En SexoMercado hemos lanzado a principio de octubre una encuesta de 14 preguntas sobre los hombres y su grado de bisexualidad. Hemos logrado 874 participantes que han dado unos datos que merecen un pequeño análisis.
El autoconcepto de varón español sobre su grado de bisexualidad sigue una curva casi perfectamente exponencial. Se trataba además de contestar un cuestionario en base a unas fotos de referencia.
Hemos extraído de las respuestas las prácticas más rechazadas por los encuestados, entendiendo que son las más próximas a la homosexualidad según ellos.
Extraemos algunas conclusiones inmediatas:
1) Sorprende que sólo un 9% de los encuestados rechaza besar a una chica recién besada por otro hombre. Mientras que besar a un chica que acaba de realizar felación a otro varón está entre las prácticas más rechazadas.
2) Tambien llama la atención la reacción a los juguetes anales para hombre, donde una clara mayoría de hombres que han experimentado han aceptado la práctica como placentera. Hay una ligera diferenciación percentil entre introducir juguetes analmente y ser penetrado por una mujer con falo.
3) El glory hole también merece una mención. Sin seguridad de que no esté un hombre al otro lado, un alto porcentaje no le importa guiarse por las "sensaciones", 35%.
4) Sólo un 56% de los encuestados no tiene interés alguno en el sexo con travestis o transexuales, con diferente grado de feminidad.
Los datos dan para muchas reflexiones más: www.sexomercadobcn.com/encuesta-sobre-autoconcepto-heterosexual-varone
El contenido del artículo es una traducción (o intento de traducción) de este vídeo del canal "Professor Dave Explains":
He intentado dividir el texto en secciones.
Las imágenes intentan reflejar las existentes en el video, pero no son las mismas.
En un video reciente, analicé un segmento de Piers Morgan en el que inicialmente me pidieron que participara. Se trata de personas como Terrence Howard, Candace Owens y el fervor anticientífico, anti-intelectual y antisistema que provocan en el público en general. Después de mi comentario sobre lo que todos dijeron en el panel, cerré el video con un ensayo breve que resume muy bien algunas de mis ideas sobre este enorme problema potencialmente apocalíptico. Muchos me pidieron que lo subiera por separado para facilitar su difusión. Eso es todo. Por favor, difundan esto por todos lados, ¡tal vez ayude!
Para empezar, esperaba profundizar en esta cita de Isaac Asimov:
"Existe un culto a la ignorancia en los Estados Unidos y siempre ha estado ahí. La presión del anti-intelectualismo ha sido un hilo constante abriéndose paso a través de nuestra vida política y cultural, alimentado por la falsa noción de que la democracia significa que mi ignorancia es tan válida como tu conocimiento."
Esta cita data de 1980 y ha sido repetida por otros grandes pensadores como Carl Sagan, que habló acerca de la incapacidad del público para comprender la tecnología que todos utilizamos en nuestro día a día y su inhabilidad para crear su propia agenda o realizar las preguntas correctas, culminando en una celebración de la ignorancia. Sagan dijo esto en 1995.
Incluso ellos dos no podrían haber imaginado hasta qué punto ha empeorado la situación en el siglo XXI, ahora con gente cuestionándose la forma de la Tierra y la validez de la aritmética básica.
Este fervor anti-científico nos hace fáciles de manipular, porque cualquier mensaje contrario es adoptado masivamente, independientemente de quién lo cuenta o cuales son sus intenciones.
Estamos siendo testigos de un imperio multimodal anti-ciencia operando mediante los medios de comunicación masiva y la legislación, avanzando hacia la promoción de pseudociencia aprobada por el estado.
Y no tenemos que especular acerca de lo dañina que puede resultar esta situación. Tenemos la historia para ayudarnos a reflexionar. La persecución de científicos en el régimen de Stalin era algo generalizado.
Trofim Lysenko era alguien sin conocimientos científicos que fue ascendido a una posición científica de alta responsabilidad en el gobierno de Stalin y que consiguió convencerle de que el estudio de la genética y la relatividad eran perjudiciales. Negó la existencia de los genes.
Para enfrentar los problemas agrícolas, promovió la práctica pseudocientífica llamada "vernalización" y millones de personas murieron de hambre como resultado de las malas cosechas.
Los científicos que rehusaban renunciar a la genética eran destituidos o incluso ejecutados. ¿Estamos en riesgo de repetir eventos similares? Por supuesto.
Afrontemos la realidad, Trump va a ganar las elecciones. ¿Podría él llevar a una personalidad pseudocientífica similar a Lysenko a su gabinete presidencial y empezar a perseguir a científicos de verdad? Sin lugar a dudas.
¿Intentará expandir el poder ejecutivo y abusar de su posición hasta el punto del autoritarismo? Probablemente. Y hay una gran cantidad de gente con dinero que le ayudará a intentar conseguirlo.
No entraré en detalles acerca del "Proyecto 2025", pero no se trata de una conspiración. Es un plan de verdad para hacer avanzar a América hacia los primeros estadios de una teocracia cristiana y ya está en marcha.
Este es el mal que está a las puertas y mientras debería recibir mucha más atención que gente como Terrence Howard, deberíamos reconocer que hay diferentes tonalidades del mismo fenómeno.
El sentimiento anti-científico no apareció espontáneamente del aire. La ciencia se está volviendo cada vez más complicada y por lo tanto más difícil de entender por el público, de modo que algunas personas arremeten contra ella debido al malestar que ello les produce.
Pero lo más importante es que hay intereses creados en promover esta mentalidad provenientes de "think tanks" financiados por el partido Republicano, la creación deliberada de una población que no sólo es analfabeta en ciencias, sino que también es activamente hostil hacia la ciencia.
La negación del cambio climático actúa en favor de los intereses de los productores de energía. La negación de la biología básica evolutiva actúa en favor de los intereses de los teócratas Cristianos.
Estos esfuerzos llegan arriba del todo de la escalera a figuras como los hermanos Koch. No estoy diciendo que Terry Howard esté financiado por los hermanos Koch, pero conduce esta actitud de negación de la realidad y hostilidad ante cualquier forma de experiencia a esta extraña prominencia que ahora tiene a gente cuestionando las matemáticas de primaria.
Para manejar una agenda opuesta a la ciencia, hay que popularizar la noción de que la ciencia está equivocada y es malévola.
Las universidades, los lugares en los que se gana conocimiento, son malévolas. No vayáis allí a aprender nada, de modo que no podréis averiguar como resistiros a nuestro lavado de cerebro, tampoco aprendáis como organizaros y derribar nuestras estructuras políticas.
Las universidades son lugares famosos por mantenerse frente a los poderes fácticos, así que tienen que ser demonizadas. Es una campaña exitosa porque mucha gente está feliz de tener una razón para no tener que aprender nada y poder aferrarse a sus creencias primitivas sin base o auto-examen alguno.
No hace falta decir que la religión es uno de los factores impulsores principales de la mentalidad anti-científica porque el progreso científico, en especial en las últimas décadas, ha desafiado muchas de las narrativas religiosas, como la divina e inmaculada creación.
Esto desencadena en la gente con profundas creencias religiosas el miedo a la mortalidad, a medida que su narrativa se erosiona, de modo que arremeten contra la ciencia precisamente del mismo modo en el que se defenderían de una agresión física, con hostilidad y tribalismo.
Al mismo tiempo, este no es exclusivamente un problema religioso, en estos momentos ha permeado por completo en la política secular. Yo mismo no soy partidario del partido Demócrata y no votaré a los Demócratas a razón de una desilusión total con el partido, ya que no tiene en mente los mejores intereses para la población.
Pero el partido Republicano es caricaturescamente apocalíptico en comparación. Ignorante, orgullosamente estúpido, en negación de toda ciencia, activamente empujándonos atrás hacia la edad oscura en términos tanto de ignorancia como de control autoritario por parte de la iglesia.
A raíz de esto, pretender que a idiotas como Terry se les debería dar voz es absurdo. Él no es el culpable pero exacerba tendencias preexistentes. No se merece una plataforma. No forma parte de ningún tipo de conversación legítima. Y muchas de las personalidades con algún tipo de conocimiento legítimo que se meten con calzador en la conversación también tienen motivos ocultos y solo sirven para confundir más al público, como Eric (Weinstein).
Así que vayamos al grano. ¿Cuál es la esencia del anti-intelectualismo?
Se reduce a tres principios:
Rechazo de la razón / lógica / hechos por emociones / verdades absolutas religiosas.
Esencialmente poner las emociones por encima de los hechos.
Rechazo de las instituciones de élite y la élite social/intelectual.
La creencia de que la búsqueda del conocimiento solo tiene valor cuando dicho conocimiento tiene aplicaciones prácticas, concretamente el beneficio económico.
Este movimiento pretende parar la adquisición de nuevos conocimientos que socavarían a los grupos privilegiados y de poder. La desinformación que beneficia a aquellos en el poder se perpetúa y a aquellos que dicen la verdad a ese poder se les difama y se destruye su reputación de manera preventiva.
Es cierto que la esfera educativa no está exenta de culpa. Parte del desdén hacia la academia está fomentado por el creciente coste de la educación. Pero esto no es en sí mismo una justificación para abandonar la santidad de los centros de conocimiento.
Las grandes corporaciones no ven desafiados sus intereses financieros cuando el público no puede ni siquiera identificar los problemas que les perjudican, perpetuando así su propia subyugación. Podemos, históricamente, culpar a la industria del petróleo, la industria del tabaco y demás, pero no lo extendemos al conocimiento científico per se.
Políticos, corporaciones e instituciones religiosas son los que más se benefician de promover el anti-intelectualismo. Promulgan la politización de cuestiones no partidistas, polarizando temas como el cambio climático tan severamente que simplemente reconociendo la ciencia básica se ve uno condenado al ostracismo. Esto se extiende al ámbito social con la misma facilidad.
El anti-intelectualismo genera nacionalismo, o la misma lealtad ciega a un órgano de gobierno que está sembrando activamente las semillas de la división. Esta es la razón por la que se equiparan movimientos como "Black Lives Matter" o cualquier otro tipo de movimiento por la justicia social con el "fascismo" y la justificación para ello siempre implica el invento de intenciones violentas de la nada. Esto, a su vez, se utiliza para justificar la intervención de unidades de policía militarizadas bajo la falsa premisa de la protección.
Y por último, el anti-intelectualismo promueve el escepticismo hacia lo que se percibe como autoridad, al mismo tiempo que exige que la gente siga ciegamente a los demagogos que son amplificados por las redes sociales.
La gente que cae en esta forma de pensar pondrá un nivel no razonable de escepticismo sobre el conjunto de conocimientos producidos por miles de científicos de todo el mundo bajo todos los tipos de gobierno, tanto en el sector público como en el privado, pero no tendrán duda alguna en creerse todas las narrativas de las personalidades que les dicen aquello que les gusta, narrativas plagadas de verdades distorsionadas y mentiras casi sin excepción.
Esta gente encuentra consuelo en la fuerza y confianza que dichas personalidades transmiten en un llamado a las creencias compartidas. Es por ello que Trump célebremente declaró que "podría disparar a alguien en medio de la quinta avenida y no perdería votantes". Porque su idolatría hacia él es emocional, no lógica.
Al final, y aquí viene Dave el disco rallado, la mentalidad anti-científica y la negación de la realidad es la mayor amenaza a la que se enfrenta la humanidad. Tomemos por ejemplo una película como "No mires arriba". Aunque es obviamente satírica, la forma en la que el público en general reaccionaría en esta era moderna hacia cualquier amenaza existencial fue representado magníficamente.
No hay problema menos político que un cometa acercándose para matarnos a todos. Y aún así, el cometa fue hiper-politizado, se convenció a la gente de que el cometa ni siquiera existía y un tecno-oligarca megalómano nos jodió a todos.
En mi estimación eso es aproximadamente lo que pasaría si hubiera una nueva y mucho más mortífera pandemia o alguna situación similar. Y la culpa no es de la comunidad científica. Son los tertulianos y los demagogos los que abusan del poder de internet para distorsionar la percepción pública de la realidad. Gente como Joe Rogan no es la culpable principal pero tampoco son inocentes y merecen su parte de crítica por amplificar el caos para obtener ganancias monetarias.
Y desafortunadamente aparte de neutralizar directamente a las fuentes de desinformación y promover el conocimiento científico en general, no tengo ninguna solución significativa para esta receta para el fin del mundo. No sé cómo cambiar fundamentalmente la naturaleza humana para que sea bien menos corrupta y manipuladora o menos ciegamente crédula. Debo admitir que mi optimismo juvenil ha disminuido a medida que he entrado en la mediana edad. Pero no pienso rendirme todavía.
Cada vez los entiendo menos, y eso que llevo desde la adolescencia metido en este mundillo. Se han popularizado hasta las películas y series no comerciales, los cómics, el manga/anime, lo underground se ha escapado del subsuelo y ha terminado por caer bien al mundo; incluso los superhéroes ya dan hasta para tesis y premios. El mundo ahora es más bonito, ya nadie señala a nadie si lo pilla hablando de un tema "friki", término despectivo que terminó por implementarse y convertirse en una definición de orgullo. Si hasta surgió un día para dicho orgullo.
Todo es mejor ahora, sí, pero... ¿por qué no puedo evitar sentirme incómodo? ¿Por qué no puedo evitar quejarme de un ambiente que comprendo tan bien y donde hasta ahora me sentía integrado?
Deseo recapitular para ver si así esclarezco el asunto.
Conseguir material para fans hoy en día es más fácil. En la capital cerca de donde vivo estaban las dos únicas tiendas que conocía sobre el tema. Había que pillar el bús adrede para bajar y conseguir material. Todo lo que había allí me gustaba, lo deseaba, e invertía mi paga con sabiduría impulsiva de esa que siempre acierta, puesto que todo allí me parecían tesoros que sólo podía apreciar una vez al mes o cada dos. Además estaban los artículos de importación, que era lo más inaccesible de todo, joyas de la corona en otros idiomas que te hacían soñar despierto.
Ahora, en dicha capital hay como siete comercios donde poder obtener cualquier tema de frikerio. Tengo coche y capacidad de bajar allí varías veces al mes si me lo planteo. Hay ahora tanta variedad que ya no sé ni qué comprar. Los artículos de importación son tan posibles y asequibles por Internet que han perdido su brillo. De hecho las últimas veces que fui ya ha sido por acompañar a algún amigo, limitándome a inspeccionar sin más, entendiendo cada vez menos las novedades por las que los adolescentes actuales se flipan tanto. Fui así, por eso no puedo ni debo culparles, pero es que en este punto de la vida apreciar desde fuera esta actitud…
Asumo que de haber nacido en los 2000 sería un fan más del Fortnite, por ejemplo, porque es lo que toca con la edad. En mi momento fueron el Counter Strike o el Team Fortress 2 y ahora es éste juego o el LOL y similares. Por eso sonrío cuando alguien de mi edad critica estos videojuegos masivos. Dentro de 10 años serán otros juegos los que manden, es lo lógico y por lo tanto lo natural. Cada vez existirán más y más jugadores.
Hoy en día hay exceso de cualquier medio de ficción. Vivir la transición de ambas épocas te permite verlo con perspectiva. Quienes son más jóvenes ya han nacido con todo este boom y lo tienen normalizado. Se dejan llevar por todos esos youtubers, videojuegos on-line masivos y avalancha de series no porque no tengan voluntad, sino porque les parece lo normal, es lo que han conocido desde que tienen conciencia. No han caído en ninguna trampa comercial, nacieron en mitad de todo ello.
Qué tiempos aquellos cuando eras el raro de la clase. El único con consola u ordenador, lo cual podía provocar dos reacciones ante los demás: o les caías bien por interés/condicionamiento social, o te repudiaban por ser un friki de esos que se pasan el día en la consola. Y, bueno, visto ahora con retrospectiva, no les faltaba razón, pero tampoco era motivo de repudio, aunque quizá es la reacción lógica ante lo que no se entiende, y más a esas edades tempranas donde uno se deja llevar más por el ego, lógico debido a la falta de experiencias que labren la personalidad.
Analizando, ese niño que fui debió de haber jugado menos a la consola. ¿Pero qué iba a saber? No me puedo culpar, había una obsesión. Era y es fascinante el manejar juegos y programas de ordenador. Te da cierto poder que no tienes en la vida real. Quizá ese fue mi inconsciente por aquel entonces, sabiendo actuar a tiempo cuando, cerca de los 20, dejé de jugar a videojuegos durante años. De las mejores decisiones que he tomado, pues comencé a conocer gente y a vivir aventurillas típicas de la vida. Me dio una madurez que ninguna PlayStation puede otorgar. No soy despectivo hacia las consolas, en serio, pues amo el mundo de los videojuegos, sigo al día sobre novedades, pero he aprendido a separar y a saber que no son nada vital para mi vida. Cada uno aprendemos de maneras diferentes ese lema sobre que hay cosas más importantes en la vida.
Ego, esa es la cuestión. Para mí rasgos del ego son el auto convencimiento (cómo puedo haber metido la pata, eso ha pasado por culpa de Pepe, está claro. He fallado porque da la casualidad que...). Asuntos que no nos gustan en nuestras vidas permanecen porque nos repetimos constantemente que es por tal o por esto otro. Y ahí siguen y seguirán. Pero el discurso interior prosigue para mantenerlo, cegando. Eso es muy del ego, la ceguera sobre nuestra propia vida. Y si algo tiene también el ego es que los niños tienen cantidad, son egoístas por naturaleza lógica. El tener pocas experiencias te lleva a rellenar huecos de los que se encarga el ego. Conforme adquirimos vivencias, vamos amoldando el mundo hasta entenderlo dentro de lo soportable. El ego no termina de irse, pero ya somos más conscientes de nuestros actos y los errores merman, aunque jamás terminan, por supuesto.
Si nombro al ego es porque noto en estos entornos fan que hay abundancia de ello. No ego en el sentido de soberbia o superioridad, para nada, somos gente que en su mayoría hemos estado retraídos (eso dice el tópico, donde le doy la razón), y aunque nos cueste socializar, agradecemos compartir gustos, lo celebramos. Nos agrada hablar de nuestros gustos y de lo que hemos comprado... quizá demasiado, muy efusivos en ocasiones, exagerados al elevar a alta categoría una obra de ficción, defendiendo hasta la frustración cualquier opinión contraria.
¿Os suena esta negación? Ego, en el sentido de convencerse de qué es lo mejor y qué no, ego al estilo infantil. Lo demuestra las fuertes discusiones que en ocasiones se generan en torno a una obra. He vivido charlas que fueron a peor a partir de la trama o del personaje de tal o cual cómic. Es surreal. Me quedo atónito cuando en alguna red social están que se matan porque tal personaje es así, o porque esta serie es asá o termina de cualquier manera. Les va la vida en ello, su actitud es de fanático ante algo que ni les da comer, y de la que no pasa nada si deja de emitirse. Es ese fanatismo del fan medio el que me echa para atrás, de cómo es capaz de romper hasta amistades por culpa de que Lobezno o Batman ya no molen tanto como antes, de defender sobre su propia integridad la calidad de un videojuego o de tal guionista. Son discusiones que suceden, las he vivido, y mi sentido común sigue sin entenderlo, echa hacia atrás asustado.
Es lo que noto, que la cultura otaku, friki, fan no madura. Sí que madura en el sentido de buscarse la vida y formar una familia, encima con alguien de gustos comunes donde sabes que nunca vas a tener discusiones de porqué te gastas tanto dinero en esa figurilla o película... Vaya, otro problema, ¿no es exagerado a veces la de cantidad de dinero que se gasta uno en sus aficiones? Hay casos y casos, claro, pero a más de uno he conocido que se ha dejado un pastizal en cierto juego de cartas o en tomos y tomos de manga. ¿Para qué esa necesidad material? Luego vienen los problemas económicos, pero como ya me respondieron una vez: "Es mejor que gastárselo en droga". Vale que la salud no se te deteriora, pero sigue siendo un problema esa necesidad de acumular por acumular, obsesión por adquirir más y más de tu afición, que de ser algo que te apasionaba pasa a ser, eso, un problema. Ya no te evade ni llena, al contrario. Me temo que este asunto se bifurca más hacia cómo han aprovechado las empresas para sacar tajada. De ser un mercado marginal a ser uno de los dominantes de tantos. Consumismo. Todo sea por el beneficio.
Deduzco que estas generaciones poseen una madurez tardía debido al tiempo que invierten en aficiones. Ver películas, leer, jugar videojuegos... son experiencias, sí, pero un tanto artificiales en su mayoría. Salvo por esas obras que de verdad enseñan y hablan sobre asuntos de la vida, la mayoría son entretenimiento sin más, estímulos que activan la imaginación y te evaden, incluso a veces demasiado. Para que no resulte en exceso, hay que racionar, no abusar, pero de mi entorno pocos veo que nivelen las aficiones. Y lo noto cuando hablan sobre asuntos reales, pues suelen compararlos con ejemplos que han visto en una serie. Una serie es ficción, no te va a dar una experiencia real con la que poder opinar con base y menos aún para actuar contra la vida. Me asusta el cómo se compara una situación con algún episodio de tal serie o, mira, es como en tal película. De acuerdo, la ficción se basa en lo que ha escrito alguien real que tiene o tuvo una vida, plasma experiencias y ocurrencias para crear ficción. Pero hay que saber separar, no me cuadra que me des una lección sacada de una serie de humor (me ha pasado) puesto que dicha serie tiene un planteamiento humorístico, así que sus frases y situaciones se dirigen a entretener, fueron creadas para un entorno con cierto propósito. Hay obras de ficción que de verdad te dan un golpe de realidad, pero son muy pocas, porque en su mayoría existen por y para el ocio, y con ello obtener beneficios.
He recordado el cómo se comunican y actúan los más jóvenes de este entorno. Me da la impresión que se mueven y hablan constantemente como si estuviesen en una película. Imitan a personajes planos de sus obras favoritas, entonan la voz como lo haría un actor de doblaje. Es la impresión que me da, igual son paranoias mías.
Y es que cuando alguien dice con orgullo que lleva 500 horas en tal juego, no sé qué sentir. No me incomoda, pero me da la impresión que esa cantidad de horas se podían haber invertido para algo mejor que el ocio. Hacer tu hobby un estilo de vida es legítimo, ¿pero por qué no puedo evitar pensar que hay algo que no termina de ser del todo correcto? Cuando te dedicas a algo, lo que sea, te enfrascas X horas al día hasta que te conviertes en un entendido o incluso experto sobre el tema. Pero supongo que hay actividades que merecen más la pena que otras. No soy quien para decir cuáles son mejores o adecuadas, no es correcto, pero en mi estilo de pensar y de vivir actuales, ya no me sentiría orgulloso de ser bueno jugando a tal videojuego de más de cien horas. De hecho tiendo ahora a los juegos indies porque son cortos y artísticos, quizá una forma de engañarme/convencerme de que no estoy perdiendo tanto el tiempo. Esa niñez de viciado ya no volverá, aunque ya no podré negar que existió.
Debe ser que me hago mayor (lo que me faltaba), pues cada vez me siento más cómodo con "los demás", esos que son ajenos a toda esta cantidad de cultura e información sobre videojuegos, películas, mangas... (de series no, porque de series está la mayoría de personas metido en ellas). Me resultan ahora más auténticos y maduros, sinceros y duros a doler porque conocen mejor de qué va la vida. En su mayoría son gente gris, para qué engañarnos, pero al menos me ponen los pies en el suelo. Supongo que lo mejor al final es un punto medio, como siempre.
Gracias por leerme.
Desde mediados de los sesenta, que fueron los años en los que el llamado "Cine Clásico" tocaba a su fin, la representación de la violencia se fue haciendo cada vez más gráfica en el cine norteamericano. En el pasado, autores como John Ford o Sam Fuller, habían sido sólo dos de los muchos directores de renombre que, incluyendo gran violencia psicológica en sus películas, nunca o casi nunca habían procedido a mostrarla de una manera gráfica y descarnada. De hecho, durante los años treinta, cuarenta y cincuenta, se había llegado a considerar como un ejemplo de maestría narrativa insinuar aspectos crudos de la realidad como la violencia y el sexo, en lugar de hacerlos explícitos.
Esto, este lugar común que algunos críticos epidérmicos consideran un marchamo de calidad, me parece una idiotez, falsa en sus fundamentos. Muchos directores de aquellos años hubieran optado por una violencia gráfica, y un sexo más explícito, si la censura se lo hubiera permitido. Por otra parte, me parece fundamental, si vamos a acercarnos a una de las muchas cloacas humanas de este mundo miserable, mostrar los efectos que la violencia y la crueldad del hombre pueden infligir en personales, animales y plantas. Ahora bien, que el cineasta sea capaz de observar esa violencia sin el gusto por el morbo fácil, y haciendo uso, pese a todo, de elegancia y contención...esa creo yo que es una virtud excepcional. 'La jauría humana' es una de las películas más perturbadoras del cine americano de los sesenta, y su director, Arthur Penn, es uno de esos realizadores que con una mirada limpia observan hechos repugnantes.
Esta película, a pesar de contar ya con treinta y cuatro años de existencia, de ser una película con abundantes diálogos, de contar entre sus intérpretes con profesionales curtidos en el teatro y en el Actor's Studio, no me parece que haya envejecido prácticamente nada. Viéndola hoy, sus imágenes resultan igual de perturbadoras, de mareantes, de insoportables. En su momento, fue un sonoro fracaso y un escándalo. La América del buen rollismo de los sesenta no podía tragar este puñetazo en el estómago, que indagaba con ferocidad en la oscura América Profunda de mitad de siglo. Y su impactante violencia, que ahora no sorprende tanto, dejó a los críticos estupefactos y provocó que escribieran auténticas barbaridades sobre ella.
Estoy leyendo (y escuchando) esta noticia del diario Público y me veo en la obligación moral de escribir este artículo, tanto por los errores tanto factuales como de concepto que contiene el artículo, y los comentarios derivados de ello. Así que vamos por partes:
Se lo han concedido a pesar de las gravísimas amenazas proferidas contra ella y su familia. "Grábatelo a fuego, que en cuanto pueda salir en mi primer permiso te voy a matar a ti y a tu familia"
Algo muy importante en este caso es establecer la línea temporal de estas amenazas, algo que no recoge el artículo. No sabemos si las amenazas se han proferido previamente a la entrada en prisión del maltratador o posteriormente. La prisión, al tener una función teóricamente rehabilitadora, no puede juzgar nuevamente los hechos ocurridos anteriormente a la entrada en prisión, y sólo puede valorar la progresión del reo. Desconocemos cuál ha sido dicha progresión en estos tres años de encarcelamiento, por lo que no podemos juzgar la idoneidad de concederle un permiso de salida sin conocer dicha progresión.
Ni los Juzgados ni la Audiencia la han advertido del permiso a pesar de que tiene derecho a conocerlo, reconocido en el estatuto de la víctima. En ambas ocasiones se lo comunicó la policía.
Ni los Juzgados ni la Audiencia tienen el deber de informar a la víctima de los beneficios penitenciarios del culpable, precisamente para evitar que se le vuelva a juzgar por los mismos hechos. Es la policía la que tiene la obligación de hacerlo, y se hace de la siguiente manera: cuando un preso recibe la aprobación para un permiso de salida, tiene la posibilidad de disfrutarlo en un plazo mínimo de 48 horas; sin embargo, si se trata de un caso de violencia de género o similar, ha de esperar al menos dos semanas para poder disfrutarlo. Ésto es así porque la policía activa un protocolo especial de seguimiento y tiene que prepararlo, además de darles tiempo para avisar a la víctima.
Ya en diciembre pasado le concedieron un primer permiso, del que tampoco avisaron a María. Ella se movilizó y su abogado logró que lo anularan, pero sólo dos meses después ha vuelto a ocurrir.
Es obvio que si se movilizó es porque se le informó del permiso de salida. El abogado, para anularlo, no recurrió a los juzgados, sino que informó a la víctima de lo que debía decir para que anularan el permiso, y es tan sencillo como decir que tiene que desplazarse a la localidad o cerca del domicilio donde el maltratador haya anunciado que va a disfrutar su permiso de salida, por lo que se le deniega la salida al preso y se le informa de que ha de escoger otro lugar donde disfrutar del permiso (o que no coincida con los movimientos de la víctima), pues existe una orden de alejamiento vigente.
Además, no estamos hablando de un segundo permiso, sino del mismo permiso aplazado. Ésto se hace obvio porque las Juntas de Tratamiento de las prisiones, donde se deciden los permisos de salida, se celebran cada tres meses para los presos que solicitan su primer permiso, pudiendo solicitar un nuevo permiso cada dos meses una vez que el primer permiso se ha disfrutado, por lo que no ha existido tiempo material para que el preso haya solicitado un nuevo permiso de salida.
Pide que este permiso se cancele porque su maltratador nunca ha mostrado arrepentimiento y su vida sigue estando amenazada.
Ésto es muy subjetivo, y surge del terror que sienten las víctimas con esta clase de individuos, pero es algo que la prisión sólo puede valorar en su justa medida, porque si no, no existirían los permisos penitenciarios. O bien, todas las sentencias sería de prisión permanente revisable. La prisión se tiene que basar en el análisis y la evolución del preso, no sólo en la alarma social.
Por otra parte, es muy difícil que la víctima sepa si el maltratador está arrepentido o no, a menos que alguien le haga llegar los informes del equipo técnico de la prisión (lo que es ilegal). Y teniendo en cuenta que el preso tiene la incapacidad de comunicarse con la víctima (porque también es ilegal), la valoración del arrepentimiento por parte de la víctima no deja de ser subjetiva y basada en hechos previos a la entrada en prisión.
Cuatro días en los que toda su familia se enclaustrará a cal y canto en casa.
También sería subjetiva mi valoración de esta decisión, porque desconozco todo por lo que ha debido pasar la víctima, pero no tiene mucho sentido. Estadísticamente, los quebrantamientos de permisos de salida (incluyendo la comisión de nuevos delitos) son extremadamente raros en presos condenados por violencia de género, especialmente si cuentan con condenas largas. Y ésto no es sólo por los efectos de la privación de libertad en los condenados, sino por las acciones de las fuerzas de seguridad, que incluyen:
El miedo que padecen las víctimas de violencia de género o violencia doméstica es real y es muy intenso, especialmente con ciertos casos (como el que parece ser éste, con 9 años de prisión). Pero éso no debería ser justificación para escribir artículos tan carentes de información y tan sensacionalistas, más diseñados a esparcir miedo y desinformación y a agitar que a tratar un problema real. Las Juntas de Tratamiento, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria son entes profesionales que conceden miles de permisos de salida cada mes, a condenados por todo tipo de delitos, con una tasa de comisión de delitos durante permiso de salida bajísima. De hecho, siempre es noticia cuando alguien, en permiso de salida penitenciario, comete un delito, por la excepcionalidad del caso.
Eso no quita que haya que mejorar las herramientas de las que se disponen para proteger a las víctimas de violencia de género, y que no se han llevado a cabo por dificultades técnicas y, sobre todo, económicas. Si bien en violencia de género, casos de reincidencia durante permisos penitenciarios, tercer grado o libertad condicional son muy pocos, uno sólo ya es demasiado.
Me lo contó un cristalero que lo adivinó por casualidad: si dejas un espejo enrome en el suelo y sueltas un perro encima, el animal se morirá de miedo. El pobre tipo lo hizo sin querer, por casualidad, con un espejo de varios metros cuadrados y un cachorro de unos seis meses al que dejó sobre el espejo cuando llamaron por teléfono.
El perro piensa que está en el vacío y que se caerá en cualquier momento. Unos salen corriendo como si los persiguiese un tigre y otros se encogen esperando el batacazo que nunca llega, pero siguen encogidos, gimiendo sus oraciones, mientras esperan la muerte.
Mi conocido el cristalero se asustó tanto que dejó el teléfono un momento y sacó a su amigo del espejo. Pero no lo olvidó.
¿Y nosotros? ¿Sobre qué espejo estamos ahora, en plena pandemia, sin saber cómo será nuestro futuro, sin poder ganarnos la vida y cómo podremos relacionarnos con los demás? Creo que el ejemplo es bueno, porque gran parte del miedo viene de una ilusión óptica.
Lo que creemos ver no es la realidad. Lo que creemos ver es el reflejo de lo que hemos visto hasta ahora, pero no tiene relación, necesariamente, con lo que va a suceder. La cuestión está en no aferrarse a lo que conocíamos: a lo mejor hay que volverse al campo. A lo mejor hay que renunciar a algunas de nuestras creencias, y ojalá sean las malas en vez de las buenas. A lo mejor, simplemente, hay que aprenderse algunas normas nuevas en este juego de rol, pero sin perder de vista lo que son fines y lo que son medios. Insisto: fines sólo hay tres: ganarse los garbanzos, estar con quien quieres, hacer lo que quieres. Lo demás son medios.
Habrá espacios. Habrá oportunidades. Habrá ocasiones de cubrir los huecos que dejaron los muertos, tanto las personas como los negocios: lo único importante es no quedarse paralizado sobre la superficie pulida de la incertidumbre.
Si crees que hay que huir, huye. Pero no te quedes quieto.
Para los que estáis comentando el artículo «El algoritmo eres tú» os comento varias cosas:
Menéame no tiene problemas financieros y obtiene beneficios anualmente, con la incorporación de la comunidad a las tomas de decisiones mediante el «Consejo consultivo» lo que queremos es dinamizar el proyecto y ponernos metas ambiciosas.
¿Están fumigándonos con aviones para envenenarnos? ¿Está el gobierno derribando pantanos? ¿Está el gobierno de Pedro Sánchez detrás de la sequía? ¿Mete el gobierno de Sánchez a los peores delincuentes del magreb de 500 en 500 a través de Mallorca en barcos con nocturnidad y alevosía? ¿Forma parte Sánchez de un plan para acabar con la raza "blanca" en Europa?
Todas y cada una de estas preguntas, convertidas la mayoría de veces en afirmaciones, las he escuchado en los últimos meses de boca de no pocas personas, y a su vez, otras personas me han hecho saber que en su entorno, se han multiplicado el número de personas de toda condición que cree que estas cuestiones son una realidad.
Reconozco que no dejo de salir de mi asombro cuando pienso que hay personas que me rodean que realmente creen que esto es real, y que Pedro Sánchez derriba pantanos porque quiere destruir el país. Lo he escuchado de gente de derechas, pero también de boca de gente que ha votado a Podemos en otras elecciones, o que ha sido apolítica hasta ahora, pero que está totalmente entregada a los bulos de la ultra y no tan ultra derecha.
En España hemos vivido en el pasado situaciones también de desinformación, ¿quién no recuerda el 11-m?, y es cierto que ningún partido probablemente se libre de haber propagado, al menos, medias verdades con fines electorales, pero el nivel de expansión de bulos y mentiras que llevamos viviendo desde la pandemia creo que nunca lo habíamos visto en España, y, desgraciadamente, se parece mucho a lo que ocurre en EE.UU.
Esto además se une a la enorme incultura política general, y que en estas personas además, se acrecenta. Te pueden decir que cuidado porque ahora te ocupan la casa en cuanto te vas, por culpa de Pedro Sánchez, y no tienen ni idea de la normativa al respecto, de qué es usurpación o ocupación, de la tasa de ocupaciones que hay, etc..
Tampoco saben las medidas que ha adoptado este gobierno en ninguna materia, o sus gobiernos autonómicos, se quejan y piden cosas que realmente ya existen, hablan de gobierno comunista mientras piden medidas que haría sonrojar al propio Lennin, en fin, una auténtica oda a la desinformación.
El próximo domingo, un buen porcentaje de personas va a ir a votar totalmente contaminadas por la desinformación, y esto, para mí es gravísimo, pues subvierte la democracia en si misma.
En ningún caso estoy asociando que todo aquel que vote a un partido de derechas este desinformado, de hecho, conozco personas de derechas que argumentan muy bien su voto. Hablo de un gran porcentaje de personas que están alienadas con la desinformación brutal que estamos viviendo por tierra, mar y aire en este país, y que es una realidad que viene del espectro que viene.
La impotencia que al menos yo siento es enorme.
ABC publica hoy una encuesta electoral y, entre las preguntas, hay una referida a la preferencia para la presidencia del Gobierno. Pues bien, los resultados publicados en la versión impresa del periódico y la web son totalmente diferentes, de forma que si en el periódico en papel se asegura que el 22% prefiere a Feijóo sobre el 19,1% a Sánchez; en la versión web cambian las tornas, y el 24,1% prefiere a Sánchez sobre el 19,6% a Feijóo. Y no se trata de un simple error al hacer la tabla, que los titulares cambian también radicalmente.
Sí, la mediana de la riqueza en España es superior a la mediana de la riqueza en:
-Suecia
-Alemania
-Austria
-EE.UU.
-Corea del Sur
Y esto se explica básicamente por la siguiente gráfica:
Ratio de Precio de la Vivienda / Ingresos . En Portugal es peor visto que sus pensiones y salarios son significativamente más bajos (pensión media en PT, 450 € frente a los 1.000 € en ESP)
A diferencia del estado , las familias españolas han mejorado mucho su posición financiera desde 2008:
Muy recomendable el blog de Javier Sevillano al respecto:
¿Qué pasaría si como todo parece indicar, los precios de la vivienda bajaran un 5%, un 10% o un 20% debido a la imposibilidad de acceder a hipotecas?
Dato relevante aquí:
Total de hogares en 2022: 18.916.118
De estos hogares ¿Cuántos son rentistas? Nuestra mejor estimación es entre un 3% y un 9% (pongamos un 6%), un millón largo. Un 70% aproximadamente es propietario de su vivienda y en torno a un 16%, alquilan vivienda a ese 6%.
Pues malas noticias para los rentistas. Que no sabemos si son 500.000 , 1 millón o 2 millones: solo sabemos que en Barcelona cada propietario tiene de media entre 4 y 5 inmuebles, y que los grandes tenedores con miles de viviendas solo suponen en torno a un 3% de las 3,4 millones de casas en alquiler
el parque de viviendas está en manos de las clases medias y altas, que poseen 3 de los 3,4 millones de las casas alquiladas. Esto dificulta las políticas públicas contra la especulación
Según datos de Barcelona, el 80% de los caseros, solo tienen 1 inmueble den alquiler, con que puede haber en torno a 1 millón que solo cuenten con un inmueble en alquiler, y los otros 2,4 millones sean de propietarios con 3, 5, 10 viviendas, y una minoría de 20-30 grandes tenedores con poco más de 100.000 viviendas entre todos.
Enlaces útiles:
ctxt.es/es/20221101/Firmas/41233/pais-de-propietarios-alquileres-famil
www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/11074782/02/21/El-alqui
www.epe.es/es/espana/20230306/caseros-propietarios-vivienda-alquiler-r
“Matar al mensajero” (Kill the messenger, Michael Cuesta, 2014) es una película, basada en la novela de Nick Schou de título homónimo, que cuenta la historia real de Gary Webb, un periodista norteamericano que investigó las conexiones entre el gobierno de EEUU, el tráfico de droga y golpes de Estado en Latinoamérica. Ambientada en los años noventa del siglo pasado, cuenta las investigaciones de este periodista y las revelaciones que hace en una serie de artículos titulados “Oscura Alianza” (“Dark Alliance”). Según las palabras del periodista, se trataba de “una de las alianzas más extrañas de la historia moderna: la unión de gángsters de Los Ángeles con un ejército respaldado por Estados Unidos que intentaba derrocar a un gobierno revolucionario socialista”.
Una película imprescindible, muy bien realizada, y necesaria para entender la persecución política y mediática sobre los periodistas o personas anónimas que revelan crímenes de Estado o destapan casos de corrupción a gran escala.
La película se centra en la historia del periodista y de su caída en desgracia después del escándalo suscitado por sus publicaciones en 1996 contra los servicios de inteligencia del gobierno americano. En aquel momento Gary Webb no fue directamente perseguido, ni acallado, ni encarcelado. Lo interesante del film es ver cómo se orquestaron tácticas algo más sutiles contra él, que funcionaron a un nivel profundo.
Al principio se encontraba en una posición mediática heroica y era reconocido por su investigación. Pero poco después, cuando se enfrío la situación y la agenda mediática continuó hacia adelante, su vida empezó a convertirse en un infierno. Hubo una sutil persecución privada implacable hacia su persona, con amenazas veladas y con una campaña primero de desprestigio pública, luego económica. Le tildaron de mentiroso, de inventar hechos y fuentes de información, se metieron en su vida personal. Los grandes medios, el Washington Post, The New York Times, Los Angeles Times y finalmente su propio periódico, San Jose Mercury News le dieron la espalda. Después de aquello su vida dejó de ser igual, fue poco a poco apartado de su trabajo y malvivió durante mucho tiempo, sumido en una depresión de la que nunca se recuperó.
*(aunque son hechos históricos, el artículo contiene "spoilers")*
Los hechos en principio sonaban rocambolescos. Webb descubrió que en los años ochenta, la CIA (Agencia central de inteligencia de EE.UU.) importaba clandestinamente pasta de coca desde Latinoamérica y la repartía a las mafias locales de Los Ángeles para la elaboración del crack, una droga de baja calidad que hizo estragos, especialmente en los barrios de población negra y que terminó por extenderse por las grandes ciudades de todo el país. Esta práctica estaba diseñada para recaudar dinero y financiar la compra de armas, en concreto financiar a “la Contra” nicaragüense, una guerrilla armada, para dar un golpe de Estado contra un presidente elegido democráticamente que lideraba un movimiento de izquierdas en dicho país.
Estas revelaciones comprometieron la imagen del gobierno norteamericano, tanto en política exterior como en su propio país, pues también actuaban en pleno suelo estadounidense. Hubo una fuerte respuesta social por parte de colectivos de población negra que estaban verdaderamente indignados, pero los hechos siempre fueron negados oficialmente.
Nicaragua sufrió durante más de medio siglo no ya una injerencia norteamericana en su política interna, sino un control total. Después de la crisis del 29 y la gran depresión, se intensificó este dominio sobre Latinoamérica en general y en Centroamérica en este caso particular, principalmente por un control de las materias primas pero también en el marco del dominio geoestratégico.
Todos los intentos de emancipación de los pueblos de cara a las prácticas imperialistas que llevaba a cabo Estados Unidos en ese momento contra ellos fueron duramente reprimidos. A finales de estos años 20 se plantó el germen de la resistencia contra los invasores, con el movimiento revolucionario de Sandino, aunque se defendían de forma precaria. Así lo cuenta el escritor Eduardo Galeano en “Las venas abiertas de América Latina” (ed. siglo XXI, 1971):
Aún tras el asesinato del general Sandino por parte del jefe de la guardia nacional, Somoza, y posterior dictadura que éste lideró y que su familia continuó a lo largo de las siguientes décadas, el espíritu de la resistencia seguía perviviendo y acabó por reformularse medio siglo más tarde en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), partido político que lideraría la Revolución Sandinista y derrocaría la dictadura en 1979.
Un gobierno elegido democráticamente con ideología marxista y socialista no era lo que Washington más deseaba, y puso en marcha un movimiento contrarrevolucionario, o “contra”. Se trataba de grupos paramilitares guerrilleros que actuaron amparados y financiados por ellos para acabar con el recién estrenado gobierno nicaragüense. Empezó a primeros de los ochenta pero continuó prácticamente toda la década. En 1986, el Tribunal Internacional de La Haya condenó a Estados Unidos por estas actividades. Aunque este nunca acató la sentencia (1).
Años más tarde se descubriría que una de las fuentes de financiación para la organización de la Contra nicaragüense provenía de la venta clandestina de armas a Irán por parte de la CIA, recogidos en el llamado irangate o Irán-Contra (2). Pero lo más sorprendente llegaría más adelante con las revelaciones del periodista Gary Webb. Otra trama que permanecía velada, esta vez en suelo doméstico, y que tenía que ver con el negocio de la droga, y más específicamente del crack.
Lo cierto es que es difícil dar crédito a esta última afirmación porque parece algo sacado de una desquiciada teoría de la conspiración. Si bien es cierto que la distribución del crack ya existía de forma marginal a principios de los ochenta, según los artículos de Gary Webb, esta trama hizo que se abarataran los costes y se expandiera masivamente. Se trataría del propio gobierno actuando de narcotraficante, extendiendo una epidemia que destrozaría a los barrios pobres durante una generación y sacando un beneficio de ello con el que cometer atroces crímenes en un país extranjero ¿alguien da más?
La primera vez que supe de esta historia fue en un libro titulado “La solución” (ed. Debate, 2012), de Araceli Manjón-Cabeza, profesora de derecho penal de la Complutense que ha tenido cargos en la Audiencia Nacional y ha asesorado a varios organismos en materia de drogas y blanqueo de capitales. Un libro absolutamente esclarecedor sobre la historia de la prohibición y la llamada “Guerra contra las Drogas”. En uno de sus capítulos titulado “El crack, la contra nicaragüense y la CIA: la “Oscura Alianza”, hacía referencia a estos artículos y a esta trama y detalla pormenorizadamente en qué consistía:
Estas revelaciones que salieron a la luz una década más tarde gracias a estos artículos ya eran, sin embargo, conocidas dentro de Washington; que apuntaban a un grupo corrupto dentro de los servicios de inteligencia actuando a nivel individual, y que no querrían verse como crimen institucional ya que, el entonces presidente Reagan había hecho pública y notoria su posición en contra del movimiento sandinista en Nicaragua. De hecho, esto fue investigado por el Comité de Asuntos Exteriores del senado de Estados Unidos, que presentó el informe Kerry en 1989 (3).
El informe concluía que se habían realizado pagos de importantes sumas de dinero a narcotraficantes con fondos del congreso. El nombre del informe hace referencia al senador que investigó los hechos, John Kerry, del partido demócrata, el que fuera candidato por la presidencia años más tarde, perdiendo en favor de George Bush hijo.
Casi una década después de aquel informe, saldrían las publicaciones del San Jose Mercury News, las cuales tuvieron notoriedad en un primer momento y luego fueron desacreditadas y ninguneadas por los mismos medios de comunicación que le dieron difusión. Acabaron machacando mediáticamente al autor y la historia importante se diluyó entre los ríos de tinta que daban voz al gobierno prácticamente como una víctima y al periodista como poco profesional y charlatán.
Aún así, se iniciaron investigaciones institucionales por parte del congreso, de la CIA y del departamento de justicia, que harían varios informes que admitían “irregularidades” y mala praxis pero no validaron todas las tesis y no se llegaron a tomar medidas de calado al respecto.
Webb, a pesar de su caída en desgracia, siguió investigando otros asuntos y preparaba nuevos artículos, pero su vida se truncó de golpe. En 2004, casi diez años más tarde desde que fuera célebre por las publicaciones, lo encontraron muerto en su propio apartamento con dos tiros en la cara. El juez dictaminó que fue un suicidio.
Matar al mensajero (4) es una historia “de película”, sorprendente, pero sobretodo impactante. Y sigue estando más que vigente en los tiempos que vivimos. Es necesaria para entender la importancia del periodismo de investigación y el apoyo que necesita. Nos debería hacer reflexionar sobre gravedad de los hechos llevados a cabo por gobiernos denominados democráticos, y sobre el tratamiento informativo de ello; y tendría que hacernos más críticos si cabe de cara a estos medios de información, para exigir su compromiso con la verdad y con la ética profesional desde todos los sectores de la sociedad.
(1) Artículo de El País de 1986 en relación a la sentencia del tribunal de La Haya: elpais.com/diario/1986/06/28/internacional/520293616_850215.html
(2) Trama Irán-Contra: es.wikipedia.org/wiki/Irán-Contra
(3) Informe Kerry de 1989: es.wikipedia.org/wiki/Informe_Kerry
(4) Sinopsis película: www.filmaffinity.com/es/film936293.html
Hoy se ha subido un estupendo artículo sobre los detalles de la lucha urbana, y se agradece que alguien se tome la molestia de abordar ese asunto desde el punto de vista técnico.
Sin embargo, creo que hay una cuestión previa que podría ser interesante comentar: la conveniencia o no de tomar esas ciudades.
Muchos de los que hablan del fiasco ruso, que no puedo juzgar si es tal o no, apoyan sus palabras en el fracaso a la hora de tomar grandes ciudades y al inmenso esfuerzo que les está costando la conquista de Mariupol.
Sin embargo, si le echas un vistazo a la Historia, resulta que consquistar ciudades sólo es interesante en algunos casos, sobre todo si piensas saquearlas para pagar a tus mercenarios, cosa que a día de hoy no parece el caso, porque los recursos que puede interesar robar están fuera de ellas.
¿Qué se obtiene conquistando una ciudad? Esa creo que es la pregunta crucial que no sí si todo el mundo se ha hecho.
¿Vale la pena lo que se obtiene para el coste que supone?
Yo creo que no, y trataré de explicarlo.
1 Las ciudades no son productoras netas de recursos, sino todo lo contrario: son consumidoras netas. Da igual que hablemos de energía o de alimentos: consumen. Y si tienes que tomarlas al asalto, generando destrucción, aún vas a obtener menos, porque lo que sacas es nada y lo que tienes que gastar para mantenerlas es aún más. ¿O vas a ir casa por casa robándole las joyas a las abuelas, como en los viejos tiempos? No creo.
2 Las ciudades pueden ser importantes nudos de comunicación y se desarrollan alrededor de lugares estratégicos, es cierto, pero si las rodeas e impides que el enemigo acceda o salga de ellas, controlas igualmente el territorio aunque no las tomes.
3 Y sobre todo, las ciudades están llenas de gente a la que hay que alimentar y dar servicios. ¿De verdad es buena idea cargarse a uno mismo con semejante tarea cuando el abastecimiento de las propias tropas es ya un quebradero de cabeza impresionante? Para nada: a la población enemiga, que se preocupe de alimentarla y darle agua y energía su gobierno, no el nuestro.
En las ciudades no hay nada que a un ejército ocupante, en la primera fase de la guerra, le pueda interesar. Por eso, cuando los nazis sitiaron Leningrado no pusieron todo su esfuerzo en conquistarla, sino en seguir avanzando. Por eso cuando lo intentaron en Stalingrado cometieron un error de proporciones colosales.
Dejar de lado las ciudades no es un síntoma de fracaso: significa sobrecargar al enemigo con las necesidades de la población, evitar pérdidas de vidas propias y ajenas y utilizar los recursos donde más útiles puedan ser.
No me considero ningún Clausewitz, pero creo que hay razones suficientes para olvidarse temporalmente de las ciudades y hacer que las tropas defensoras lidien con los saqueadores, con el hambre y las frustración de los suyos, en vez de tenerlos que reprimir tú. Hay razones de sobra para dejar que el tiempo las madure hasta que caigan solas.
Hoy nos hemos levantado con esta noticia en el diario El País: verne.elpais.com/verne/2019/02/11/articulo/1549898606_574493.html
En concreto se trata de un artículo de opinión donde se trata un movimiento filosófico bastante en boga últimamente: el antinatalismo. Ya el artículo señala que esta filosofía tiene una amplia trayectoria, pudiendo rastrearse su origen a grandes pensadores de la talla de Schopenhauer y Zapffe, aunque olvidan mencionar al que fuera discípulo de Schopenhauer: Philipp Mainländer, el cual fue realmente el primer antinatalista propiamente dicho. Por cierto que la obra de este gran autor tristemente ignorado se puede conseguir en castellano y merece mucho la pena su lectura (especialmente su cosmovisión metafísica de fondo).
Pero, ¿en qué consiste el antinatalismo?
Es siempre complicado pretender explicar en pocas palabras una corriente filosófica pero voy a intentar dar una somera aproximación utilizando parte de un reciente libro dedicado por entero a la defensa del antinatalismo: "Better Never To Have Been" (Mejor no haber existido nunca), del filósofo sudafricano David Benatar. En concreto, y siempre grosso modo (lo ideal, por supuesto es leer el libro completo), el autor resume y defiende lógicamente su propuesta mediante un argumento al que llama “la asimetría”:
"[...] la ausencia de dolor es un bien, pero la ausencia de placer no es ni un bien ni un mal. Es decir, alguien que nace puede que disfrute de placeres (bien), pero también sufrirá algún mal a lo largo de su vida (mal). En cambio, quien no nace ni sufrirá ningún mal (bien) ni disfrutará de ningún placer (ni bien, ni mal). El hecho de que la ausencia de placer no sea algo malo inclina la balanza en favor de no haber nacido".
En su opinión, si ahora todos nos pusieramos de acuerdo y de sopetón nadie decidiera traer nueva descendencia hasta que la humanidad se extinguiera por completo, no causaríamos con tal acto ningún mal a nadie, puesto que no se puede hacer daño a quien no existe (mucho menos arguyendo ausencia de placer). Por contra, el mero hecho de no tomar esta decisión social implica que nuevos seres vendrán al mundo, y que inevitablemente sufrirán de muchos males a lo largo de su leve y breve existencia. Esa es “la asimetría”. El que no nace evidentemente no puede sufrir por no haber nacido, ni por no haber podido disfrutar de una puesta de Sol, ni por ninguna otra "migaja" emocional que nos haga obtener dopamina. Mientras que el que nace necesariamente se verá constreñido a padecer sufrimiento, necesidad y frustración debido al modo en que funciona nuestro (evolutivo) sistema neuroendocrino.
¿Por qué tener hijos?
La pregunta del millón. El debate sobre esta cuestión podría llenar bibliotecas completas, pero hay una cosa incuestionable: quienes deciden ser padres solo siguen sus propios intereses (egoísmo). Y la decisión suele ser en la mayoría de los casos instintiva (es decir, no racional sino fruto de un deseo interno heredado sin duda de nuestro pasado evolutivo). Y es cierto que nadie puede preguntar a su descendencia si quiere nacer o no, pero sí es posible detenernos a pensar por qué tenemos hijos y si lo hacemos por ellos o por nosotros. Una profunda reflexión racional debería como poco hacer dudar a más apasionado pre-papa. Por tanto, antes de traer vida al mundo, qué menos que mantener un pequeño debate previo con nuestra pareja sobre: "¿por qué queremos tener hijos?". Si resulta que no encontramos más que inefables emociones y sentimientos irracionales (instintivos) quizás deberíamos replantearnos el asunto hasta tener algún argumento racional más sólido. Y peor aún si notamos que parte de nuestra vehemencia por ser padres esconde algún motivo claramente egoísta como por ejemplo que tengamos quien nos cuide cuando nos llegue la vejez o cosas por el estilo; entonces sí que deberíamos repensar muy mucho el tema.
Y tú, ¿por qué tienes o vas a tener hijos?
La broma de Lalachús al combinar la cabeza de la vaquilla del Grand Prix con el cuerpo del Sagrado Corazón de Jesús ha provocado un aluvión de reacciones, desde delirios conspiranoicos sobre un supuesto culto a Moloch en la televisión pública (véase www.meneame.net/m/Artículos/satanismo-campanadas-rtve-cuando-realidad ) a denuncias de organizaciones ultracatólicas con base en el delito de ofensa a los sentimientos religiosos previsto en el art. 525 del Código Penal, que reza:
1. Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican.
2. En las mismas penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna.
Aparte de la curiosidad que os acabo de mostrar (sí, hay un delito de ofensa a los sentimientos ateos), esta tipificación del delito requiere lo que en Derecho se llama un elemento subjetivo o intencional que, si el juez actúa con imparcialidad, vuelve extraordinariamente difícil condenar a nadie. Me refiero a la intención de "ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa". No basta con que se ofendan: quien denuncie tiene que probar que el autor de la caricatura, el poema satírico o la performance que les indignó, los elaboró con la intención de ofenderles, y no con intenciones diferentes como fomentar la crítica social o bromear sin más. Y eso, hasta que se inventen aparatos capaces de leer la mente e intenciones del prójimo, es una tarea casi imposible.
Pero más allá de la inmensa dificultad de condenar a nadie por el delito en cuestión (en teoría, pues como digo la imparcialidad del juez es elemento fundamental para ello, y tenemos cada juez...) siempre he pensado que el delito en sí carece de toda justificación. A no ser que incluyamos otro delito de ofensa a los sentimientos ideológicos o filosóficos. Y es que los seres humanos, como seres racionales que somos, tendemos a amar apasionadamente las ideas. Esos entes etéreos pueden llevarnos a morir, matar y realizar sacrificios inimaginables. Pueden convertirse en el centro de nuestras vidas y encarnar la estrella que guía nuestros pasos, tan hermosa y sublime que nos deslumbra hasta llevarnos a anteponerla a nuestro propio ombligo.
Entes etéreos como las ideas que integran el estoicismo, el marxismo, el socialismo, el republicanismo, el humanismo, el kantismo...y las religiones ¿Por qué, entonces, se castiga a quien realiza una viñeta satírica de Jesucristo caracterizado como gay para denunciar la homofobia de la Iglesia, y no se castiga a quien hace una caricatura de Marx con cuerpo de cerdo, o de la hoz y el martillo colocados sobre una pila de cadáveres con el letrero "el comunismo es la ideología más asesina del mundo? ¿Por qué se privilegia a unos entes etéreos sobre otros, cuando todos ellos constituyen la brújula moral de sus adeptos, que los aman con todo su corazón, y son igualmente intangibles?
En el fondo, esta clase de delitos constituye una reminiscencia de los tiempos pasados donde la religión invadía la vida civil y, poniéndose al servicio de las élites oligárquicas para lavar el cerebro del vulgo y volverlo sumiso, lograba una preponderancia social ilícitamente obtenida mediante la represión de todo aquel que osase cuestionarla y el uso del sistema educativo para adoctrinar en los dogmas religiosos a las futuras generaciones.
Pero hoy en día se abre paso, cada vez con más fuerza, la evidente conclusión de que nadie puede demostrar la existencia de Dios, y mucho menos del Dios que dibujan cada uno de los distintos credos con sus infinitas contradicciones, mitos sacados de religiones pretéritas e inevitable artificiosidad. De este modo, es absolutamente razonable concluir que Dios no es más que una idea nacida de la mente humana, y ésa es la premisa que debe regir cualquier sociedad democrática, sin conceder privilegios a la protección de dicha idea sobre otras como las ideologías o filosofías morales.
Quien quiera creer en el Dios cristiano tiene el mismo derecho a hacerlo, sin ser reprimido ni maltratado por ello, que quien cree en el paraíso comunista o la república de ciudadanos libres e iguales. Y tiene la obligación, inherente a toda sociedad pluralista, de aguantar las críticas, sátiras y dardos envenenados de quienes no piensan como él. Por eso predigo que, si la ultraderecha no lo impide tomando el poder, el delito de ofensa a los sentimientos religiosos será pronto una reliquia del pasado. Es la democracia, amigo.
Este testimonio o lo que sea viene a raíz de una vivencia personal relacionada con el consumismo. Todos sabemos que vivimos una época de consumir y gastar, pero quiero hablar del punto que se llega a cuando afecta a un nivel social.
Mi grupo de amigos son consumistas natos. Ya se sabe que quien se junta con cuatro borrachos, termina siendo el quinto, y mi placer consumista he tenido. Hasta que empecé a hacerme preguntas.
Mis amigos son de ir un día a la capital "porque sí", y es lo suyo para dar una vuelta y airearte. El problema es que todas las veces, pero que todas, ha sido para hacer la misma ruta de tiendas, sin variaciones incluso en el orden. Ya que uno está allí en X tienda, hay que comprar algo, que si no queda feo. Ahí viene mi primer porqué. ¿Qué pasa si entro en un local y salgo sin comprar? De verdad, ¿qué pasa? Es un nuevo deporte que recomiendo encarecidamente. Al principio te sientes culpable, ¡lo juro! Sientes que has hecho algo mal. Pero a la larga, te percatas que es por culpa de una mezcla de costumbre y presión social.
No es obligado que compre ropa por cada tienda que vayamos. Tengo ya la suficiente para cada temporada y aún no siento que deba renovar. "Pero, chico, ya que estabas, una camisita aunque sea...". Que no, que sí que es verdad que he visto alguna camiseta bien guapa, cierto; pero no, realmente no me hace falta más camisetas, que es de lo que más tengo. "Mira, esta es de esa película que te gusta tanto". Por supuesto, defiendo esa película, pero no significa que deba comprarme cada producto que exista de esa película. Ya le hago honor nombrándola, explicándola y recomendándola a quien no la conozca.
El caso más sangrante que viví fue un día que fuimos toda la troupe de amigos y fui el único que no sentí la necesidad de comprar. Fue justo la semana que se había cobrado, "y ya que se veían con dinero", pues a comprar que es gerundio. Me sentí un paria conforme tomábamos un café. Todos luciendo su nueva adquisición salvo yo. Y les sentó mal. O sea, les supo mal que no comprara nada, que no tuviese la necesidad. Me verán como un tacaño, pero yo creo que ya he demostrado en el pasado que soy tan capaz como ellos de gastar un dineral en lo que haga falta o en el capricho que surja.
"Es que el dinero hay que gastarlo en algo". Esta frase no la voy a olvidar. Me la dijo un colega con un convencimiento que me asustó. En principio sentí que era yo el que exageraba, pero conforme veo la casa de ese conocido llenarse y llenarse de objetos... Compras que igual disfrutas en el momento de la compra, más un par de días si procede. Luego a la estantería y a pillar polvo. A olvidarlo, dopamina gastada que ha creado el recuerdo de cuando lo compraste y poco más.
"Oye, ¿necesitas bajar a la ciudad a comprar algo?" Esta frase la he escuchado varias veces. Es una excusa para ir sólo a comprar X cosa y poco más. Pero ya que estás allí, pues aprovechas... para ver más tiendas. Nada de la playa, tal centro, parque o lo que sea: sólo tiendas. Menos mal que mi pareja es de ir a una ciudad específica a ver qué puede aportar, porque ya habría acabado loco de tantas luces y carteles llamando mi atención y a mi dinero.
Y es que mi aversión o tacañería quiero creer que surge de la época que no tuve absolutamente nada. No encontraba trabajo, dependía de los demás, y fue una auto-humillación que ha dejado mella. Ser nadie en una sociedad consumista mata, y lo peor es cuando los de alrededor no terminan de entenderlo. Los que tenían en ese momento un trabajo estable asumían que no trabajaba porque no quería, y eso sólo lograba hundir más. Esa gente necesita la sana lección de no tener ni para un café. Tienen que vivir que existen normas no habladas pre-establecidas que te obligan a ser uno más con la sociedad. Joder, la maldita ironía, de joven deseando la aceptación y ahora sólo quiero que me dejen en paz. Sí que es verdad que hay que tener cuidado con lo que se desea.
Ahora que tengo un trabajo estable, por puro instinto de supervivencia ahorro. Tengo mis arrebatos consumistas, sobre todo en libros y cómics, en algún disco de música y en videojuegos. Y es que es tan fácil... Tan sencillo comprar juegos digitales. "Es que este juego que recomienda todo dios está de oferta, no puedo desaprovechar la oportunidad", y ahí que tengo la biblioteca de Steam llenándose, sabiendo que ni a la mitad jugaré por falta de tiempo o por no organizarme. "Ayudas a los desarrolladores comprando sus obras", y es cierto, pero siendo egoísta creo que es una frase de auto-convencimiento tan terrible como la de que el dinero está para gastarlo. ¿Soy tacaño? Ni p*** idea, pero los años de crisis en este estilo de sociedad no son sanos.
Lo que más me duele es acumular libros. Ahí los tengo, todos interesantes, hojeados de vez en cuando con auténtica satisfacción. ¿Cuándo sacaré la voluntad que justifique aquellos arrebatos de consumo? Voluntad, esa misma que siento cuando algo llama mi atención y quema adrenalina al pulsar con TANTA facilidad el botón de comprar. Con mis datos ya dispuestos debido a anteriores compras, es que ni lo sientes. Micro-orgasmo cuando llega el envío a tu casa, admiración de minutos y a otra cosa. Demasiadas distracciones pendientes, oiga. Lo peor es que se hace de modo automático. Una y otra vez, una y...
Siento que desde que trabajo la vida ha cambiado. Tengo estabilidad, y es maravilloso. Ya no me siento cada día inseguro al no saber qué me va a suceder en el futuro. Ahora ya lo sé, seguiré yendo a trabajar y pagar lo que tenga que pagar. Mi futuro ya está definido. Hasta el último día. Oh, mira qué oferta tan tentadora... voy a cerrar la pestaña del navegador. De la que me he librado. Seguiré ahorrando, por si acaso. Por si acaso, siempre por ese motivo. Supongo.
Al final he caído y he comprado otro videojuego muy barato en Steam. Un saludo.
Escena de la serie Louie:
-O sea que te arriesgaste a ser feliz, incluso sabiendo que después estarías triste.
-Sí.
-Y ahora...estás triste.
-Sí...
-Entonces...¿cuál es el problema?
-Estoy demasiado triste. Mire, a mí me gustaba la sensación de estar enamorado de ella, me gustaba. Pero ahora se ha ido y la echo de menos y es terrible. Y pensaba que no iba a ser tan malo y me pregunto, ¿por qué ser feliz alguna vez si después te vas a sentir así? No vale la pena, no valía la pena.
-Oh chico, "la miseria no es apreciada por el miserable".
-¿Qué?
-Bueno, no estoy muy seguro de como te llamas pero eres el clásico idiota de libro. ¿Crees que pasar el tiempo con ella, besándola, pasándotelo bien con ella...crees que eso fue todo? ¿Que eso era el amor?
-Sí...
-Esto es amor, la has perdido. Ella se ha ido, tú te quieres morir, eres...tan afortunado. Eres como un poema andante. ¿Preferirías tener algún tipo de fantasía? ¿Una especie de...de viaje a Disneyland? ¿Es eso lo que quieres? No lo ves, esta es la parte buena. Es lo que has estado buscando todo el tiempo. Ahora finalmente lo tienes en tu mano, la dulce pepita del amor. Dulce, triste amor y lo quieres echar al traste. Lo has entendido todo mal.
-Pensaba que esta era la parte mala.
-¡No! La parte mala es cuando la olvidas, cuando ya no te importa. Cuando no te importa nada. La parte mala vendrá, así que disfruta del dolor mientras puedas, por Dios Santo...coge la mierda de perro, por favor, ¿serías tan amable de coger la mierda que acaba de cagar mi perro? Gracias por recogerla, suertudo hijo de puta. No me han roto el corazón desde que Marilyn me dejó, desde que tenía...tenía 35 años. Cómo me gustaría tener esa sensación de nuevo. ¿Sabes? No estoy muy seguro de cómo te llamas, pero, puede que seas la persona abandonada más aburrida que he conocido jamás. No te ofendas, dame el perro. No te hundas.
Asegura hoy El Mundo que el 54,5% de los extremeños no llegaron a acabar la ESO, es mas, que ni siquiera pasaron de segundo de ESO. Es mas, lo ilustra con el ejemplo de un bar con 20 personas en las que 11 no pasaron de segundo ESO. Dice que estos datos están extraídos de la última EPA, pero son erróneos porque no se sabe interpretar los datos de esta. Sin nos vamos a los datos de Extremadura en la EPA del primer trimestre de 2024 podemos ver que el 2,3% es Analfabeto, el 6,9% tiene Estudios primarios incompletos, el 13,3% Educación primaria y un 32%, Primera etapa de educación secundaria o similar (2,3%+6,9%+13,3%+32%=54,4% indicado en la información). Y precisamente en ese 32% con Primera etapa de educación secundaria está el error, porque si leemos los datos de clasificación de niveles educativos que aparece al pie de los datos, si se incluyen ahí los que tiene el título de ESO (nivel 22 de CNED 2014), ya que se incluyen los que han obtenido el título de ESO tanto por la vía general como a través de Educación de Adultos, PCPI o Pruebas Libres.
"Yo luché por convicción en la guerra civil y lo hice aún más convencido en la Segunda Guerra Mundial....joder, si hasta estuve en Normadía..., pero jamás podré perdonar al gobierno español el olvido permanente de personas que lucharon por la libertad, que se jugaron la vida por acabar con el fascismo. Muchos de los que murieron a mi lado eran republicanos socialistas, personas que hoy se avergonzarían de un partido que se sigue llamando republicano y presta obediencia a un Rey del que algún día se sabrá de qué madera esta hecha y sigue creyendo que Felipe es un ejemplo, cuando no fue más que un vendido a los americanos.
(...)
La izquierda española se avergüenza de lo que es y en ese ejercicio de "avergonzamiento" tiene mucho que ver el haberse rendido a una batalla cultural que hoy en Francia sigue librándose tímidamente. La de estar orgulloso de unos orígenes ideológicos, la de plantear líneas rojas que delimitan el mundo que queremos, la de estar siempre del lado de los que más sufren, la de entender que el objetivo esencial del vivir es la felicidad, no consumir. Si olvidamos esa lucha, estamos perdidos porque no hay nadie más esclavo que el que se cree libre porque no es capaz de ver sus cadenas. La vida no puede ser solo esperar al viernes.
(...)
Nosotros nos jugamos la vida por la libertad de un continente que estuvo a punto de caer en las manos del fascismo y ¿qué tenemos hoy? Una Unión Europea en manos de otro tipo de fascismo, más sutil y por eso mucho más peligroso: el liberalismo.
(...)
La libertad no es ir a votar cada 4 años. La libertad es poder elegir a partidos que se partan el pecho por el bien y la felicidad común, es educar a personas que, por encima de ser de derechas o de izquierdas, entiendan el patriotismo como una forma de solidaridad, con el prójimo, no como una forma de exclusión u orgullo y me va usted a perdonar, pero nada de eso hay en España".
Rafael Gómez, último superviviente de La Nueve (2007).
Hoy es el Día del Orgullo Friki ('Geek Pride Day'), el Glorioso 25 de mayo o Día de las Lilas ('The Glorious Twenty-Fifth of May / Lilac Day', en homenaje a Terry Pratchett) y Día de la Toalla ('Towel Day', en homenaje a Douglas Adams); coincidiendo además con el 51º aniversario del lanzamiento del Tubular Bells de Mike Oldfield (1973), 47º aniversario del estreno de Star Wars (1977), 44º aniversario (y 4 días) del estreno de El imperio contraataca (The Empire Strikes Back, 1980), 41º aniversario del estreno de El retorno del Jedi (Return of the Jedi, 1983); además de los cumpleaños de Magneto / Gandalf (Sir Ian McKellen, 85), Yoda (Frank Oz, 80), el co-director de la trilogía Regreso al futuro (Back to the Future, Bob Gale, 73), el Dr. Jonathan Crane / Scarecrow (Cillian Murphy, 48) y Frank Castle / The Punisher (Ray Stevenson, fallecido hace ahora un año)... ¿Me dejo algo? ;-) :-D
Feliz Día del Orgullo Friki a todos.
Milei ataca a Sánchez y su mujer pero para El Mundo el que abre una crisis diplomática es Sánchez. Es curioso porque El País lleva casi el mismo titular en portada, pero en el sentido contrario.
No me extenderé mucho porque la idea es bastante simple.
He pasado un tiempo fuera. He regresado con otro nombre, y obervo que los meneantes se han hecho partidarios de la obediencia, adictos a la denuncia y amigos de la delación.
Alucino.
En este sitio, la desobediencia era una especie de religión. La desobediencia civil, la lucha callejera, la resistencia contra la autoridad y contra la opresión, la necesidad de mantener una sociedad civil capaz de enfrentar y cuestionar las decisiones de los poderosos.
Y de repente, no leo más que comentarios pidiendo más multas, más mano dura, más poder para los policías y los guardias civiles, más mano ancha para su arbitrariedad, más recursos para la represión, más cámaras, más líneas telefónicas donde señalar al otro.
¿Qué ha pasado?
Lo pregunto muy en serio. ¿Es porque gobierna la izquierda y pensamos que ahora los maderos están de nuestra parte? ¿O es que el miedo nos ha convertido en aquellos sanchopanzistas que tanto asco nos daban?
¿Protestar se ha vuelto facha? No me jodais...
Diez mil obreros en paro esperan en la plataforma de suicidio colectivo. Diez mil mujeres violadas compartirán tu noche de bodas. Diez mil niños maltratados no fueron suficientes para comprar tu infancia. Diez mil ancianos estafados se amontonan en vertederos de la tercera edad como vampiros sedientos de cariño. Y el mundo es cada día un lugar mejor. Tu mundo es cada día un lugar mejor, te lo dicen las pantallas desde que te levantas hasta que te acuestas. Tu mundo es cada día un lugar mejor porque por fin tu miedo es más grande que los agujeros de tus bolsillos y la libertad es como un mal sueño del que todos nos vamos despertando poco a poco. Todo va ocupando el lugar que le corresponde y tú también. Y por suerte todavía no eres un obrero en paro ni un anciano sediento de cariño. Todavía no. Y nunca serás una mujer violada y el niño que fuiste yace enterrado en uno de esos sótanos de tu memoria a los que nunca vuelves. Y la vida es cada día un lugar mejor porque todas tus horas están ocupadas y los médicos te cuidan todo el tiempo. Nunca pensaste que se pudiera estar tan enfermo durante casi todo el tiempo, pero la medicina vela por ti. La medicina es la mayor esperanza de los hombres hoy en día. Comulgamos en las farmacias los sueños administrados por nuestros cuidadores. Tú también, tú sobre todo. Porque eres culpable. Eres culpable de tu mala salud, de los vicios inconfesables que se reflejan en tu sangre, de las enfermedades raras que padeces desafiando toda estadística, como todos tus conocidos. Culpable de la culpa oscura que roe tus noches y te dice que no tienes derecho. No tienes derecho a estar vivo porque el mundo es demasiado complicado y tú tienes demasiada suerte. Tienes un trabajo. Y una casa. Y una familia. Tienes una sonrisa colgada en el perchero que te pones cuando sales de casa y que cuelgas al volver. Tienes la costumbre del transporte urbano durante tres horas diarias, de las diez horas en el trabajo, con una pausa de dos horas que sueles pasar trabajando porque algo hay que hacer con el tiempo que te consume hasta que vuelves a casa y todavía te sobran once horas perfectamente organizadas para hacer las compras o ir al gimnasio o contar un cuento a tus hijos o preparar la cena o ver la tele o sábado y domingo con amigos o tus padres o los padres de ella y todavía siete horas y media químicamente perfectas de sueño lleno de pesadillas que no recuerdas a la mañana siguiente. Porque tienes derecho a tus obligaciones y saber eso hace que el mundo sea cada día un lugar mejor para todos.
Y tienes derecho a no hacer preguntas. Tienes derecho a no preguntar por qué diez mil obreros hacían cola en las plataformas de suicidio colectivo. O por qué de pronto aparecieron las plataformas de suicidio colectivo en todas las ciudades. Tenías el derecho obligatorio de no preguntar por qué seguía habiendo mujeres violadas, niños maltratados, ancianos abandonados. No quieres saber por qué todo el mundo estaba tan enfermo de pronto, por qué la salud se había convertido en la esperanza de los muertos, por qué cada día era igual al día siguiente igual al día siguiente. No te preguntas por qué no recuerdas un solo día en tu vida diferente a los otros y por qué no te ves diferente a los demás. Eso es bueno, sabes que es bueno. No recuerdas cómo era todo antes pero sabes que era peor, porque te lo han dicho las pantallas. Sabes que no necesitas la libertad porque fue la causa de todos los males del pasado. Y cuando el miedo se convierte en una costumbre llega a parecer algo agradable.
Vives en el mejor de los mundos porque los que no piensan así ya no viven en este mundo. Y como has aprendido a no preguntar nunca sabrás cómo has llegado hoy hasta la plataforma de suicidio colectivo.
Hace poco se ha conocido que la cuenta de Borja Escalona (el """"youtuber"""" que amenazó a la dependienta de un local de comida, hirió a una transeúnte lanzándole una maquinilla de afeitar y un largo etc.). En Forocoches ya se está celebrando (habían iniciado una campaña para cerrarle el canal).
Aunque todos sabemos que volverá a abrirse otra cuenta, me alegro mucho que se le haya cerrado. El personaje no hace más que meterse con la gente, acosarla, realizar bromas de mal gusto y un largo etcétera.
Desde aquí un saludo al señor Escalona. Que este ban sea para siempre; por el bien de todos.
Abres un libro o una revista por curiosidad. Estás leyendo y puede que alguien esté hablando o que escuches algún tipo de sonido que te distraiga. No es fácil encontrar el momento o el lugar adecuado para leer. No es fácil si te resulta complicado concentrarte. Ahora mismo puede que también alguien esté entusiasmado leyendo un libro en circunstancias lejos de las ideales.
Mientras lees tu atención está puesta aquí. Por otro lado, tu intención, que no es lo mismo, puede que sea la de encontrar algún tipo de conocimiento, entretenerte o simplemente leer por leer. Hay a quien le encanta leer, que es capaz de pasar las hojas incasablemente de un libro hasta terminarlo casi de golpe, y que antes de hacerlo, ya está pensando lo poco que le queda por terminar, y qué leerá después. También hay quien lee un libro un poco y enseguida prefiere dedicar el tiempo a otra lectura o a otra cosa directamente.
Leer tiene beneficios inmediatos y sin darte cuenta. Por ejemplo aprendes a escribir mejor. Cuando ves las palabras en papel o en pantalla, te familiarizas con ellas de otra manera. Y desde que ves una palabra mal escrita, algún resorte saltará en tu cabeza indicándote que hay alguna falta ortográfica en ella.
También leer ayuda a expresarte mejor, a hablar con un vocabulario más amplio y a enunciar frases sintácticamente correctas, enlazándolas de forma más fluida. Lo mejor de todo es que sabrás comunicarte mucho mejor. Todo lo que piensas o sientes sabrás verbalizarlo de una manera mucho más clara y concisa.
Si la pregunta es qué leer, yo creo sencillamente lo que te gusta, ni más ni menos. Una revista, alguna página de internet, cualquier lectura informal o un libro, por muy sencillo que sea, es siempre mejor que no leer nada.
Hay libros o lecturas que te ofrecen solo entretenimiento. Con otros puede que también obtengas algún tipo de conocimiento mientras pasas el rato. Hay otros libros o lecturas que te exponen una opinión sobre un tema y hay quienes escriben sobre algo de una forma más o menos académica.
Todo lo que tenga relación con el conocimiento dependerá de por qué lo lees. De cuál sea tu intención. No es lo mismo leer un libro de la Edad Media o de hace 20 años, buscando un conocimiento que siga siendo válido hoy en día, que leerlo desde la curiosidad o desde la investigación.
También hay libros de crecimiento personal, de religión, de juegos, etc. Los géneros y los tipos de lectura son casi interminables. Cualquier aspecto de la vida o de la imaginación puede que esté reflejado de alguna manera en algún libro o en alguna revista.
Si la lectura es de actualidad, o sobre nuestra sociedad, todo dependerá de nuestros ideales y de nuestro criterio. De nuestra capacidad de discernir también dependerá distinguir los hechos de las opiniones.
Y de opiniones están llenas las redes sociales, los medios de comunicación o los libros de recomendaciones. Comentarios de todo tipo, y sobre cualquier aspecto, que puedes leer en todos los formatos disponibles.
En definitiva, la lectura, como con cualquier otra afición, puede abstraerte totalmente. Y si es para madurar, crecer como persona, o para inspirarte y estimularte en algún sentido que te haga desarrollar positivamente, pues mejor todavía. O como decía Charles de Montesquieu: “No he conocido ningún mal que una hora de lectura no alivie.”
Escribir sobre estos temas siempre es complicado. Implica mostrar una vulnerabilidad absoluta. Se puede interpretar como que vienes a contar tus miserias y necesitas que te hagan casito (Este no es mi caso. No necesito ánimos, apoyo o palmaditas en la espalda)
También existe la posibilidad de quien entre a leer estas cosas por el morbo, esas personas a mí personalmente me dan igual. La gran mayoría de la gente que habla sin tapujos de esto lo hace para ayudar y eso es lo único que importa.
Quiero dejar bien claro que: Si necesitas ayuda psiquiátrica o psicológica no dudes ni un instante en pedir ayuda. A pesar de lo que voy a escribir a continuación, ese primer pasos de buscar ayuda es importante. Es asumir que hay un problema y es la primera piedra de los cimientos de una salud mental plena y sana.
Con 28 años se me fue la olla, me despersonalicé (Para que se entienda el concepto, me sentí en matrix y el show de Truman a la vez) Estaba sola en casa y me acojoné hasta límites que nunca jamás había sobrepasado. A pesar de no estar al 100% en mis cabales sabía que necesitaba ayuda. Salí de casa y fui al ayuntamiento (Siempre hay un policía local) le pedí ayuda:
-Por favor necesito ir al hospital, no estoy bien.
Él, muy “amablemente” me indicó donde estaba la parada de taxis y que no era un servicio de ambulancias, era policía. Así que temblando como una hoja fui a por un taxi. Me sentía observada por toda la gente de la calle, el sonido ambiente no funcionaba bien (Era como estar dentro de una burbuja) Conseguí llegar al taxi, me subí y le di la dirección. Esto no mejoró ni mi estado de ánimo, ni mi disociación. El taxista tenía la radio apagada (Y eso chalada o cuerda jamás me había pasado, ni me volvió a pasar) Así que la radio apagada incrementó mi estado de paranoia.
Llegué a urgencias e hicieron lo que se hace en esos casos. Me dejaron sentadina en la sala de espera a ver si se me pasaba. Estaba tan saturada mentalmente que me paralicé. Tenía mucho calor, pero era incapaz de quitarme el abrigo porque mis manos no querían moverse. Tampoco podía hablar para decirle a la señora que me estaba contando su vida que me dejara tranquila.
No recuerdo cuanto tiempo estuve en parálisis. Pero sé que cuando conseguí moverme me quité el abrigo, informé en la recepción que iba a llamar por teléfono y a fumar. Quería que supieran que no me iba, que necesitaba aire. La mujer fue muy comprensiva y me dijo que cuando me viniera a ver la psiquiatra me venía a buscar.
Una vez en la calle me encendí un cigarro con la mirada perdida, el aire frio me alivió del calor que aún me quedaba de haber estado tanto tiempo con el abrigo puesto. Dos cigarros después y con el aire de mar dándome en la cara conseguí llamar a casa ( Ya no estaba tan jodida, pero la realidad aún estaba distorsionada)
A las once y pico de la noche llamé a mamá y le expliqué el percal (Cuando no estoy bien suelto una cantidad de tacos ingentes, entre lo que le contaba y la cantidad de cagamentos, mi madre supo que era grave) A mitad de conversación salieron a buscarme para hablar con la psiquiatra. Era una mujer de mediana edad, cara amable y sonrisa conciliadora. Mujer confiable. Estuve un buen rato respondiendo a sus preguntas. El final de la conversación fue:
-¿Quieres ingresar voluntariamente o ir a casa?
Yo estaba muy asustada y escogí la primera opción. Necesitaba un sitio seguro con personas que pudieran ayudarme.
Esto es importante: Ingresé voluntariamente. No era un peligro para mí misma, ni para nadie. Y la psiquiatra me vio lo suficientemente racional como para irme a casa si quería.
Al escoger el ingreso me dejaron de nuevo en la sala de espera para que hicieran el papeleo y me prepararan la habitación. Entre tanto llegaron mis padres, me abracé a ellos como quien se aferra a un salvavidas (Es a día de hoy que solo con rememorar esta escena se me saltan las lágrimas)
Una vez todo estuvo tramitado el guardia de seguridad nos indicó que era el momento de subir a planta. En el ascensor íbamos mis padres, un celador, el de seguridad y yo. Nos bajamos en el ala de psiquiatría, recuerdo aquellas puertas de metal verde grisáceo (Color triste) con pavor. El celador llamó al timbre y las puertas de metal se abrieron (Es como si estuviera a punto de entrar en prisión) Antes de entrar recuerdo con claridad esta conversación:
-Vamos a entrar y una vez estés instalada puedes despedirte de tus padres.
-Nos vemos ahora – Les dije.
Atravesé la puerta y el click del cierre metálico aún me retumba en el cerebro. Pasé a un despacho, entregué todos mis objetos personales y los cordones de los zapatos. Me indicaron cual era mi habitación y pregunté si podía ver a mis padres para decirles que todo estaba bien, que estar ahí era el mejor lugar por el momento.
Primera sorpresa, me habían mentido. Ya no podía salir, no podía despedirme de mis padres como me habían dicho. Me dieron un pijama, pastillina para dormir y a correr…
Me bastó pasar el desayuno para saber como iba a ser la dinámica de ese lugar. Me vestí cuando me despertaron las enfermeras (En el ala de psiquiatría no puedes ir con pijama de hospital, hay que ir vestido de calle) Me coloqué en la fila del comedor, antes de entrar me dieron un vaso de plástico (Tipo vaso de cumpleaños, de esos de plástico fino) Ese vaso lo tenía que conservar y llevarlo y traerlo a las horas de la comida (Esto me enteré después de una bronca por no haber llevado al vaso a la hora de la comida. También me comí una por no hacer la cama ¿Cómo iba a saber esas cosas si nadie me las había explicado previamente? Un misterio…)
Me senté a desayunar. En ese momento yo era plenamente racional, era la yo de siempre. Ni Matrix, ni show de Truman (Era una persona plenamente consciente y racional) Un enfermero me puso dos pastillas en un vasín de plástico (Yo había dejado la medicación hacia mucho tiempo porque me aplatanaba) La conversación fue la siguiente:
-Si me tomo toda la dosis de golpe me va a sentar mal ¿Puedo empezar con la mitad?
-La médica prescribió esto y esto te vas a tomar.
-Me va a sentar mal.
-Todo.
Me las tomé bajo la antenta mirada del enfermero. Media hora después me puse a morir. Era como estar en un barco con marejada. Me fui al baño y vomité lo que no está escrito lo que me llevó a la gloriosa situación de estar mareada, vomitando cual fuente y rematando que del esfuerzo de vomitar tanto me cagué. Al parecer en psiquiatría tampoco se puede estar mucho rato en el baño, así que me sacaron de ahí, les pedí un pijama para ponerme un pantalón limpio.
-No se puede ir de pijama aquí.
-Pues dejadme llamar a mi madre para que me traiga ropa.
-No se puede hablar con los familiares. Solo en los ratos de visita.
Con las mismas me desnudé, me duché y me quedé con la camiseta y desnuda de cintura para abajo (Era la única solución viable que encontré, no me parecía ni digno ni cómodo esperar hasta dios sabe cuando a tener ropa limpia) Todo esto ocurría mientras seguía muy mareada y vomitando, nunca en mi vida había vomitado tanto. Al final cómo tenía que ver a la psiquiatra y ya iba tarde me dieron un pantalón de pijama.
Yo estaba muy mal (Lo del mareo por tomarme toda la medicación de la tacada) La psiquiatra me hacia preguntas, pero yo no podía responder. Lo único que quería era que todo dejara de dar vueltas y volviera la estabilidad. La residente que acompañaba la psiquiatra estaba viendo la jugada y parecía mucho más angustiada ella que yo. La sesión con la psiquiatra acabó tal que así:
-No puedo más, me encuentro muy mal, estoy muy mareada. No puedo pensar, solo quiero vomitar.
-Ya me hiciste perder el tiempo llegando tarde y ahora no quieres contestar ¿Entonces para que vienes?
Y ahí rompí a llorar. La psiquiatra se fue ofendida, fue la residente la que me calmó. Me dio un liquido en un vaso de plástico y me aseguró que me calmaría las nauseas y así fue.
Ese fue mi glorioso primer día, en la hora de visita vinieron mis padres. Les informé que me hacía falta ropa y que si me podían traer lo que necesitaba. Así que se tuvieron que ir enseguida para que les diera tiempo a recopilar en la hora y media que quedaba de visita lo que les había pedido.
Normas extraordinariamente estrictas y poco flexibles en un sitio en el que necesitas que te cuiden…
En total estuve tres días en ese infierno. Hubo más anécdotas y situaciones incómodas. Infantilización, todo lo que decía no tenia valor porque estaba “Chalada” y los locos solo dicen locuras. Durante las dos horas de visita podía salir a la calle tutelada por mi madre que me traía tabaco de estraperlo y hacía lo que mejor se le da a mi madre hacerme reír a carcajadas con su humor negro y sus movidas de señora punki.
El tercer día mi madre me hizo llamar a mi mellizo en la hora de visita. Le conté el percal, como era estar ahí dentro y que no me estaba ayudando en absoluto. Mi hermano citó a Foucault, me hizo volver a mi ser con una conversación llena de filosofía que acabó con un lapidario: Sal de ahí, si te quedas estando cuerda saldrás loca.
Subí a la planta y pedí el alta voluntaria. Pasé a un despacho con un psiquiatra. A ese le conocía me tragué el odio visceral y opté por amabilidad contesté sus preguntas educadamente y finalmente me dejaron irme con la promesa firmada por mi madre que me iba a tutelar.
Y esa es la historia de cuando me dí cuenta que la psiquiatría está regulinchi y que si quieres vivir en vez de sobrevivir o me ayudaba yo sola o estaba sola.
Escribo esto desde la plena cordura, desde mi vida plena y feliz después de muchos años de esfuerzo sobrehumano para salir de un pozo muy oscuro plagado de monstruos. El pozu marialuisa…
Lo que mejor define mi vida actualmente es la canción tiranosaurius rex de Kase O.
menéame