea políticamente correcto decirlo. Pero también podemos considerar que nos importa la vida humana y que debemos adaptarnos lo mejor posible al desastre que viene. No voy a referirme aquí a la utopía de la construcción del Socialismo, ni de poner en marcha el Decrecimiento, ni del control de la natalidad, ni de lograr el abandono de las energías fósiles ni la reducción drástica de emisiones contaminantes. Nos hacemos un flaco favor si pensamos que cualquiera de estas metas es alcanzable en el corto o medio plazo. En ese sentido, dentro del marco capitalista actual, si queremos prosperar debemos cambiar la forma en la que dependemos de la naturaleza y del clima para asegurar nuestras necesidades básicas. Y eso pasa por la obtención de recursos clave:
El Agua Dulce
La primera necesidad que tenemos que cubrir es la disponibilidad de agua dulce. Sin ella, toda la cadena alimenticia mundial desaparece. Debemos por tanto consolidar la disponibilidad de este recurso a toda costa. Una necesidad que se torna muy compleja de asegurar si tenemos en cuenta el derroche y la contaminación del agua que estamos llevando a cabo, y el hecho de que los ciclos naturales del agua se están rompiendo en muchas zonas del planeta. Estamos secando y contaminando los acuíferos, generando lluvias ácidas que destruyen la naturaleza, y muchas montañas nevadas están perdiendo su nieve por el calentamiento (y por ende el agua que acaba en ríos, lagos y pantanos). Por tanto, hay que tomar medidas sobre 2 vías principales:
La Alimentación
La segunda necesidad que tenemos que cubrir es la disponibilidad de comida, ya sea de origen animal o de origen vegetal. Si tenemos en mente el problema combinado que supone la desertificación, la pérdida de acuíferos e insectos polinizadores, y las tormentas extremas, llegaremos a la conclusión de que todo el terreno cultivable actual será papel mojado dentro de dos o tres décadas. Y si viene una época glacial, con más motivo todavía. Por tanto, necesitamos cultivar alimentos en un entorno seguro que no se vea afectado por las condiciones climáticas. Y existen alternativas. Nuevamente, hay que tomar medidas sobre 2 vías principales:
La Temperatura
La tercera necesidad que tenemos que cubrir es térmica. Necesitamos aclimatar correctamente los hogares y los lugares donde se desarrolla la actividad humana (escuelas, hospitales, instituciones, oficinas, hoteles, restuarantes, etc). Será un requisito disponer de bombas de calor que funcionen tanto para dar frío como para dar calor, y obviamente, para obtener agua caliente.
Huelga decir que, para garantizar todas estas necesidades básicas se requiere un factor transversal y crítico: tener energía para que todo funcione. Sin fuentes de energía renovable, nuclear o de combustión, estamos absolutamente muertos, no podríamos ni reaprovechar el agua, ni cultivar, ni cocinar, ni calentarnos/enfriarnos, ni tendríamos transportes de ningún tipo, ni tendríamos luz por la noche, ni podríamos usar las telecomunicaciones, ni nada.
Así que, de momento, tenemos que conservar y generar toda la energía que podamos para mantenernos con vida. ¡Hasta que el planeta reviente, y más allá!
Si nos comparamos con países menores para ganar con la comparación, seremos un país menor; si queremos ser un país importante tenemos que compararnos con los mejores países ... aguantar el sonrojo, y usarlo como acicate para mejorar como país.
Traía alguien al nótame un tweet de Pablo Haro en el que, para contestar a su vez a otro tweet de PODEMOS que decía: "el PP es experto en situarnos a la cola de todos los rankings europeos"; sin embargo, Haro no utiliza índices europeos sino mundiales. ¿Desmienten o confirman esos índices que estamos a la cola? Veámoslo. Respecto al UE-15 (los 15 países que somos Estados Miembros desde antes de 2004 entrasen países de Europa del Este: Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Alemania, Dinamarca, Irlanda, Reino Unido, Grecia, Portugal, España, Austria, Finlandia y Suecia) somos:
Solo estamos consistentemente mejor que Grecia, a veces mejor que Portugal y/o Italia ... y no muy a menudo mejor que otros. Esa es nuestra realidad como país, y eso solo hablando del UE-15, ¿qué hay respecto a esas mismas clasificaciones si consideramos los 35 países OCDE?
¿Es todo desastroso? Si seguimos el hilo en Twitter de Pablo Haro veremos algunos índices en los que estamos incluso bien (muchos de ellos, no obstante, son vinculados con el turismo: gastronomía, visitantes, monumentos, etc). Además, somos líderes mundiales en transplantes, y hay otros datos positivos relacionados con nuestro país.
La cuestión es que antes de sacar pecho debemos ser extraordinariamente cautelosos y, ante la duda, considero que es mejor ser modestos para que no nos pongan la cara colorada por hablar más de la cuenta. ¿A alguien le hace dormir mejor por las noches que España esté por delante de países del Tercer Mundo y de países en desarrollo? ¿tenemos que deleitarnos con el hecho de que las clasificaciones mundiales no nos pongan todavía como democracia dudosa? ¿o debemos ser ambiciosos y aspirar a estar a la altura de los mejores? Mi respuesta a esas preguntas es que debemos ser ambiciosos y aspirar a tener más y mejor democracia y más y mejor bienestar, y para eso lo primero es reconocer que, siendo 11º-14º de 15 en tantos índices importantes del UE-15 y 20º-25º de 35 en esos mismos índices de la OCDE, en el contexto de la OCDE y la UE España es un país pobre y con importantes carencias.
Una vez sepamos dónde estamos podremos mejorar como país; si, en cambio, viviésemos una fantasía fomentada por políticos y medios de comunicación, según la cual seríamos en general parte de una supuesta élite mundial y un espejo en el que los demás debieran fijarse, ¿qué incentivo tendríamos los ciudadanos para exigir a los políticos crecer y mejorar? Cada vez que un medio de comunicación, un político, un formador de opinión, etc, os cuenten lo mismo que Pablo Haro, tenéis mi permiso para usar estos datos (y mi invitación para buscar otros) con los que replicarles en las redes sociales y darles un baño de realidad.
Eso se debe a una técnica de ventas muy común llamada “anclaje”.
Básicamente, consiste en ponerte un producto ridículamente caro justo al lado del que realmente quieren venderte. La idea es que, por comparación, el segundo parezca una ganga, aunque su precio sea totalmente normal.
Básicamente, tu cerebro necesita una referencia para saber si algo es caro o barato. Entonces, si te ponen delante un precio alto primero (el "ancla"), todo lo que venga después parecerá más barato.
Por ponerte un ejemplo, vas a una tienda a ver televisores y te encuentras esto:
Y a continuación:
El de 599 € de repente te parece baratísimo. Pero si no hubieras visto el de 3.000 € antes, probablemente te parecería caro.
Muchas veces, ese producto carísimo ni siquiera lo quieren vender. Está ahí solo para que compres el “barato”.
Y ahora me dirás, "pero Fernando_x, esa técnica de venta es viejísima, claro que la conocía, yo no caigo en esos trucos" "voy a votarte irrelevante"
Estoy seguro de que no conocías esta otra variante.
En este otro caso el vendedor es un periodista que te quiere hacer creer un bulo. La noticia es tan falsa, que no te la vas a creer sin pruebas. Así que coloca junta a esta, otra noticia que es un bulo tan burdo e increíble, que en comparación la noticia original ahora empieza a parecer más creíble.
¿sabías que esto existía? Mira este ejemplo:
Tienes la noticia de que Pedro Sánchez se beneficiaba económicamente del negocio de burdeles de su suegro. Es claramente un bulo, ¿no es verdad? ¿No? ¿Seguro? Y si ahora pongo a su lado la "noticia" de que "Begoña Gómez es un transexual, un maromo con una tranca más grande que su marido" ¿queeeee?
Esta "noticia" es taaaaan burda que en comparación la primera empieza a ser más creíble.
Y la gente cae en este engaño. Lo tienes a diario en redes sociales. Viralizar a diario barbaridades absurdas que luego en comparación cuando sueltan la más moderada, que es la que realmente te quieren vender, en comparación parece creíble. Incluso para los que se creen tan listos que nunca caerían en la trampa del vendedor de televisiones.
En resumen, Telefónica quiere hacer volver a sus empleados a trabajar físicamente en sus oficinas. Los empleados de Telefónica llevan un año trabajando en remoto y superando todos los objetivos propuestos por la empresa. Este año se han batido records de ingresos y todos hemos trabajado en remoto. Es importante destacar que prácticamente la totalidad de los empleados de Telefónica tiene una actividad teletrabajable, salvo muy pocos puestos clave en su rama de operaciones.
Con su plan #recomenzamos Telefónica plantea hacer que todos sus empleados (salvo empleados de riesgo alto) retomen la actividad presencial a partir del día 5 de abril. Cabe recordar que en comunidades como Madrid continuamos en alerta nivel 4 por pandemia. Se plantea volver tras las vacaciones de semana santa, con el lógico repunte de infecciones que suele haber posterior a cualquier festividad.
La inmunidad de la población no supera el 5%, muy lejos del 70% necesario para tener una mínima protección vía inmunidad de grupo. Prácticamente ninguno de los empleados de Telefónica a los que se plantea hacer volver a trabajar en presencial está dentro de los grupos prioritarios de vacunación.
Lamentablemente, a pesar de que esta situación es conocida por los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT han dado su visto bueno a volver a trabajar en presencial, aludiendo a conceptos tan vacíos como "es el momento de recuperar nuestras vidas". Ni siquiera han preguntado a sus afiliados respecto a la posibilidad de negarse o de convocar una huelga.
La iniciativa de Telefónica es una de muchas. Las vidas y la salud de sus trabajadores están en segundo plano respecto a los apetencias de sus directivos, ya que ni siquiera hay un criterio de productividad detrás. Simplemente un capricho que puede costar vidas y dejar secuelas permanentes a sus trabajadores, como ya las han sufrido varios de mis compañeros.
La lucha de Telefónica contra el teletrabajo es totalmente contraintuitiva, tanto por su propia actividad empresarial como por los resultados obtenidos en este año de teletrabajo. Quiero escribir estas líneas esperando que alguien en su dirección recapacite y piense en la responsabilidad social y en la salud de sus empleados. Me gustaría que la empresa mantuviera el buen criterio del último año de permitir el teletrabajo en la que es ya la peor pandemia de los últimos 50 años.
Sé que este planteamiento no es único de Telefónica, pero creo que es el momento de que alcemos la voz y rechacemos como sociedad este tipo de prácticas. Si quieres darme voz, te animo a que menees este artículo. Si eres accionista de Telefónica, te animo a que participes en la próxima junta de accionistas. Los puntos principales del día incluyen reelegir al actual CEO y aumentar las bonificaciones a los directivos, pero quizá quieras sacar a la luz este tema que tiene una implicación directa en las vidas de sus empleados y en la responsabilidad social del grupo.
Muchas gracias por leerme. Y si estás en una situación similar, ánimo. Es el momento de señalar a las empresas que juegan con la vida de sus empleados.
En un Consejo de Ministros, Gómez de Llano, ministro de Hacienda de Franco, le dijo al dictador que Berlanga era comunista. Franco le contestó, cortante: “Berlanga no es comunista, es algo peor, es un mal español”.
Jamás he conseguido explicarme cómo pudo el director valenciano sacar adelante tantísimas películas, ni aún con esa inteligencia apabullante que él y Azcona utilizaban a modo de calzador infalible para hacerlas pasar a través de los poquísimos resquicios que dejaba la implacable censura franquista.
El caso de El Verdugo es algo extraordinario. ¿Cómo pudo una película tan sumamente cáustica, honesta y, ante todo, destructiva para con el régimen, salir a la luz y no solo eso, sino llegar a concursar en el Festival de Berlín para erigirse como ganadora absoluta del Oso?
Mark Cousins, afamado crítico y creador del que es, probablemente, el más excelso y completo documental sobre la historia del cine (The story of film, ver en Filmin) dijo de la famosa secuencia en la que se lleva a un tipo a rastras hacia el patíbulo, que es, probablemente, “la mejor escena jamás realizada en la historia del cine”.
Esa escena fue, precisamente, mi primer contacto con Berlanga. La vi un verano, en la playa, siendo adolescente y me dejó completamente en shock. Una dependencia carcelaria, fría y desolada, en la que coinciden dos víctimas, el reo y el verdugo, ambos rodeados de grupos que les encaminan a una puerta de salida sin retorno posible, real o metafórico según los casos. La víctima, que sabe que va a morir, claro, avanza entre el desmayo y la negación, pero sabiendo de lo irremediable de su condición. Se medio desmaya, se niega a avanzar, casi vomita, los guardias se ven obligados a arrastrarla hacia su final. Ese sombrero que se cae y se queda como flotando en la nada, en un plano completamente vacío, hasta que llega alguien y lo coge. La engañosa inocencia de ese objeto en mitad de la nada.
Pero he aquí la magia de El Verdugo, porque la situación, enormemente trágica, no pierde en ningún momento su parte humorística, coçn esa mescolanza de voces y diálogos entrecortados, tan de Azcona, que transforman el drama, la negrura infinita de una España muerta, en una comedia sí, pero en una comedia que te rompe de arriba abajo cuando la puerta se cierra y te inunda el silencio.
No hay nada más berlanguiano que esa secuencia de un minuto, tampoco hay nada más español.
Y cuál fue mi sorpresa cuando, una década después, vi la película por primera vez y descubrí que la persona que avanzaba tranquila era la víctima y la que se negaba a su destino y tiene que ser arrastrada por los dos guardias es el verdugo. Colapsado ante mi total necedad, entendí muchísimas cosas: el poder de la escritura, el cómo una leve sustitución puede suponer la diferencia entre lo absolutamente inolvidable y la mera anécdota, pero sobre todo, en ese momento descubrí la valía de la dupla Berlanga/Azcona y cómo frente al hambre, la estrechez de miras, el dolor, la pobreza, el miedo, la censura y un país paleto, romo y sin porvenir, el talento puede sobrevivir y crecer con más brillantez que frente a la complacencia, la calma, la placidez y la bonanza.
Así que la víctima avanzaba tranquila y digna hacia su destino y era el verdugo el que no podía soportar las consecuencias que él mismo había elegido. Joder...aquello me partió en dos.
España siempre ha sido berlanguiana, incluso antes de que Berlanga existiese y por eso esta escena está basada en un hecho real de nuestra España, protagonizado por un verdugo que, en Valencia, se negó a hacer su trabajo al enterarse de que la condenada al garrote vil era una mujer. El susodicho necesitó de 2 inyecciones con calmantes para cumplir con su deber. Berlanga escribió la escena, pero no encontró el momento ni la inspiración para añadirle una hora y media. Años después, ayudado por Azcona, la convierte en una película extraordinaria que se estrena a principios de los 60 en una España que seguía encerrada en un ultracatolicismo pegajoso y transversal que travestía cada minúscula traza de disrupción y creatividad en un conato de rebelión imperdonable..
El verdugo es, sin duda, una crítica a la pena de muerte, no hay que ser muy lince para descubrir eso, pero como el propio Berlanga explica, eso no es lo más importante, hay una cuestión que esta película pone delante del espectador de una forma poderosísima, implacable y dolorosa y que alcanza su culmen en esa escena en la que el verdugo es llamado a la ejecución mientras se toma un café y comienza la fase de negación, cuestionando al guardia “¿pero no iba a llegar el indulto?”.
Es el problema de la libertad humana, el cómo aplazamos la lucha frente a todo lo que sabemos que está mal, todo lo injusto, por una pequeña parcela de bienestar. El verdugo, que ha vivido todo el tiempo sin tener que cumplir con el negro destino, tranquilo, en casa y apartado del horror, de pronto descubre que lo que era un chollo es el trabajo más terrible que uno deba realizar. Hay aquí un poderosísimo simbolismo que trasciende al propio personaje y que escupe en la cara de millones de españoles que viven atrapados en una dictadura, si no están vendiendo su libertad, su dignidad, su raquítico porvernir, por unas trazas de casposa, oscura, precaria, engañosa e indigna tranquilidad.
Dice Berlanga de El Verdugo: “Dentro de esa película, no está implícito pero está explícito, el enorme peligro de decir sí”. El enorme peligro de conformarse, de no meterse en problemas, de pensar que la tragedia, aun sabiendo que está afectando a otros, en mi país, incluso en mi ciudad, nunca me rozará. O como dijo Fernando Fernán Gómez sobre esta obra magna: “Esa actitud tan sumamente española de creer que la vida es un camino de rosas y espinas pero eso sí, las espinas, que se las coma otro”.
La guinda es Pepe Isbert, que, en un papel antológico, representa también a la otra España, que Berlanga, de forma extraordinaria, logra igualar a su opuesta, pues si el verdugo joven vende su dignidad por el confort y de pronto se encuentra con el miedo a matar, el verdugo viejo afirma que “solo se pasa mal la primera vez” y luego vende su dignidad al confort de practicar un trabajo inhumano, que es "solo trabajo", sí, pero que no es otro que matar.
Los que se conformaron y no hicieron nada y los que se conformaron y lo hicieron todo. Imposible resumirlo mejor. Jamás nadie hizo un retrato mejor de un país que no ha cambiado ni un ápice, porque lo berlanguiano, no solo existió antes de Berlanga, lo berlanguiano sigue y seguirá existiendo después de Berlanga.
El 12 de Abril del 1972, un amigo reconoce a un policía, su amigo de la infancia, en la huelga obrera del "Joint Français" en Saint-Brieuc, en Francia.
El hombre coge al policía por el chaleco y le grita "Pégame, para esto estas aquí."
El amigo le responde "No te voy a pegar".
Esta escena luego dió luz en el 2004 a esta pelicula "Frères de classe", vimeo.com/158933061
Estos días se ha producido bastante revuelo en el parlamento autonómico murciano porque el PSOE ha votado en contra de una moción del PP que proponía imponer en toda España una asignatura (que se impartiría en la ESO) sobre enseñanza de la Constitución Española www.murcia.com/region/noticias/2024/12/03-el-psoe-se-opone-a-que-los-a Dicha asignatura, desde hace un curso, ya se imparte en los institutos murcianos.
Sinceramente, no me ilusiona una asignatura sobre enseñanza de la Constitución configurada por el PP ¿Por qué? Por adoctrinadora. Adoctrinar es predicar una visión ideológica o religiosa en las aulas sin dar espacio para el análisis y debate de visiones alternativas. Por eso los colegios del Opus son ejemplo de adoctrinamiento, mientras que en las universidades públicas es difícil que se adoctrine, pues conviven profesores de diverso pensamiento que mostrarán al alumnado las distintas perspectivas sobre la realidad (lo ideal es que el profesor, aun expresando sus puntos de vista, fomente el debate sobre otros alternativos, pero incluso si no lo hiciera es seguro que otro compañero suyo con ideología diferente lo hará).
Una vez alguien me dijo que yo adoctrinaba por defender la república como mejor forma de Estado. Yo le repliqué ¿Y los profesores que alaban a Campechano en clase no adoctrinan? Y me soltó, con todo su morro, que eso era defender las instituciones. Es el curioso concepto de adoctrinamiento que tiene gran parte de la derecha: si defiendes lo establecido (que obviamente se basa en una opción ideológica conservadora) no adoctrinas, sino que te limitas a algo así como explicar el orden natural de las cosas. Como si no hubiese otras formas de organizar el Estado y regular los derechos ciudadanos en otras partes del mundo (sin ir más lejos, entre muchos de nuestros vecinos europeos) más acordes con la democracia real y la justicia social que, como mínimo, merecen ser escuchadas al mismo nivel que las vigentes en España. De ahí mis temores a que una asignatura sobre la Constitución impulsada por el PP sea puro adoctrinamiento para crear futuros ciudadanos sumisos, complacientes e inconscientes de sus derechos.
No obstante, sí que me parece fundamental establecer una asignatura de formación jurídica básica que, al menos, se dé en 3º y 4º de la ESO, y que tenga por objeto informar a cada ciudadano de sus derechos y los resortes para ejercerlos en los ámbitos más relevantes de su vida: el laboral, el de relaciones con las administraciones públicas y ejercicio de sus derechos políticos, y el familiar-afectivo sexual. Por ejemplo, el grueso de los abusos laborales se producen porque los trabajadores no conocen sus derechos frente al empresario o las armas que tienen para hacerlos efectivos (por ejemplo, desconocer qué es un convenio colectivo y su primacía sobre las condiciones "pactadas" individualmente con el empresario, o no saber que puedes grabar a tu jefe sin su consentimiento para acreditar que has hecho horas extras o que te acosa laboralmente).
Yo dividiría la asignatura en 4 bloques:
-Derechos fundamentales y otros derechos plasmados en la Constitución. Contenido y vías para ejercerlos y reclamarlos cuando no son respetados.
-Derecho del Trabajo. Derechos laborales básicos (jornada, salario, prevención de riesgos laborales...). Cómo saber el convenio colectivo que se te aplica y entender su contenido. Cómo enfrentarte a los incumplimientos empresariales en materia laboral: vías para denunciarlo y trucos para obtener pruebas.
-Derecho Administrativo: Derechos del administrado frente a las distintas administraciones públicas y concepto de interesado en un procedimiento administrativo. Obligaciones de las administraciones públicas. Transparencia y formas para obligar a la Administración que comparta contigo datos relevantes para tus intereses legítimos. Vías para exigir a las administraciones públicas el cumplimiento de sus obligaciones.
-Derechos en el ámbito familiar y afectivo-sexual. Derechos de los hijos frente a los padres. Derechos de los cónyuges y en el ámbito de la pareja. No discriminación por razón de sexo y libertad sexual. Vías para hacer valer tus derechos.
Desde mi punto de vista, conocer estos conceptos es mucho más útil y contribuye a lograr una sociedad mejor infinitamente más que saberse los principales ríos de España. Y sería perfectamente factible enseñarlos porque, a diferencia de lo que a veces se intenta hacer ver, el Derecho es mucho más sencillo de lo que parece.
Perdóname Palestina
Por reír anoche con los amigos.
Perdóname Palestina,
Perdóname por ver crecer a mis hijos
Mientras los tuyos son asesinados.
Perdóname Palestina.
Hoy me sumergí en el mar que te baña.
Mientras juego atravesando olas,
Flotan cerca de ti los cuerpos que matan.
Perdóname por seguir como si nada.
Hoy vuelvo a llorar un instante,
Mientras sigo trabajando
Sin declararme en huelga.
Perdóname Palestina,
Por no parar,
por no parar por ti,
Palestina.
Te pido perdón,
Por emocionarme ante un mensaje,
Por disfrutar de un sol naciente,
de una luna llena que aparece.
Por hacer esta vida que tu no haces.
Por creer que un poema basta,
Por pensar que sucumbirá la montaña
Con un granito de arena más que añada.
Quisiera una ola gigante,
Una bofetada en forma de tormenta,
Un virus que entre en esta sociedad que no despierta.
Quisiera un apagón,
que nos deje sin ver el telediario de las tres.
Que no sirva el ventilador,
Sudando a la hora de comer,
Sin avión, sin tren,
Sin enviar caritas del WhatsApp
Aunque solo sea por todo esto que no es nada,
Esa ebullición en masa que no arranca
Que comencemos todos a mirarte a la cara.
Ya no me valen las amapolas,
Palestina.
Yamila Abuámer Flores
Circula por internet la siguiente imagen:
No dejaría de ser una de esas preguntas de facebook o linkedin con miles de respuestas, y que no entiendo por qué la gente se esfuerza en contestar, si no fuese por un detalle: ¿por qué en las redes sociales casi todo el mundo contesta 99?
Cuando este problema llega a una persona con un transfondo matemático, se suele aventurar a decir que la respuesta es 98, y no 99. Esto es porque normalmente ve dos variables y una solución, así que escribe lo siguiente: f(x, y) = z. A partir de ahí suele plantear 3 hipótesis:
Hipótesis 1: f(x, y) = x*y + y -1
Fácilmente se puede comprobar que se cumple para todos los términos presentes, y que f(10,9) = 98
Hipótesis 2: f(x,y) = x^2 - 2
Es una hipótesis que me gusta menos. Suelo considerar que, salvo que se demuestre lo contrario, las variables de entrada están ahí para ser usadas. Aun así, con esta hipótesis, también vemos que f(10,9) = 98
Hipótesis 3: f(x,y) = (y+1)^2-2
De nuevo estamos ninguneando a una variable de entrada, en este caso a la x, cosa que podemos hacer dado que para todos los ejemplos que tenemos se cumple que x = y + 1.
Haría falta una fila de ejemplo con dos números x e y en los que no se cumpla x = y + 1 para poder descartar o no las hipótesis, pero por el momento la 1 es mi favorita.
¿Por qué, en cambio, la gente sin transfondo matemático suele contestar 99? Porque tienen menos el concepto de función algebraica y más el de serie: desde pequeñitos nos educan para tratar de ver patrones en las series numéricas, y mentalmente añadimos un concepto artificial: el orden. Así que mentalmente, para resolver, la gente suele hacer una sencilla operación cercana a los resultados. Así que lo que hacen es esto:
Lo que mentalmente están haciendo es que resuelven una parte fácil (x*y) y para el resto ven una progresión 1,3,5,7... pero entonces están añadiendo una variable a la función: el número de fila. Supongamos que las filas comienzan a contar en 0, la función que desarrollan es f(x,y,r) = x*y+r*2+1
Por desgracia es a lo que nos han enseñado, a buscar esta linearidad en las series. Pero, ¿por qué no llevarlo más allá? ¡Que no nos importen ni x ni y! Intentemos resolver la serie sin tener en cuenta las variables, directamente cuál es el siguiente término de 7,23,47,79...
Una de las hipótesis que podríamos plantear en este caso es f(r) = (r*2+3)^2 -2. El problema es que si bien se cumple para todos los términos existentes, el término siguiente de la serie que obtenemos es 119, que se nos hace en principio antiintuitivo.
¡Pero podríamos ir más allá! 7, 23, 47 y 79 son números primos. En concreto 7 es el 4º número primo, 23 es el 9º, 47 el 15º y 79 el 22º. Restando los ordinales obtenemos: 9-4 = 5, 15-9 = 6, 22-15 = 7... podríamos deducir que la solución sería el 22+8=30º número primo, que sería 113.
En conclusión, muchas veces, por causa de la educación, pensamos que la solución a este tipo de problemas está relacionada con series numéricas. Independientemente de ello, por favor ¡no la publiques en mi muro ni en linkedin! ¬¬
No soy suscriptor de este digital pero me gusta bucear en amplios espectros ideológicos de la prensa escrita. En la sección de opinión de los artículos de hoy (7 de mayo de 2023) aparecen publicados 4 artículos. Sólo uno de ellos está en abierto y lo puede leer cualquiera. Algo que me ha extrañado.
blogs.elconfidencial.com/espana/tribuna/2023-05-07/espana-riego-perder
Escamado por la curiosidad procedo a su lectura: «España en riesgo de perder la soberanía alimentaria». Uhm..., el título es sugerente.
El subtítulo lo es mas: «Los problemas de depender de otros para poder tener bienes de primera necesidad los conocemos y los hemos vivido ya».
Está firmado por una tal Milagros Marcos Ortega que inicialmente no tenía ni idea de quién era.
Nada más comenzar su lectura, cualquiera que disponga de un mínimo de información veraz y contextualizada, detecta el insoportable hedor del bulo, la mentira y la tergiversación de la realidad hasta límites inasumibles para un lector con un mínimo de pensamiento crítico. Por ejemplo, se explicitan dos bulos de la ultraderecha que se difunden masivamente a través de determinadas redes sociales.
Copio y pego textualmente el primero: «el precio de la energía se ha duplicado con la aplicación de la llamada excepción ibérica, de modo que en España se llega a pagar el doble que en Francia o Portugal».
En el segundo se afirma: «se destruyen 108 presas en los ríos y se aprueban los nuevos Planes Hidrológicos de tercer ciclo en los que se paralizan las obras de almacenamiento y aprovechamiento de agua».
Me sorprende que alguien escriba semejante detritus de veracidad en un periódico que aspira, según se lee en: «quienes somos»:
www.elconfidencial.com/espana/2020-12-14/quienes-somos_2876379/
Nuestra visión: Ser el mejor diario digital de España, con información independiente y veraz.
hasta que llego al párrafo que aclara:
«Conscientes de toda esta situación y ante la negativa constante del Gobierno de aceptar ni una sola de las diferentes propuestas puntuales que hemos venido planteando desde el Partido Popular para revertirla….»
Todo empieza a cobrar sentido. Emprendo una mínima investigación para saber quién puede ser la autora de semejante dislate. Te imaginas que es una técnica a sueldo del PP. Una ingeniera agrónoma, una bióloga, una experta en medioambiente, una meteoróloga, una técnica en medioambiente o al menos una agricultora con experiencia y resulta que la difundidora de bulos es una Licenciada en Filosofía y Letras. Eso sí, ha desempeñado cargos en Consejerías de Cultura, de Medio Ambiente, de Sanidad, de Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades y de Agricultura. La típica trepa que sirve tanto para un roto como para un descosido... o para difundir sin la más mínima ética, que para eso estudiaría filosofía, una enumeración de bulos.
Se entiende perfectamente la situación contextual. Estamos en campaña. Se comprende que la deriva ultramontana que ha emprendido un partido supuestamente de centro, el PP, asaeteado en su caladero de votos por la facción de ultraderecha, Vox, le hace magnificar de manera grandilocuente mensajes que no pasan en algunos casos el más elmental filtro democrático pero lo peor, a mi entender es la actitud de El Confidencial que lleva a cabo tres acciones reprobables.
La 1ª es que pone en abierto una propaganda institucional, fundamentada en el bulo, la mentira y la irrealidad de los datos errńeos, camuflada como artículo de opinión.
La 2ª es que oculta la filiación y cargo desempeñado por la autora del artículo de manera deliberada. Esto es sencillamente un elemental atentado contra algunos de los pilares de la ética periodística, como son la precisión, la objetividad y el contexto.
La 3ª es que permite sin el más mínimo pudor que se haga una propagación de falsedades que están perfectamente demostradas de que lo son sin al menos advertir que determinadas opiniones, por decirlo eufemisticamente, son controvertidas.
Recientemente el caso de la eutanasia activa realizada en Madrid por un hombre que incluso grabó un vídeo para que no quedara duda de la voluntad de su mujer ha vuelto a poner el asunto de la eutanasia encima de la mesa. En realidad, eso es parte del gran tema del suicidio sobre el que ha reflexionado la humanidad desde la noche de los tiempos y sobre el que han corrido ríos de tinta defendiéndose todo tipo de posturas, de un extremo al otro. Cioran pensaba que tener la posibilidad de suicidarse era extraordinariamente importante para no hacerlo, el hecho de no ver la vida como una obligación hace en gran medida que no se vea como algo de lo que hay que escapar. En la Antigua Grecia había consenso en que el suicidio estaba siempre justificado en algunos casos mientras que resultaba igualmente obvio que no se podía aprobar el suicidio en cualquier caso y en cualquier circunstancia. El espinoso problema estaba en encontrar el límite entre los suicidios moralmente correctos y los que no lo eran. Lógicamente se defendieron todo tipo de posturas, algunas tan exóticas a los oídos del siglo XXI como que el suicidio del sabio siempre era correcto porque él sabía si estaba en un momento en que era correcto hacerlo (vivir lo que se debe, no lo que se puede) o que los necios están obligados a vivir porque son incapaces de saber si en caso de suicidarse ese acto es un error irreversible o no. Por su parte, pensadores como Séneca vieron el suicidio como el culmen de la libertad y el suicidio como el único acto genuinamente libre. Así pues, había una variedad bastante grande de posturas acerca del suicidio.
Luego llegó el cristianismo que, si bien algunos de sus primeros defensores llegaban a justificar el suicidio en algunos casos, sostuvo una posición extremista al respecto, censurando el suicidio en todos los casos bajo la idea de que la vida no le pertenece al individuo sino al dios único y verdadero que lo ha creado y, en cualquier caso, hay que aguantar todas las penas y tormentos que nos traiga la vida porque forman parte del plan divino. Dentro de esta concepción del ser humano totalmente alienado de sí mismo se ha llegado a ver el suicidio como un crimen más, igual al homicidio pero cometido contra uno mismo. En este sentido ha habido legislaciones que penaban los intentos frustrados de suicidio igual que los intentos de homicidio o incluso más gravemente.
Por otra parte, en los últimos siglos, en el contexto de las cosmovisiones no religiosas del ser humano y dentro de tendencias éticas y políticas marcadamente individualistas, han surgido quienes han defendido el extremo contrario. La vida de cada persona le pertenecería en exclusiva a esa persona y podría hacer con ella lo que quisiera sin tener que dar cuentas a nadie, incluido el acto de acabar con ella. Así, el suicidio sería un acto de moral privada que estaría fuera de la esfera de lo público y sobre el que no cabría crítica legítima. De este modo, tendríamos acerca del suicidio toda una amplia gama de opiniones desde la que censura el suicidio en todos los casos hasta la que lo aprueba también en todos los casos. También es fuente de discordia hasta qué punto esto es un asunto privado o un asunto público. La polémica de la eutanasia se enmarca dentro de este gran tema, el más importante de los tratados por la filosofía según algunos, o incluso el único importante según otros.
Hay casos en que la vida es un tormento y el que lo sufre ni siquiera tiene la capacidad de suicidarse aunque tenga el deseo. ¿Qué postura hay que adoptar en ese situación? ¿Qué opinas acerca de este gran tema?
Estaría bien que tuviésemos una idea general y real de como esta afectando económicamente y laboralmente esta situación de encierro y paralización en la que estamos con caos reales y que perspectivas tenéis para un futuro inmediato, ya que en la televisión al principio se hablaba mucho de los despidos, pero yo creo que ahora lo que se dedican a poner son bailecitos, aplausos y ver como la policía persigue, multa y detiene gente que realmente no comete ningún delito y por lo que se ve nadie se sale del guión
En mi caso estoy teletrabajando, pero supongo que otros no podéis y os han echado o os echaran por falta de trabajo y los empresarios tendrán que pagar no solo sueldos sino alquileres, electricidad y otros gastos y sin ingresos
Aquí os lo dejo por si queréis comentar vuestra situación o la de casos que conozcáis y así tengamos una idea de casos reales
La lista es interminable y puede ser polémica, pero la situación es invariable: Prusia Oriental, Sudetes, Yugoslavia, Donbás, Palestina...
Llegas a un lugar, lo tomas por las armas, echas a patadas a la gente que vive allí y estableces a los tuyos. Veinte años después, los tuyos han tenido hijos que han nacido allí y tienen derecho a vivir allí. Cincuenta años después, ya son dos generaciones de los tuyos los que tienen derecho a a habitar esa tierra. En tres generaciones, ya no vive casi nadie de los que tuvieron que irse y el territorio es indiscutiblemente tuyo, y toda la población que lo habita tiene el legítimo derecho de seguir viviendo en esa tierra.
¿Os parece normal? A mí no, pero es como funciona. Hay delitos, delitos contra la Humanidad, que generan derechos. Delitos que generan legitimidad y ganancias territoriales, económicas y estratégicas. Hay crímenes que salen rentables, y no sólo desde el punto de vista práctico, sino que admiten también su consolidación a nivel jurídico. Estremendo. Es terrible. Pero muy difícil de evitar y de discutir.
¿Qué derecho tiene los alemanes sobre la Prusia Oruiental polaca, sobre la Silesia de Breslau o sobre el puerto de Danzig, hoy Gdansk? ¿Qué derecho tienen sobre el Königsberg de Kant, hoy conocido como Kaliningrado, y en manos rusas? Ninguno.
Es lo que hay. Pasa el tiempo. Nace gente. Muere gente. La limpieza étnica se consolida y se convierte en legitimidad. Si tras conquistar un territorio permites que sigan viviendo allí sus antiguos habitantes, corres el riesgo de que tarde o temprano, por razones culturales, lingüísticas o emocionales se rebelen contra tu poder y quieran regresar a su vieja patria. Pero si los echas a patadas o los asesinas, se acabó el problema y en poco tiempo el territorio será legítimamente tuyo y de la gente que lo habita: los tuyos.
Así las cosas, ¿cómo podemos esperar que no se siga haciendo? ¿Quién puede ser tan imbécil como para evitar un crimen que se lava a sí mismo, y se convierte en un derecho? Por supuesto que los israelíes van a aniquilar a los palestinos y sustituirlos por sus colonos. Como han hecho hasta ahora. Como hemos hecho en Europa toda la puta vida. Por eso parte de Ucrania está habitada por rusos. Por eso no hay alemanes en Prusia. Por eso serbios, croatas y bosnios escabecharon a la población civil y por eso andan todavía a hostias los serbios y los albaneses en las montañas de Kosovo.
No sé si existe una manera de revisar semejante legislación corrupta. No sé siquiera si es cabal a proponer que los muertos tengan más derechos que los vivos (a mí me parece que no), pero mientras la limpieza étnica genere derechos la seguiremos viendo una y otra vez, hasta el infinito. Las cosas que funcionan, se repiten. Claro que sí. Mal que nos pese. Mal que sangremos.
Cortita y al pié. Otras elecciones más, Catalunya y Euskadi nos salvan el culo a los que no queremos vivir en un país gobernado por la derecha, haciendo políticas de derechas, en contra de la mayoría social del país.
Sánchez, si consigues gobernar, tienes mucho trabajo por delante para revertir esta situación de derechización de la sociedad española, ya sabes, más visitas al Hormiguero y Ana Rosa, no dejes que el relato lo lleven los demás, y a mejorar el país de verdad.
Gràcies,
Eskerrik asko
Este artículo requiere de varias asunciones previas, como que Trump vaya a estar vivo en 2028 y que el Partido Republicano tenga mayoría en el Senado después de las midterms y las elecciones de 2028 (donde se tendrá que renovar un tercio del Senado), pero supongamos que así sea.
De buenas a primeras, la Constitución de los Estados Unidos impediría de manera clara que Donald Trump pueda ser presidente por tercera vez si leemos las enmiendas XXII y XII, que dicen lo siguiente:
XXII Enmienda
Ninguna persona será elegida más de dos veces para el cargo de Presidente [...]
XII Enmienda
[...] Mas ninguna persona constitucionalmente inelegible para el cargo de Presidente puede ser candidata a Vicepresidente de los EE.UU
Además, tendríamos que sumar a esto la sección e) de la Ley de Sucesión Presidencial de 1947 como elemento complementario que regula la sucesión presidencial en caso de ausencia de presidente y vicepresidente:
e) Las subsecciones a), b) y c) sólo serán aplicables a cargos públicos que sean elegibles para el cargo de Presidente según la Constitución.
Esto parece un grupo de obstáculos absolutamente insalvables, pero uno siempre puede confiar en los Siniestros Seis (Roberts, Alito, Thomas, Gorsuch, Kavanaugh, y Coney Barrett) para hacer interpretaciones creativas de la constitución y las leyes a beneficio del GOP.
Donald Trump no podría acceder al cargo de presidente de los EE.UU, pero una interpretación creativa de los textos constitucionales cortesía del Tribunal Supremo podría permitirle concurrir a las elecciones, asumiendo que presentarse a candidato no es garantía alguna de resultar electo, con lo que una derrota electoral prevendría una inconstitucionalidad.
Conviene recordar que el Congreso, o sea Cámara y Senado toman posesión el 3 de enero, algo más de dos semanas antes de la toma de posesión presidencial, que tiene lugar a las 12:00 hora de Washington DC del día 20 de enero. El 6 de enero es el día en que el Congreso certifica los resultados electorales transmitidos por cada uno de los estados.
Con una mayoría republicana en el Senado, y por si acaso con una turba a las puertas del Capitolio como recordatorio no amistoso, el Senado certificaría a Donald Trump como presidente por mucho impedimento constitucional explícito que hubiese.
La idea puede parecer algo estrafalaria y depende de varios hechos previos que tendrían que producirse, pero tiene una probabilidad superior a 0 de ocurrir, con lo que no se puede descartar que Steve Bannon, el Moriarty del Fascio, tenga algo así en mente.
¿Quién no se ha encontrado alguna oferta laboral con requisitos imposibles de cumplir? En ocasiones nos encontramos joyas que piden años de experiencia laboral a recién licenciados, en las cuales el trabajador debería empezar a compaginar el instituto y el trabajo para tener la experiencia requerida al acabar los estudios superiores.
Algunas de ellas son para filtrar. No sería la primera vez que se piden idiomas (francés, alemán, italiano...) para un puesto en el que nunca harán falta, pero sirve para filtrar los candidatos.
Otras filtran "por arriba", ocultando un texto que debería decir "buscamos a una persona que sepa hacer el trabajo pero tenga la mínima cualificación". Ni hablaré de estos.
¿Qué esconde un mercado laboral con estas ofertas de trabajo? Unos sueldos ajustados al máximo, a veces incluso por debajo de lo que pone el papel, con los cuales no es rentable formar a un trabajador. Por eso se piden formados y con experiencia, para ponerse a currar al 100% al llegar y que cuando se queme y se vaya (o lo liquiden) su sustituto sigua el mismo camino.
Por supuesto esto está abocado al fracaso. Dependes de un mercado laboral que no se preocupa de formar a la gente que necesita, y esto nos lleva a tener un montón de trabajadores formados para trabajos que nunca van a desempeñar. A la postre se acaban reciclando o encontrando algún trabajo no cualificado que les permita pagar las facturas.
¿Y los puestos de trabajo? Cubiertos, por supuesto; por personas que se preocupan entre cero y nada de su desempeño y dependen de personal responsable (demasiado responsable) que haga su trabajo por ellos. Conseguimos siempre sacar el trabajo a base de fuerza bruta y horas extra no remuneradas que nos abocan a un nivel de calidad surcando el nivel del subsuelo.
Famoso es el ejemplo de aquellos extranjeros que necesitaban una pieza de 34 metros y tuvieron el valor de comprarla a una empresa española. Dos de 25 le llegaron. Y se sorprenden de no cobrar. Sin comentarios.
Y al final el trabajador más capaz se busca la vida, monta una empresa, estudia una oposición o ambas cosas; el retorno de estos trabajadores al mercado laboral por cuenta ajena (existe, no todos consiguen prosperar) suele ir acompañado de una pérdida de responsabilidad a la hora de hacer bien el trabajo.
Por eso ya no se buscan empleados para formar, ¿Qué sentido tiene? Se buscan empleados que vengan aprendidos (y llorados) de casa. Que esos empleados sean los primeros en largarse cuando ven el panorama sólo agita la rueda laboral que no consigue asentarse entre contratos temporales y empresas desaparecidas.
Los usuarios de 4chan discuten un "bombazo". Unos representantes del Consejo Supremo Talibán tienen ciudadanía estadounidense. Para confirmarlo, fueron publicadas las imágenes de pasaportes estadounidenses expedidos a nombres falsos, que, en realidad, pertenecen a los talibanes paquistaníes, Abdul Jamil, Fahzl Rahman Muslim, Zuhur.
Pero hay otra noticia más sensacional. Resultó que la Administración Obama sabía lo que estaba pasando ya en 2013, pero decidió silenciar el asunto. El entonces representante permanente estadounidense ante la OTAN, Douglas Lute, dirigió la carta al secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, y todos los miembros del Consejo del Atlántico Norte, en la que expresó el temor de que la información llegue a los medios de comunicación de Irán, Rusia, India y China. Además, Lute recomendó que "los medios de comunicación de los países de ISAF consideren estas fotos la propaganda anti-OTAN destinada a desacreditar los resultados alcanzados por la Alianza en la región".
En la carta ha quedado claro que la información fue filtrada por militares del Ejército Nacional Afgano después de la operación antiterrorista ejecutada en la provincia Kandahar en Afganistán el 23 de marzo de 2013.
La información sobre pasaportes británicos y canadienses también figura en la carta, pero sus imágenes, por desgracia, no se filtraron en la red. Eso nos hace preguntarnos ¿cuántos líderes de los grupos terroristas se pasean libremente por el mundo con los pasaportes de países occidentales? ¿cómo los consiguieron?
Hace unos meses publiqué un texto con una editorial potente, de distribución nacional. Pero parafraseando aquella expresión que gente con canas recordamos, no vengo a hablaros de mi libro, sino de dar algún que otro consejo útil a las personas a quienes les gustaría hacer lo mismo. Especialmente querría defender la licencia Creative Commons, una de las condiciones que les puse a mis editores y que tuvieron a bien aceptar, algo que les agradezco por lo poco frecuente. Y es que estamos rodeados de mitos, uno de ellos que el Copyright es la herramienta más útil para defender nuestros derechos como autores. Pero comencemos por el principio: tienes una idea, o incluso un manuscrito terminado y piensas que puede acabar siendo un libro, ¿qué hacer?
—Respeta tu creación desde el comienzo. No se merece que sea maltratada por editoriales que en realidad son servicios de impresión a quienes no les importa nada el texto. Por cierto que algo tendrás que mandarles, pues salvo que seas un autor consagrado no bastará el concepto general. Yo no lo enviaría entero, sino una parte que pienses que refleja bien la estética y el fondo del mismo. Busca una compañía a la que creas que por su ámbito y enfoque les puede interesar tu obra. Nada de pagar por ediciones ni de que te tengas que encargar tú de la distribución, eso son labores editoriales. Pon condiciones, no te vas a convertir en una persona rica (o es muy improbable) pero puedes entender que tu obra requiere un determinado formato, o que se debe publicar de una forma específica. Yo pedía Creative Commons al menos en formato PDF y respetar ciertas soluciones de maquetación, como que las notas se encontraran al pie de la página y no al final del tomo. Si no les interesa siempre queda la autopublicación antes que regalarle dinero a una empresa. Y no es una opción que sea sinónimo de falta de calidad o éxito. Siempre pongo el ejemplo de Andy Weir, autor de El marciano. Ninguna compañía quería su novela, la editó el mismo y la aceptación la acabó convirtiendo en una película de Ridley Scott.
En mi caso con respecto a quien publicaba yo tenía tres nombres en mente. El primero, el de la editorial grande con un espíritu de publicación que encajaba con lo que les ofrecía. Aceptaron, pero si hubieran dicho que no, se lo hubiera ofrecido a otra muy pequeña, que realiza tiradas en la práctica testimoniales pero que también está en el espíritu que buscaba. Y si estos últimos tampoco la hubieran querido la habría subido a Internet y santas pascuas. Esta es otra cuestión relevante en mi opinión: no pasa nada por el hecho de que finalmente no se pueda publicar, el camino ya es valioso. En cierto modo lo que más. Hay que escribir sobre todo para uno mismo. Quieres contar algo, pero ya es enorme hacerlo para ti. Ni todo el mundo puede ni quiere, aparte de que la senda como dice la poesía —por tanto la filosofía— debe ofrecer tanto o más que el destino, o no merece la pena recorrerla. Y otro elemento clave: el escritor es ante todo un lector. Ama la literatura, aprende de lo que otros cuentan. Esto es más importante que escribir, pues éste es un proceso que depende de aquel. Si ese sentimiento de amor hacia la palabra ya escrita no existe, nos encontraremos en un mundo que —lo advierte entre otros Juanjo Millás— tendrá más escritores que lectores y por tanto está vacío.
—Hablemos del Creative Commons. Como os decía vivimos en una sociedad en la que, por diversos motivos, se nos cuentan muchas cosas como ciertas sin serlo. Con respecto al arte han circulado numerosas leyendas y no es la menor la del valor imprescindible del Copyright como defensor de la dignidad del autor. En realidad el ámbito editorial no es distinto al de otros clave para la sociedad como la energía, o la vivienda. Un puñado reducido de muy grandes empresas tiene una gran capacidad de presión política, de modo que las leyes responden en gran medida a sus intereses y no a los del conjunto de la sociedad. O en el caso de la creación, de los autores. Por lo que respecta a los libros, en España son más caros que en otros países que incluso tienen un poder adquisitivo más alto, lo que ya nos puede dar pistas. También hay una importante resistencia respecto al formato de bolsillo, que en definitiva es más asequible. Isaac Asimov cuenta en su autobiografía cuando convenció a su editorial en Estados Unidos para publicar a la vez las tiradas económicas y las de formato más caro, como el de tapa dura. Defendía con razón que hay personas que prefieren uno u otro y que es un sinsentido privar de la obra a parte del público, simplemente para dar preferencia a quien está dispuesto a pagar más. Desde que convenció a su editor —cuenta el autor de Fundación— que además vio que no perdía dinero, en ese país el editar a la vez el formato caro y en bolsillo es habitual. En España no.
Con el Creative Commons sucede algo parecido. En mi opinión cuenta con dos ventajas principales, una altruista y otra egoísta, entendiendo que el egoísmo puede tener una perspectiva beneficiosa e incluso imprescindible para un mundo mejor. Por ejemplo en política: no hace falta ser generoso para querer una Seguridad Social, basta pensar que a uno mismo como individuo también le resulta positivo. Pero así mismo os voy a ser sincero: creo en el altruismo como algo bello y necesario, que también forma parte del ser humano, así que voy a comenzar por este ámbito. Contextualicemos al respecto. El trabajo es algo crucial para nuestra sociedad, al menos de momento, pero tampoco debemos ver sus características actuales como algo "natural", ya que esto también responde a intereses políticos. Podríamos trabajar de manera distinta a la institucionalizada, menos y mejor, pero eso tal vez lo desarrolle en otro momento. Baste decir que una teoría señala que la palabra "trabajo" deriva del latín, de un término que se usaba para referirse a un instrumento de tortura compuesto de tres palos: el Tripallium. Cierto o no, esta perspectiva me parece bastante útil y al menos en espíritu fiel a la realidad. Por otro lado tampoco debemos olvidar que el trabajo es en parte un mecanismo de control social, buscándose que su pérdida esté asociada a la necesidad, así como a la idea de vergüenza. Y alguien parado no debe avergonzarse de nada, es una circunstancia vital que puede responder a muchas causas, que inevitablemente se relacionan con otro concepto, en este caso muy religioso: el de la vergüenza. Y aunque ésta creo que muy saludable en el aspecto de sentirse incómodo ante el daño provocado a otro, se usa en el ámbito economico-político desde una perspectiva alienante: ¿no trabaja? algo habrá hecho o será un vago. Ya me entendéis. Esta dinámica de pensamiento responde más a lograr, de manera inducida, que los que sí trabajan no pidan reformas o mejoras por miedo a esa culpa. Por esto, entre otras cosas, pienso que el pobre o el parado tiene que tener —de hecho merece— los mismos derechos que el que no lo es. Y ahí está incluido algo fundamental: el ocio. Así que si alguien quiere leer mi libro y no puede (o no quiere) pagarlo para mí tiene el mismo derecho que los demás. Diversas personas por diferentes motivos, todos respetables, me han pedido el PDF. Y esto no es incompatible con un beneficio legítimo de una empresa editorial, pues pude tener formatos como el físico de pago, acogido a un Copyrigth cedido. Es un ámbito interesante, pues demuestra otro elemento político: no hace falta que el sistema económico sea de un feroz capitalismo o totalmente planificado, hay puntos de acuerdo en el que todos podemos ganar. Contar con este tipo de perspectivas va, además, contra la línea de flotación de otro aspecto alienante: la polarización social. Pero de nuevo este es otro tema.
Ahora hablemos de egoísmo personal. Desde una perspectiva útil y no dañina. ¿Es egoísta querer salvaguardar tus derechos de autor? Sí, pero podría estar de acuerdo con lo que parece defender nuestra ideología social imperante: si eres escritor y creador para mí tienes derechos sobre tu obra, algo que debe ser protegido. A que se reconozca tu autoría, a que nadie la manipule o —si no quieres— haga negocio con ella. Pues bien, es muy posible que el Copyright total no sea lo que más te interese. Como sucede con por ejemplo la música, esta licencia te da unos derechos exclusivos. Pero la exclusividad tiene sus peligros, porque al firmar un contrato de Copyright la cedes a una empresa que va a disponer de esos derechos, claro, de una manera —repito— exclusiva. Durante un tiempo que suele ser muy largo, de modo que ni siquiera tú, autor o autora, vas a poder hacer en ese periodo nada con ellos. Normalmente con estos contratos si la compañía quiere retirar en un momento el texto de la sociedad, desaparecerá, y tú —aún siendo creador— no podrás hacer nada al respecto. Has firmado un contrato, te dirán. Y tendrán razón, así que cuidado. Lo que me gustaría que tengas en mente es que antes la sociedad te habrá dicho implícita o explícitamente que el Copyright es por ti. No te lo creas. Con el Creative Commons estás compartiendo con los demás, efectivamente, pero también lo estás haciendo contigo mismo. De modo que si te acoges a él de manera que cualquiera puede compartir tu obra, tú también puedes hacerlo. Existirá mientras al menos tú quieras y esa decisión no dependerá de una decisión empresarial, sino personal: la tuya.
Como veis el ámbito editorial nos puede enseñar —al menos desde mi opinión y experiencia— como hay ideas que se dan como ciertas pero que no tienen que serlo necesariamente. La cooperación no está reñida con los beneficios, entre los que hay que valorar no solo los económicos si queremos un mundo mejor. Y tampoco es incompatible con un egoísmo beneficioso, el cual por otro lado es imprescindible para un mundo más seguro precisamente porque —a diferencia— del mero ego y la competitividad sin matices, no daña a nadie, sino que da garantías. Lo hace la Seguridad Social, lo hace una educación gratuita, lo hace un transporte público de calidad y lo hace el Creative Commons. Tenedlo en cuenta como creadores.
menéame