Hoy nuestro querido compañero @PasaPollo ha publicado un reto personal y nos ha invitado a seguirle aquí:
Como ya nos conocemos, me gustaría proponer este nuevo reto, post-reto o como queramos llamarlo basado en un sencillo decálogo:
1. Pase lo que pase nos comprometemos a que una vez terminado el reto de ser normales, volveremos a un estado de "asalvajamiento" como máximo igual o menor que el anterior al reto.
2. No crearemos artículos lacrimógenos explicando como la realidad no se plegó a nuestros deseos, ni el mundo se convirtió en un lugar mejor a pesar de los casi cinco titánicos minutos que aguantamos intentando ser normales.
3. No crearemos un sub invitando a otros meneantes a escribir los artículos mencionados en el punto dos.
4. No culparemos a @PasaPollo ni a su sensual lengua de serpiente labia de habernos hecho creer que podíamos cambiar el mundo para acabar volviendo al redil con más sed de sangre que antes.
5. Como último recurso y si no somos capaces de asumir la cruda realidad, culparemos a los admins que siempre tienen la culpa de todo.
6. Tras el primer strike, como es costumbre volveremos con otro nick y ahora ya sí podremos culpar a los admins con motivo.
7. Con el segundo y sucesivos strikes se le va cogiendo el gustito.
8. ¿Hemos escrito ya un artículo en el sub |Mi_strike?
9. ¿Y ahora?
10. Goto 5
Suerte a todos
Es mi primer artículo así que espero que no seáis muy duros.
Lo primero que me gustaría hacer es una clasificación y es que no todos los SUV son iguales:
(*los he llamado todo camino por que si bien por monte y demás pueden ir sin problema obviamente no suben por donde un Suzuki Jimmy o similar)
En definitiva que meter en el mismo saco a un Mercedes ML y a un Dacia Sandero es un sinsentido.
El primer grupo son vehículos carísimos y con alto consumo, y sí por ese precio, o seguramente menos, puedes comprar una berlina de lujo etc, pero diga el meneante medio lo que diga son coches buenísimos en muchos aspectos, punto, no se puede opinar. Son tremendamente fiables, interiores de lujo, cómodos... Alguno tan denostado como el Cayenne son auténticas joyas de la ingeniería, eso sí pagados a un precio que no todos los bolsillos se pueden permitir. Además cuentan con todas las prestaciones de un vehículo de lujo de serie como sensores de todo tipo, equipaciones de audio de gama alta, asientos de cuero y demás. Aquí me gustaría comentar que a veces ocurren cosas a las que no le encuentro ningún sentido como que el Bmw X6 hasta hace pocos años sólo se fabricaba en 4 plazas, ¡un coche de 5m y +2000 kilos sólo podía transportar a 4 personas! sin embargo su hermano menos "deportivo", pero de igual tamaño, el X5 dispone de hasta 7 plazas.
El segundo grupo siguen siendo caros pero el consumo ya es más razonable, buenos coches pero comentaba no es buena idea intentar utilizarlos como todoterreno, para ir por caminos dan bastante el pego y puede ser una opción para el medio rural si quieres un coche de buena apariencia (unos más que otros) y no dejarte los bajos con las piedras de los caminos. Cuidado no sólo cambian el tamaño, potencia etc, en las marcas premium los acabados de este grupo están muy por debajo de los del primero.
El tercero es simplemente una moda estética, no hay más, pero también con mejor acceso que un coche "normal".
Ahora hablemos sobre esos accesos, es una de las "escusas" que más se utilizan para comprar un SUV. Es cierto que el acceso para personas con problemas de movilidad es mejor en los SUV, salvo en los del primer grupo, y es que hay algo que mucha gente no se plantea subirse a un mostrenco de esos si no tienes una altura mínima o cierta agilidad no es fácil ni cómodo por mucho que lo quieran vender así, así que si lo quieres por temas de acceso y mides menos de 1.75 (por decir algo) NO deberías comprarte uno de estos, de cualquiera de las otras dos gamas será mejor opción.
Otra de las razones suele ser la visibilidad y ahí el meneante ibérico suele decir que tapan la visibilidad del resto de vehículos a cambio de ganar ellos, y tiene sentido, pero solo en ciudad, hay que recordar que mucha gente no vivimos en el centro de una gran ciudad y el cambio de visibilidad también se nota en carretera (en autovía la verdad es que es irrelevante) así que la mejora de la visibilidad es importante o no dependiendo de donde vivas y el uso que le vayas a dar al vehículo.
Capacidad de carga, algunos especialmente del grupo 3 son demenciales, tienen menos capacidad que una berlina tradicional, sinceramente no lo entiendo, compras un coche relativamente grande y te dan un maletero ridícuo ¿No habría tenido sentido reorganizarlo o al menos alargarlo unos cm más para darle más maletero? ¿Si ya es grande que más da? Los del grupo 1 en ese sentido son auténticas bestias con una capacidad de carga similar a una furgoneta pequeña (sí, ya se que para eso te compras una furgo pero no es de lo que estamos hablando).
Sigamos con el consumo: por razones obvias como son el peso y la carga aerodinámica un SUV siempre va a consumir más que su equivalente en coche normal, así que tampoco creo que sean una buena compra si vas a hacer muchos Km.
Aparcamiento, cuidado con esto y es que los del grupo 1 no entran en cualquier garaje, son coches no solo muy largos si no que también bastante más anchos de lo normal (unos 15-20 cm que se notan).
En definitiva, que no todos los SUV son iguales pero ni de cerca y el si es una compra correcta o no sólo se puede evaluar mirando el caso de cada persona y es que no todo el mundo vive en el centro de Madrid.
Ahora paso a contaros mi experiencia personal y por qué cambié una berlina (Alfa Romeo) por un SUV (BMW X5). La primera razón no voy a ser hipócrita y es por que quise, habrá gente que lo critíque por el gasto o por lo que sea pero mi economía me lo permitía hacer sin problema y al final es mi dinero, al final la compra de un coche siempre tiene un alto porcentaje de decisión emocional, dicho esto voy a dar una serie de razones más cabales:
Me gustaría leer vuestras opiniones más allá del "usa el transporte público" o "eso es que tienes el pito pequeño".
Un saludo!
Me ha llegado este whatsapp de uno de los jóvenes confinados por el macrobrote en Palma de Mallorca y creo que se le debe dar la mayor difusión.
Alguien por aquí decía que las obviedades no hay que explicarlas. Yo diría que sí:
"¡No digas que lo que digo yo está mal, estás coartando mi libertad de expresión!"
No, mire usted: que alguien diga que su opinión no le gusta no coarta su libertad de expresión. En realidad, esa otra persona esta ejerciendo la suya. La libertad de expresión va en ambos sentidos: usted dice lo que quiere, y el otro también. Además, sepa usted que lo respetable son las personas, no las opiniones. De hecho, hay opiniones que son una puta mierda. Y estoy tan en mi derecho de expresar ese rechazo como esa otra persona de soltar basura por su boca.
"¡No dibujes cosas que ofenden mi religión, estás coartando mi libertad religiosa!"
No, mire usted, volvemos a lo de antes: que alguien dibuje algo que no le gusta y que hace referencia a su religión (o que usted cree que hace referencia a su religión) no coarta su libertad de creer en lo que usted quiera, puede usted seguir haciéndolo mientras lo desee, diga lo que diga quien sea: nada de lo que diga cualquier otro puede hacer que usted deje de ser religioso si usted quiere seguir siéndolo. Esa otra persona está ejerciendo también un derecho, el de libertad de expresión.
"¡No me obligues a llevar mascarilla, o a quedarme en casa, estas coartando MI LIBERTAD!"
No, mire usted: la libertad no es hacer lo que le dé la gana porque yo lo valgo. Puede que a usted no le gusten, pero hay leyes, se toman medidas, se pide la colaboración de la ciudadanía en ciertas situaciones de emergencia, como la actual.
Y, por favor, no insulte usted mi inteligencia haciendo referencia a "la ley natural" cuando se habla de libertad, como me comentó hace unos días alguien al que le molestaba que otras personas ejercieran su libertad para hacer cosas que no dañaban a nadie y estaban dentro de la ley, pero que a esa persona no le gustaban, como dos hombres casándose entre ellos. Mi respuesta fue que, según "la ley natural", que puede ser también "la del más fuerte", yo podría ir a su casa, arrancarle la cabeza de una garrotazo y quedarme con sus bienes. ¿Bien así? ¿O prefería él, tal vez, que hubiera leyes humanas? No lo sé, porque no contestó…
La libertad es como un superpoder, le permite hacer a usted muchas cosas que en otras circunstancias y países no podría, y ya sabe usted lo que decía el tío de Spiderman:
"Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad."
Esa "gran responsabilidad" se traduce, por ejemplo, en colaborar en un esfuerzo común en una situación de emergencia. Y ejercer ese superpoder le va a exigir, además, un esfuerzo: el de informarse, el de no creerse bulos, el de averiguar si los datos que le dan otros son ciertos o no, para, con la información suficiente, poder ejercer ese superpoder con responsabilidad. Y entonces, siempre que no dañe usted a nadie y cumpla con las leyes que han aprobado el Parlamento del país, podrá hacer usted lo que quiera, dentro de esos límites.
En resumidas cuentas, la libertad no es "yo hago lo que quiero, pero no se te ocurra hacer nada que me moleste o disguste, o estarás atacando mi libertad". No, mire usted: resulta que usted puede ejercer su libertad, pero los demás también.
Nos dice la RAE que “agüero” es el procedimiento o práctica adivinatoria, utilizada en la antigüedad por pueblos supersticiosos, y que se basaba principalmente en la interpretación de señales, véase el canto o vuelo de las aves, ciertos fenómenos meteorológicos, etc... De “agüero” aparece otra palabra, “agorero”, esta con cierta connotación negativa, pues se dice de aquel que anuncia o predice males o desgracias.
El caso es que si hacemos caso a la RAE la palabra “agüero” pareciera solo remitirnos a antiguas y olvidadas prácticas supersticiosas. Pues bien, yo les digo que en lo referente a la economía, esta disciplina donde parece obligación para algunos adivinar y afirmar con sospechosa rotundidad un trágico futuro, agüeros y agoreros a golpe de twit, titular o vídeo en Youtube están bien presentes hoy en día: chamanes y arúspices que aseguran ver en cierta señal, índice o tendencia el futuro. Y si bien prever en base a datos e intentar adelantarse a los acontecimientos parece ser algo necesario en toda nuestra actividad, como no en el análisis económico, no deja de ser curioso la repetida insistencia por parte de algunos de estos oráculos en anunciarnos el segundo advenimiento y el paseo de los cuatro jinetes.
El malvado BCE. Cuestión de compromiso.
Y así resulta que este que les escribe, uno que siempre fue crítico con el papel y sobre todo las vías de actuación asignadas al BCE de Maastricht, va a tener que romper una lanza a favor de este organismo, aun a riesgo de tener que abrir el paraguas, justo en un momento en que la actuación de este se ve seriamente, y no sin razones, criticada. ¿Por qué elegir un mal mayor pudiendo elegir uno menor? La economía, en tanto que es política, siempre es una cuestión de compromiso en el resultado y no de máximos.
Ustedes ya conocen los sermones de nuestros pastores con esta institución y lo que el futuro nos depara, aquí mismo en Menéame se leen a diario: el malvado Banco Central, formalización institucional de henchidos burócratas, se comportaría siempre con una sorprendente imprudencia financiera al abusar, con su poder monopolístico, de la elasticidad crediticia que permite una moneda fiat, el euro, siendo así que con el fin de mantener las insostenibles deudas soberanas, este se vería a la larga abocado a recurrir a un continuo proceso inflacionario en aceleración, impresora mediante, cosa que iría en sentido contrario al principal cometido de la entidad, que no es otro que el control de precios y supervisión de la entidades de crédito.
Y uno estará de acuerdo con muchas de las cosas anteriormente presentadas. Sí, el BCE es una institución de corte eminentemente burócrata, con todos los problemas asociados a este tipo de elefantes y su distancia del mundanal presente. Sí, es monopolística, si así queremos llamarlo (por eso se llama “Central”), en tanto actúa a la postre como árbitro de plazos y riesgos (si bien por otro lado pudiera parecer exagerado llamar monopolio a un Central que permite que más del 90% del dinero se realiza a través de la banca privada y la demanda de crédito). Sí, ha demostrado una más que dudosa competencia como controlador del riesgo al crédito en el mercado, a la vez que viene pareciendo su actuación como única solución momentánea a las deudas soberanas... y muchas otras vergüenzas de las que no dejaremos aquí mayores comentarios que estos: la tendencia que un banco central fiat crea en el mercado crediticio para trabajar sin liquidez, las vías mediante las cuales lanza sus estímulos, su inexistente voluntad de evitar una sobrefinanciarización de la economía, una sospechosa incapacidad o confirmada complacencia en no hacer llegar estos estímulos a eso que llamamos coloquialmente “economía real”, etc... El BCE, como cualquier central, presenta problemas de base y de funcionamiento, y no pequeños (también solemos, por otro lado, responsabilizarle de asuntos de los que no tiene competencia). Pero de esto a afirmar que la acción del BCE aboca a un continuo proceso inflacionario que nos llevará, en caso de no eliminar tal institución, a la llegada de los ciento cuarenta y cuatro mil elegidos, abogando así algunos por tiempos pretéritos hay un paso importante.
No deberíamos nunca tirarnos a los brazos de la ortodoxia y doctrina oficial, siempre connivente y afanada en conseguir ciertos intereses espurios, siempre indolente con quien decidió sacrificar, actor este BCE de el flujo y concentración actual de rentas. La economía en tanto disciplina que no se cierra categorialmente es en el fondo política, y la política siempre es una cuestión de intereses, por lo que la crítica, alternativas, resistencia y presentación de contrapartidas siempre son más que necesarias. Pero también debemos advertir que no es nada nuevo esto de que cierta heterodoxia de uno y otro lado, siempre simpática en épocas complejas, asome la nariz en cada crisis para anunciarnos el fin del bloque histórico. Y un momento en el que confluiría una política de estímulo por parte del BCE junto a un aumento de, por un lado de la demanda tras la crisis del Covid-19 y por otro, de costes en materias primas, energía y en la cadena de distribución (vaya combo) es una oportunidad magnifica para la evangelización. Recuerden que los cristiandad creció con la profecía milenarista. No se trata aquí de poner paños calientes a la actual situación: el repunte de precios es una realidad que parece se va a mantener al menos algún tiempo, y nuestros bolsillos la van a notar, vaya. El temor se adueña de nosotros, y existen razones para ello. Seguro que muchos de estos apocalípticos heterodoxos presentan sus advertencias con sincera voluntad, y solo el tiempo nos dirá como se desarrollará ese futuro, siempre nebuloso para los mortales (yo les reconozco desconocerlo, estando lejos de esa rotundidad mostrada por algunos). Pero no tengamos dudas de que detrás de las filípicas de muchos otros se esconden espurios intereses ya bien conocidos. Sobre todo cuando, curiosamente, sus críticas van siempre dirigidas hacia ciertas instituciones pero por otro lado glorifican otros agentes operativos del mercado que tendrían tanta o más culpa de la situación que el BCE.
Agorainflación: evolución de la inflación en la zona €, una visión internacional.
“El futuro influye tanto en el presente como en el pasado” (Nietzsche)
Pero dejemos por un momento el incierto futuro y centrémonos en lo conocido: ¿es verdad que la entrada del BCE ha significado un aumento acelerado de la inflación?, ¿cómo se ha comportado históricamente la estabilidad de precios antes y después de la aparición del BCE en los países ahora de la zona euro y en España?, ¿es la inflación, eso que algunos llaman “el ladrón más sutil”, la principal causa objetiva de pérdida de poder adquisitivo desde la entrada del BCE? Se suele decir que la inflación y la deflación son los dos principales enemigos de los economistas. Las perniciosas consecuencias que cualquiera de estos dos fenómenos pudieran tener en el caso de descontrolarse son conocidas, y no voy ahora a entrar en detalle de estas, pues si han llegado hasta aquí supongo que ustedes ya las conocerán. Pero a esos dos fenómenos añadiré ahora un tercero, acaso igual o más peligroso, este que he venido a llamar “Agorainflación”: el pánico infundido y anunciado. Y es que la importancia de las expectativas a futuro para la economía marcan las acciones del presente.
En la siguiente gráfica observarán la evolución histórica del IPC [1] para los países de la zona euro desde 1960 hasta 2021:
La línea vertical que pueden encontrar en 1999 marca el año de comienzo del mandato del BCE a plena competencia (si bien ya desde principio de los 90 comenzaría la cooperación monetaria europea). Las líneas sombreadas refieren a los periodos de recesión económica (pues pudiera ser interesante saber como se comportan los precios en épocas de crisis). Se acompaña así la gráfica con algunos datos muy sencillos que nos permitirán comparar la evolución de la inflación antes y después de la entrada del BCE.
Un rápido vistazo a la gráfica habla por sí solo: mientras la media anual del IPC antes de la entrada del BCE se situaba en más de un 5,5%, con especial relevancia en este dato del proceso inflacionario de los años 70 (más abajo comentaré sobre esto), el promedio bajo la gestión del BCE se sitúa en un 1,88% (cumpliendo el BCE por el momento su objetivo de un 2%). Mientras la tendencia de la inflación de 1960 a 1999 era plana, la tendencia con el mandato del BCE era una rebaja media de inflación a un ritmo de un -0,7% anual. Y por el lado de la estabilidad, la desviación del primer periodo resulta en más de 3 veces la demostrada por el segundo (3,4% Vs.1,1% ). Y todo esto incluyendo ya el año 2021 con un 3,4% de inflación (dato cierre de septiembre).
Agorainflación: evolución inflación en España, una visión local.
Misma gráfica, ahora para España. De nuevo una simple mirada resulta reveladora: un promedio anual de inflación más de 4 veces superior antes del BCE a después (8,76% Vs. 2,08%), de nuevo con una especial incidencia de la crisis de los 70 en la comparativa. Una tendencia negativa que duplica en ritmo la parte BCE. Y una estabilidad de precios casi cuatro veces superior (5,71% Vs. 1,51%). De nuevo todos estos datos incluyendo ya un 4% de inflación para 2021 (dato a cierre de septiembre).
¿Demuestra por tanto la acción del BCE esa “tendencia a la inflación” tan cacareada por algunos? Lo cierto es que los datos fríos de lo conocido no demuestran tal afirmación: tanto el promedio anual, como la tendencia (siempre negativa y con mayor pendiente que el anterior periodo) nos dicen lo contrario, mientras la estabilidad de precios sería mucho mayor con el BCE.
Dicho esto, debemos aquí reconocer que desde la entrada del BCE, no parece que la economía se haya tenido que enfrentar, al menos por el momento, veremos ahora, a un proceso inflacionario como el propio de los años 70 con la famosa “crisis del petróleo”. Al fin y al cabo, si hoy sabemos que la política monetaria es de máxima importancia para el devenir económico general (y esa crisis de los 70 bien nos lo mostró), suelen ser otros motivos más materiales los causantes de las principales distorsiones en la evolución de precios. Recuerden que procesos inflacionarios han existido a lo largo de toda la historia, antes y después de la llegada de los bancos centrales, y a muchos les sorprendería saber que la inflación es un proceso que se da en todo ser vivo, no solo el humano. Por otro lado, en lo referente a la inflación, podemos decir que el mandato del BCE se ha tenido que enfrentar a una crisis financiera tan importante como la del 2008, contestando a esta con una fuerte política de estímulos (impresión moneda y compra de deuda soberana a tipos reducidos) para intentar paliar los efectos de esta recesión, sin resultar esto en un proceso inflacionista, más bien al contrario como podemos ver en la gráfica, negando la máxima “impresión de dinero = inflación” (las razones de esto son varias, posiblemente relacionadas con algunos de esos pecados del BCE que comentábamos más arriba, sobrefinanciarización de la economía, y en cualquier caso están todavía siendo estudiadas). Y aun si excluyésemos del análisis el periodo inflacionario de los 70 el mandato del BCE mostraría una menor inflación y una mayor estabilidad.
Por otro lado soy plenamente consciente del simplismo que puede resultar presentar estos datos sin conectarlos con otros, si bien espero que el lector me disculpe, pues el objeto de este artículo es advertir sobre lo tal vez exagerado de algunas afirmaciones que se vienen presentando en los últimos meses, proporcionando una simple y rápida mirada a nuestra reciente historia en lo relativo a la evolución de precios, y no un sesudo análisis de situación. Pareciera que en ocasiones olvidamos que la política o sistema monetario no debería ser un fin en sí mismo, sino un medio. Atender solo a la evolución de precios, o argumentar que el euro se devalúa frente al oro u otros activos, como tanto y tanto se insiste por algunos, no deja de ser en cierto modo una irrelevancia frente a otras cuestiones: ¿es este o aquel sistema más o menos estable, más o menos resiliente o volátil frente a las crisis?, ¿cómo conecta con la renta y la capacidad de consumo?, ¿cómo se comporta frente a las fricciones del mercado?, ¿qué relación tiene con la deuda pública y privada?. Y sobre todo, ¿cuánto es debido a la política monetaria y cuanto no?, ¿superan las alternativas a todo esto?... Posiblemente sean en la capacidad que tengamos de conectar estas cuestiones donde encontremos los problemas endémicos de nuestras economías, y no en la simple actuación del BCE, la política monetaria o la evolución de precios. Cuestiones esas otras de las que sospechosamente muchos no parecen denunciar con tanto ahínco, más bien en ocasiones las toman como algo “natural” (que bien eso de naturalizar ciertos problemas y humanizar otros, ¿verdad?...).
Si el actual repunte de los precios que vivimos a nivel global en este 2021 es la antesala de una nueva crisis inflacionaria, o si por el contrario solo será una situación circunstancial, nos será revelado según pase el tiempo. Yo les insisto en que desconozco la respuesta. Sin duda el repunte de este 2021, parece ya difícil que no se prolongue al menos a buena parte del 2022, alineándose, como veíamos más arriba, un aumento de demanda tras la crisis del Covid, un aumento de costes de materias primas y energía, junto con un reajuste de costes en la cadena de distribución, situación que nos debe poner alerta. Y mucho. Pero levantar las manos y empezar a correr en círculos, despotricando día sí y día también contra la política de un Central que, al menos por el momento, demuestra un cierto control sobre precios, o hablando ya de proceso “hiperinflacionario” como algunos ya se han lanzado a decir (investiguen ustedes lo que es técnicamente una hiperinflación y valoren si los datos que conocemos nos apuntan a ello) pareciera más propio, al menos todavía, de ser víctima del momento que de una reflexión serena a la luz de los datos conocidos. O de algo peor.
Abro paraguas...
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[1] Una viejo debate entorno al índice de precios es hasta qué punto el IPC es un correcto indicador para medir la evolución de los precios. El IPC mide la evolución del precio de una serie de artículos, cosa que deja fuera del calculo otras, con las consecuentes distorsiones que esto podría acarrear. Si aquí se ha dado detalle del IPC es porque 1) es el índice utilizado de forma estándar para medir la evolución de precios 2) incluye la evolución de precios de alimentos no procesados y energía (a diferencia del “IPC subyacente”), algo importante a conocer dada la actual coyuntura y 3) fuera del IPC (sea armonizado, deflactado o subyacente) no existe ningún índice estandarizado y de aceptación 4) nos permite conocer el índice de precios de los productos y servicios que se consideran como recurrentes, dejando fuera mercados residuales que podrían desvirtuar el calculo (por ejemplo, el evolución de precios de los yates poco importa a nivel general).
[2] Como me dicen que escribo artículos demasiado largos para esto de la internete (y tienen razón, como ven soy incapaz de hacerlos más cortos), dejaré tal vez para otro día la incidencia de la inflación en el poder adquisitivo del asalariado medio. Más que otra cosa para que veamos todos juntos si es verdad eso de que la inflación es lo que más ha venido afectando a su poder adquisitivo, o más bien fueran otros motivos sobre los que, curiosamente, no parecen algunos publicitar tanto, sino defenderlos. De aperitivo:
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Otros artículos:
La palabra meritocracia se ha popularizado mucho en los últimos tiempos. Su significado literal hace referencia al “gobierno de los mejores”, es decir, los “mejores” son los que accederían a las altas esferas de la política para gobernarnos a todos. En su día, en la antigua Grecia, se presentó algo similar: la “aristocracia”, es decir, un gobierno que recaería en unas pocas personas, las cuales serían las más preparadas y capaces. Sin embargo, a día de hoy, cuando hablamos de meritocracia no nos estamos refiriendo a al “gobierno de los mejores”, sino a la idea de que en la vida es posible mejorar mediante el esfuerzo y el talento.
Podríamos decir que hubiese dos posturas extremas encontradas en referencia a esta última acepción: por un lado, están los que devalúan el concepto: para ellos la meritocracia es un timo, da igual lo que te esfuerces porque el que es pobre se morirá siendo pobre, el que no ha heredado de los padres, por mucho que se esfuerce, no podrá ascender ni económica ni socialmente. Por el otro lado, están los que idealizan el concepto. La mejor imagen es la clásica historia del chico que empieza en la empresa como botones, y después de mucho esfuerzo, termina siendo el jefe de la misma. Para estas personas, el esfuerzo, el talento y el trabajo duro, siempre tendrán su recompensa.
Ambas posturas pecan de lo mismo: de ser extremistas; sin embargo, esto no quiere decir que ambas no tengan algo de verdad. Como diría Aristóteles: “en el término medio está la virtud”. Pregúntate algo: todo lo que has conseguido en tu vida —el capital acumulado, tu puesto de trabajo, tu casa (ya sea en propiedad o en alquiler)— ¿te vino dado por los azares de la vida o realmente tú tienes algo de mérito en todo eso?
El problema de la meritocracia es que la utilizamos para compararnos con los que más tienen. La comparación ha de ser utilizada de una manera justa, y no es justo que uno se compare a sí mismo con personas multimillonarias. Si alguien empieza a jugar a baloncesto, no puede compararse con Michael Jordan, tiene que compararme con la gente que está a su nivel. Pero, sobre todo, uno ha de compararse con su “yo” del pasado (de hecho esta debería ser la única comparación). Uno debe mirarse a sí mismo y preguntarse: ¿soy mejor en esto de lo que era ayer? ¿He evolucionado? Y si uno se esfuerza en la dirección adecuada (cuidado, porque esforzarse en la dirección equivocada puede conllevar a seguir igual o incluso empeorar la situación) difícil es que uno, con paciencia, no pueda ver una mejora en sí mismo en cualquier área de la vida. Pero si nos ponemos como meta ser Amancio Ortega o pasar de botones a jefe de la empresa, lógicamente, nos frustraremos y pensaremos que la meritocracia son los padres.
Por otro lado, no pretendo dar a entender que si las personas no evolucionan eso es porque no se esfuerzan lo suficiente. Como diría Íñigo Errejón:
Ha dicho un diputado de la derecha que la igualdad en una sociedad libre es imposible porque tenemos talentos y esfuerzos diferentes. Hay que tener la cara muy dura, porque esto lo que significa es que los ricos lo son porque se esfuerzan más y tienen más talento y los pobres son pobres porque se esfuerzan menos o porque tienen menos talento.
La postura que sostiene una meritocracia idealizada sostendrá que, efectivamente, los ricos son ricos porque se esfuerzan y tienen talento y los pobres son pobres porque no lo hacen. Sostener esto, efectivamente, es tener la cara muy dura, pero igual de dura es la cara del que sostiene el argumento de la meritocracia devaluada: “la responsabilidad de mi fracaso nunca dependerá de mí, sino de las circunstancias”. En psicología se utiliza el término locus de control para hacer referencia al grado en que las personas sienten que tienen el control de lo que ocurre en sus vidas. Los dos extremos de locus de control son interno y externo. El locus de control interno sería:
La percepción del sujeto de que los eventos ocurren principalmente como efecto de sus propias acciones, es decir, la percepción de que él mismo controla su vida. Tal persona valora positivamente el esfuerzo, la habilidad y responsabilidad personal.
El locus de control externo sería:
La percepción del sujeto de que los eventos ocurren como resultado del azar, el destino, la suerte o el poder y decisiones de otros. Así, el LC externo es la percepción de que los eventos no tienen relación con el propio desempeño, es decir, que los eventos no pueden ser controlados por esfuerzo y dedicación propia. Tal persona se caracteriza por atribuir méritos y responsabilidades principalmente a otras personas.
La escala de medición de Rotter establece diferencias entre las características personales de los individuos que se inclinan hacia un polo o hacia el otro. Hacia el polo del locus de control interno:
· Es más probable que asuman la responsabilidad de sus acciones
· Tienden a estar menos influenciados por las opiniones de otras personas
· A menudo se desempeñan mejor en las tareas cuando se les permite trabajar a su propio ritmo
· Por lo general, tiene un fuerte sentido de autoeficacia
· Tienden a trabajar duro para lograr las cosas que quieren
· Se sienten seguros frente a los desafíos
· Tienden a ser físicamente más saludables
· Informan ser más feliz y más independientes
· A menudo lograr un mayor éxito en el lugar de trabajo
Hacia el polo del locus de control externo:
· Culpan a las fuerzas externas por sus circunstancias
· Cualquier posibilidad de éxito se basa en la suerte
· No creen que pueden cambiar su situación mediante sus propios esfuerzos
· Se sienten desesperanzados o incapaces de afrontar situaciones difíciles
· Son más propensos a experimentar impotencia aprendida
La pregunta aquí sería si las características prototípicas de los individuos con un locus de control externo (y viceversa) vienen dadas porque las circunstancias externas y la imposibilidad de mejorar son tan reales que les han obligado a pensar y sentir de esta manera, o bien porque, esta forma de pensar y sentir tan negativa, al margen de las circunstancias externas, les lleva, como la profecía que se autocumple, a no poder mejorar. Supongamos que un equipo de fútbol —incluso con la injusta circunstancia de empezar perdiendo un partido 2 a 0—, pensase que es imposible ganar ese partido, que no hay nada que hacer. ¿Realmente creemos que ese equipo tendrá posibilidades de ganar el partido, o realmente esa actitud pesimista y victimizante, más allá de que puedan tener razón en sus reclamos y en sus percepciones de injusticia, les está dificultando a la hora de afrontar la situación? En otras palabras, no se trata de mirar hacia un lado y querer obviar que el equipo contrario empezó con una ventaja, sino que se trata de pensar: “a pesar de esa ventaja, ¿qué actitud debo tomar yo?”. Podría ser que este equipo, aun perdiendo 2-0 remontase el partido y terminase ganando, y esto sería por sus propios méritos, de hecho, tendría mucho más mérito que si el partido hubiese empezado en igualdad de condiciones.
En definitiva, cuando alguien no evoluciona (o no evoluciona lo que a él le gustaría) deberemos fijarnos cuánto de responsabilidad es de él y cuánto es del sistema, el ambiente, o las circunstancias. Averiguar la responsabilidad de uno (cuánto se está esforzando, si se está esforzando en la dirección adecuada, si se ha puesto unos objetivos demasiado elevados…) es de una importancia capital porque, en última instancia, lo único que podemos controlar verdaderamente es lo que hacemos nosotros. El sistema, por muy injusto que nos parezca, no lo podremos cambiar como a nosotros nos gustaría, por lo menos no de una manera directa. Si yo averiguo qué es en lo que estoy fallando, tengo el poder de cambiarlo, pero si yo averiguo (o creo averiguar) lo que está fallando en el sistema, cambiar eso no es tan sencillo y puede ser un gran foco de frustración porque también depende de las acciones de los demás.
No pretendo dar el típico sermón de la psicología positiva. Creo que uno sí que tiene el poder de cambiar las conductas de los demás, porque nuestras conductas no suceden en el vacío, sino que están influidas por las conductas de otros, de manera que, como diría Paul Watzlawick: “todo acto de comunicación es un acto de influencia”. De modo que, aunque sea a una pequeñísima escala, uno “puede cambiar el mundo”. El solo hecho de que estés leyendo esto, te está influyendo de algún modo, y en función de cómo esté redactando este texto, te “puedo conducir” (o puedo intentarlo) en una dirección o en otra. Esto se ve muy bien en las discusiones de pareja, en donde basta que uno de los dos adopte una postura diferente a la habitual para que la discusión se apague. Al fin y al cabo en las discusiones siempre suele haber una especie de escalada, donde el uno intenta imponerse al otro. Cualquiera de los dos que corte con esta actitud, conllevará, inexorablemente, a la disolución de la discusión. El problema es que nosotros desearíamos que fuese el otro el que tomase las riendas de la acción positiva, y eso no lo podemos controlar. Lo único que podemos controlar son nuestras acciones. No me parece mal el hecho de intentar cambiar las circunstancias que nos rodean, pero el control que tengamos a gran escala nunca será comparable con el control que tengamos sobre nosotros mismos. El inconformismo con el sistema es síntoma de inteligencia, pero el excesivo inconformismo con el sistema puede ser síntoma de locura, debido a que uno ha de intentar cabalgar entre ser sanamente inconformista y sanamente adaptativo. La persona que es inconformista con absolutamente todo, tiene un problema, y la persona que se adapta a absolutamente todo, tiene otro. Podríamos decir que un “inconformista adaptativo” es el mejor de los formatos, pues sabe qué batallas merece la pena pelear, en qué momentos y con qué intensidad, y sabe a qué circunstancias es mejor adaptarse y no luchar contra ellas.
Por otro lado, si la visión de la meritocracia devaluada fuese cierta, entonces ¿qué sentido tendría esforzarse en la vida? Cuando uno se esfuerza en la vida, lo hace para mejorarse a sí mismo. Por otro lado, si la visión de la meritocracia idealizada fuese cierta, entonces todos podríamos ser Amancio Ortega; sin embargo, esto no es cierto, porque para ser Amancio Ortega no solamente hace falta ser alguien que se esfuerce, sino que se han de dar una serie de circunstancias que nosotros no podemos controlar (ser hijo de…, tener dinero, tener contactos…). Es decir, para ser el dueño de Inditex sí es condición necesaria el esfuerzo, pero no es condición suficiente. Por eso, me gustaría subrayar, que no todo rico lo es a pesar de no haberse esforzado y ser un vago, sino al contrario, el hecho de haberse esforzado, junto con otra serie de factores que no poseemos el resto, probablemente, haya dado lugar a su riqueza, o, si ha sido heredada, al mantenimiento de la misma, porque las riquezas igual que vienen se pueden ir. Por ejemplo, ahora que Marta Ortega es la nueva presidenta de Inditex —que todos sabemos que el hecho de ser la hija de Amancio es un grandísimo empuje para llegar a serlo— la pondrá a prueba para ver si realmente es una persona que está capacitada y con esfuerzo y habilidad consigue mantener el buen rumbo del imperio de su padre, o bien es una persona que no sabe hacer la “o” con un canuto, que fue puesta a dedo simplemente por ser hija de, y conduce a la empresa del padre a un decaimiento.
Otro ejemplo: si Marc Zuckerberg no hubiese estudiado en Harvard probablemente no hubiese desarrollado Facebook; sin embargo, no todo el mundo que estudia en Harvard termina desarrollando Facebook o una aplicación similar; es decir, que Zuckerberg, a pesar de ser un privilegiado que pudo estudiar en Harvard, pudo sacar el provecho que muchos otros no pudieron para poder crear Facebook. Ahí está el talento, la inteligencia y el esfuerzo. ¿Y qué pasa con aquellos que tienen inteligencia, esfuerzo y talento y no pueden ir a Harvard? Probablemente nunca llegarán a ser como Marc Zuckerberg, pero la buena noticia es que nadie necesita ser como él. Esta es una mala comparación. Si realmente eres una persona que tienes un gran talento, una gran inteligencia y te esfuerzas, creo que difícil es que no puedas mejorar en la vida y tener una vida digna; probablemente, nunca llegarás a poseer el capital de Bill Gates, pero es que no es necesario para poder vivir bien. Recuerdo a una actriz del Me too que denunció a un productor porque tuvo que acostarse con él para poder participar en una gran producción. Más allá de que el tipo me pueda parecer un cerdo, lo que percibí en el momento es que la chica no tenía vocación de actriz, sino vocación de estrella. Su queja no era: “yo me esfuerzo, tengo un gran talento y no puedo actuar ni tan si quiera en un modesto teatro”. Su queja era: “para salir en esta superproducción —en la que yo tanto anhelo salir—he tenido que pasar por el aro de tener que acostarme con el productor. Podría no haberlo hecho y obtener un papel en una película mediana, pero como anhelo tanto la fama, como tengo tanta vocación de estrella, decidí pasar por el aro”. Lo mismo les pasa muchos veces a los que devalúan la meritocracia al 100%: pareciese que tuviesen vocación de millonarios, porque siempre son a estos a quienes ponen de ejemplo.
Por ejemplo, continuando con Errejón, este cita en su Twitter lo siguiente:
Este tweet tiene, a mi juicio, dos “errores”: el primero es que solamente ha mostrado un país de todos los que el estudio expone. Aquí podemos ver otros gráficos de diferentes países que dibujan resultados diferentes:
Por otro lado, como dijimos, el hecho de que alguien herede no significa que mantener el patrimonio no suponga ningún esfuerzo ni ningún mérito. Pero, más allá de este hecho, el error fundamental para mí, esta en el título del estudio: “origen de la riqueza de los multimillonarios”. De nuevo, a no ser que digamos que cuanto más se enriquecen una serie de personas más nos empobrecemos el resto (debate en el que no entraré, pero que es muy discutible), creo que no es adecuado compararse con los multimillonarios. Entre otras razones porque, como decía Jordan Peterson, parece que el principio de Pareto es inevitable:
Si observas el número de personas que producen en un campo determinado, la raíz cuadrada del total de personas genera la mitad de la producción. Eso significad que si tienes 10 empleados, 3 hacen la mitad del trabajo, pero si tienes 10.000 empleados, 100 hacen la mitad del trabajo. Es una estadística bastante cruel. (…) La distribución de Pareto gobierna, por ejemplo, la distribución del dinero. Por lo que el 1% de la población tiene la mayor parte del dinero y el 10% de ese 1% posee casi todo ese dinero. Creo que las 100 personas más ricas del mundo tienen tanto dinero como los 2,5 millones más pobres. Y piensas, bueno, eso es algo terrible, y tal vez lo sea, pero lo que tienes que entender es que esa ley gobierna la distribución de la producción creativa en todos los campos creativos. Es como una ley natural. (…) Imagina lo que pasa cuando juegas al Monopoly (…) ¿Qué sucede cuando juegas? Una persona termina con todo el dinero y luego juegan de nuevo, ¿qué sucede? Una persona termina con todo el dinero. Es, en efecto, la consecuencia inevitable de múltiples intercambios que se llevan a cabo aleatoriamente. Así que si tomas a mil personas y las pones a jugar a un juego de intercambio, digamos que les das 100 dólares a cada uno o 10 dólares, que tienen que intercambiar con otra persona lanzando una moneda al aire, si yo gano me das un dólar, si tú ganas te doy un dólar. Si jugamos por suficiente tiempo, una persona terminará con todo el dinero y el resto terminará con cero. Asi que es una característica intrínseca de los sistema de producción creativa y nadie sabe qué hacer al respecto, porque el peligro es que todos los recursos terminen con una minoría de personas en la cima y una enorme sección de la población termine con cero. Pero culpar de eso a la naturaleza opresiva de algún sistema es subestimar radicalmente la complejidad del problema. Nadie sabe cómo mover recursos desde la minoría que controla casi todo hacia la mayoría que no tiene casi nada, de manera efectiva y consistente, ya que en la medida que bajas el dinero este tiende a volver a subir y eso es un gran problema.
Sea como sea, creo que el resumen que podríamos hacer de todo lo dicho hasta el momento es: ni la meritocracia es tan ideal como nos la pintan algunos, ni es tan falsa como nos la pintan otros. El esfuerzo (en la dirección correcta) siempre da sus frutos aunque nunca lleguemos a la cima, porque en la cima solo caben unos pocos.
Es lo que hay amigos. Si criamos caniches, porque no nos gusta la violencia y porque creemos que nuestros vecinos son honrados y nunca van a venir a robar nuestras ovejas o a asaltar nuestra casa, pues resulta que, con el tiempo, cuando llega un vecino cabrón, tenemos caniches defendiendo la verja. Y nos dan mansamente por el culo.
En León tenemos mastines, y hay quién dice que eso es cosa de gente agresiva que no respeto a los lobos. Y es verdad, oye, porque en cuanto aparece un lobo, le echamos los mastines, y si el lobo está cojo, como uno que vi, pues allí entrega su pellejo, sin más formalidades.
Y eso sucede, mira qué pena, porque los lobos tienen derechos, pero nosotros no criamos caniches. Y así, sin necesidad de mucha más retórica, se mantiene cierto equilibrio en el monte.
A nivel internacional estamos hace tiempo en la misma tesitura. Todos, empezando por mi, somos pacifistas. Ninguno estaría dispuesto a alistarse para defender las fronteras, y menos aún a que se llevasen a nuestros hijos a defender esas fronteras. Ni de puta coña.
Pero lo cierto es que, si tu vecino cabrón lo sabe y te toma la medida, no hay nada que puedas hacer para impedir que se comporte como le salga del mismísimo forro de los cojones. Le puedes poner sanciones económicas, es cierto, pero eso viene a ser como dejar de criar ovejas para que el lobo no coma: te jodes tú también. Y además, las sanciones económicas, sobrepasado un punto, hacen pensar al que las recibe, que jodido por mil, jodido por mil quinientos, lo que no deja de ser un incentivo a volverse aún más violento.
La gran pregunta, entonces, es a qué punto hay que llegar de paciencia antes de pararle los pies al violento, y cómo se le van a parar si nosotros hemos criado caniches. Y la pregunta surge tarde o temprano cuando el que usa la violencia ve que la violencia funciona y nadie se le opone.
Así que en esas estamos, amigos. ¿Qué país tiene que invadir Rusia para que nosotros estemos dispuestos a que alisten a nuestros hijos? Mi respuesta está clara: hasta que no lleguen a Astorga, ni de coña.
Y es una respuesta de perdedor.
Pero yo al menos lo sé y no voy contando milongas.
Si profundizamos en la cultura Rusa, China y de EEUU-Europa, asi como los ciudadanos en general o las necesidades humanas que se ven defendidas por esos tres enormes Estados, el enfrentamiento era inevitable, y podría desencadenarse tanto en el escenario de Ucrania como en cualquier otro, más tarde o más temprano.
La ciencia ya lo dice, todo es energia. Y el entramado energético humano "nivel bajo" es muy sencillo de explicar, nadie quiere trabajar -si el trabajo conlleva esfuerzo energético-, y el "nivel alto" también es facil de explicar, soy rico y no quiero ser menos rico, mi tren de vida ha de sostenerse y ampliarse. (Y esto se da en todos los paises).
Todas esas personas están bajo algo que llaman cultura "su particular forma de conseguir, mantener y luchar por lo anterior -su energia-", tras tres banderas principalmente Rusia, China y EEUU
EEUU defiende su sistema, imprimiendo billetes, y necesita más tierras que absorban sus billetes. China de momento defiende su sistema con fuerza de trabajo, son 1000 millones, y Rusia tiene recursos y un sistema cerrado de oligarcas, y no desea influencias democráticas cerca para mantener su estructura.
Ante este panorama las tensiones son inevitables, y la base de la existencia de las mismas, y esto es lo unico que importa, SOMOS TODOS NOSOTROS y nuestras reticencias en vida a comprender y exponer públicamente precisamente todo este entramado, ya que somos a la vez condenado y verdugo y sí no reaccionamos pronto al final nos volveremos a hacer daño.
Pero claro, que dificil es abrirse al mundo y dejarnos en evidencia, no conozco a nadie que ganando no considere que haya ganado la bondad, y sobre todo LA VERDAD... sin pararse a pensar que la VERDAD no puede estar en solo una faccion, en la autentica verdad cabemos todos. Y menos aun que la BONDAD nunca puede competir, la bondad subyace en todo y no puede ser utilizada.
Pensemos en todo esto un poco.
Hagamos una carrera. Una carrera de física.
Pongamos a competir a dos ondas electromagnéticas, o tres, las que sean. Por una lado tenemos las ondas de radio que tienen una longitud de onda del orden de los metros, por ejemplo. Por otro las que genera nuestro microondas que vendrían a ser del orden de centímetros (por eso no se escapan por la rejilla metálica troquelada que hay en la puerta). Y podríamos seguir aumentado la frecuencia quién sabe hasta donde (¿Planck?): la luz visible, los rayos X que "ven" a través de nuestras partes blandas, gamma, etc, etc, etc.
Bien, en la foto finish tendríamos un empate técnico. En el eje de propagación toda la radiación eletromagnética de desplaza a la misma velocidad. Y eso lo determina el medio en el que se desplaza (igual que el sentido longitudinal o transversal pero ya es harina de otro costal). Y sí, el vacío es un medio y seguramente no esté tan vacío como en algún momento se pensó.
Pero volvamos a nuestra peculiar carrera. Se podría pensar que no tiene el menor sentido si siempre van a llegar todas esas sinuosas onditas a la vez. Vale. Pero cabe preguntarse, ¿han hecho el mismo recorrido?
Como todo ser bidimensional sabe, el camino más corto entre dos puntos es la línea recta. Y eso dicen del electromagnetismo, que se propaga el línea recta. Y dejando al margen discusiones topológicas podemos asumir que es así para esta pequeña competición. Que vaya mierda de carrera, por cierto, sólo una recta en la que todos los contendientes llegan a la vez.
Pero (y espero que aquí se ponga un poco más interesante) las ondas no son seres bidimensionales, el medio por el que se desplazan tiene tres dimensiones y lo conocemos como espacio. No hablo del cosmos, no, el vulgar y viejísimo espacio.
Normalmente vemos una representación de esas ondas en las dos dimensiones del plano en el que resumimos todo, sin siquiera la pretensión de emular ese eje de profundidad del que nuestra forma de transmitir la información carece. Nuestras representaciones de las ondas vendrían a ser a una representación dignamente plana de la realidad lo mismo que una silueta egipcia a un retrato. Aún así debería ser suficiente para percatarse de que esas ondas no sólo presentan desplazamiento en el eje de propagación. Nos ha jodido, por eso son ondas.
Y sin entrar a hilar fino en detalles de polarización, prescindibles para el caso, también presentan desplazamiento en el eje de la profundidad que el plano omite y se representa con ciertos subterfugios a través de la perspectiva. Exacto, esa curvita sinuosa que es la onda está dibujando un espiral. Magnífico, hemos descubierto el tornillo.
Pero si todo lo descrito hasta aquí es ciencia de primaria, ¿por qué seguimos interpretando que todas las ondas electromagnéticas "tiene la misma velocidad"? Tal vez por motivos parecidos por los que asumimos que una onda pueda desplazarse sin un medio para tal cometido. El papel lo aguanta todo, dicen.
Una espiral, un vaivén, una vibración, un movimiento circular en desplazamiento...un rizo. No se puede decir que la evidencia no esté ante nuestros ojos. Es todo lo mismo desde distinta perspectiva. Espirales, espirales. Desde el ADN hasta la danza de las galaxias y más allá. Espirales everywhere. Si dios fuera grafitero seguramente firmaría "muelle".
Así que, volviendo a nuestra peculiar carrera, aunque todas lleguen al mismo tiempo, algunas además por el camino se han parado a tomar tres gintonics. Pero si hablamos de una onda en concepto de desplazamiento se nos complica un poco más que ir al bar de la esquina. Veamos que es realidad una onda, ¿han ido al fútbol últimamente? ¿no? Pues la ciencia se lo agradecería.
Hayamos asistido o no a un estadio de fútbol todos conocemos esa peculiar celebración del público que se suele llamar "la ola", no sin razón. Todos lo hemos visto. Y todos sabemos que para tal cometido nadie se mueve de su asiento, apenas levanta el culo medio metro, si llega. Pero a ese desplazamiento vertical de las posederas se suma uno perpendicular, en horizontal, que es lo hace que dé vueltas al estadio. El tercer eje no tiene representación en principio en el fenómeno descrito, no olvidemos que al final hablamos de aficionados al fútbol.
Bien con esa imagen en mente, vemos claramente que la ola se mueve, en innegable. A veces dan varias vueltas... ooooeeeé! Pero ninguna personita se mueve de un lado a otro, en realidad bastaría con levantar las manos, ni siquiera hay que levantar el culo. Y le llaman la ola porque recuerda al tipo de ondas que nos son más familiares, las ondas mecánicas (¿acaso no lo son todas?) que vemos en la superficie del mar.
Al ser las superficies medios planos (nadie es perfecto) la manifestación de un fenómeno idéntico cobra diferente expresión. ¿O acaso alguien puede pensar que bajo la superficie del mar no hay "olas" aunque no las veamos? Las moléculas de agua no se mueven en el sentido de transmisión de la ola en la forma significativa que determina el fenómeno, son el medio por el que esa ola se desplaza. Del mismo modo que la hinchada no tiene que dar vueltas al estadio, ni siquiera abandonar su localidad.
Ahora que tenemos una idea clara de lo que es un medio y lo que es una onda veamos qué puede suceder en el escurridizo y tridimensional espacio. Lo que sabemos de las ondas electromagnéticas, que son las que en algún momento se ha descrito que se desplazan sin necesidad de un medio (que ya es difícil, eh) es que presentan una cierta relación de perpendicularidad. Más de una en realidad.
Por una parte tenemos el eje de propagación y por otra, perpendicular a éste, el fenómeno eléctrico y aún perpendicular a los otros dos, el magnético. Todos como resultado de un único hecho físico. Y el calor también tendrá algo que ver en todo esto, pero sigamos obviando detalles que no atañen al caso.
Lo que sí que me gustaría recalcar es que cuando tomanos el sol, por ejemplo, no es que el sol nos esté "enviando fotones" (volvamos a obviar aquí la discusión onda-partícula), lo que está sucediendo es que el medio que es el espacio (ya sea vacío, con los gases de la atmósfera o el agua de los mares) está vibrando en una cierta frecuencia que nosotros percibimos como luz visible y otras frecuencias.
Los que saben algo de música y sonido tienen muy claro que un instrumento nunca genera un tono sinusoidal puro en un frecuencia concreta sino que ofrece una serie de armónicos, emite simultáneamente una determinada nube de frecuencias con distintas intensidades. Es lo que se conoce como "timbre" del instrumento, se enseña seguramente en cualquier formación de sonido y lo sabe hasta el más humilde lutier.
Pero claro, que la luz es la vibración del espacio no lo enseñan en la ciencia de primaria. Ni en la carrera de física, al parecer. Lo que es realmente sorprendente es que hayamos llegado... vamos a decir "tan lejos" sabiendo tantas cosas rematadamente mal. Y oiga, si ha hecho usted la carrera de física, por éste y por más motivos, créame: que le devuelvan el dinero.
Ah, ¿que se acaba de enterar de que el espacio existe? Pero oiga, caballero, ¿dónde ha estado usted hasta ahora?
Al parecer la física humana sabe del mundo muchas cosas más de las que comprende. No parece que la ciencia académica esté en condiciones de arrojar luz sobre el tema. Le podrán enseñar muchas cosas sobre las ondas pero seguramente ni la más mínima sobre sentido común, hasta tal punto que desborda lo hilarante.
Si sometiéramos acaso a la física de la humanidad a examen, sólo cabría una pregunta razonable, viendo los resultados: ¿de quién se han copiado ustedes?
Seguramente de alguien para el que el magnetismo es como picar dos piedras para hacer chispas. Literalmente. Aún hemos de descubrir el fuego. A saber a qué clase de gigantes se refería Newton. Le habría estado dando al éter.
¿O a qué si no podría corresponder a esta forma de conocimiento tan sesgado por la base? ¿Se puede saber multiplicar sin saber sumar? Disculpen la apreciación política. Tal vez sea tan sólo el ejercicio del puro ensayo y error al que la evolución debería tenernos acostumbrados. Aún así, las pobrísimas conclusiones extraídas de las observaciones hacen permanecer a la duda subyacente. Bien podríamos ser un mono que se acaba de caer de un árbol. Nadie sabe nada. Ni siquiera Sócrates. Pero ése sí que jugaba como para hacerle la ola y no como los de ahora.
Necesario para limpiar la conciencia de los responsables de que los profesionales más necesarios sean los peor tratados.
Hoy es un día especial para los sanitarios que, a pesar de las condiciones que tienen que aguantar, se dejan la piel a diario. Pero solo hoy. Mañana seguirán luchando sin las armas adecuadas, movidos por una vocación y un sentido de la responsabilidad de los que se aprovechan sus máximos responsables para no "gastar" (para ellos no es invertir) ni un euro más del imprescindible para evitar una rebelión social en toda regla.
El homenaje de hoy solo tiene sentido para quienes han perdido a sus seres queridos. Por desgracia, para ellos no podemos hacer otra cosa más que mostrar nuestra empatía y acercamiento. Para los que siguen en la lucha, de nada valen aplausos y discursos vacíos si no hay voluntad real de cambiar las cosas.
Se ve que hoy me he levantado y tenía ganas de coger cerillas y gasolina.
Soy andaluz de Sevilla y tengo tres hijos, pero de unos años hacia aquí, nos hemos venido a Cataluña y he podido comprobar de primera mano las diferencias de educación infantil de guardería y de colegio, en Andalucía y Cataluña.
#Teahorrounclick: La de Andalucía da auténtica lástima.
-Para empezar, cualquiera que haya buscado una guarderia para sus retoños, sabrá exactamente de qué le hablo: en Andalucía es imposible encontrar una guardería donde no le pongan la televisión a los niños. Vamos, es que puedes ya buscar la guardería Montessori Waldorf Pijipi que quieras. En Andalucía, a los niños de guardería se les pone la tele. Es un hecho.
En Cataluña lo más normal (al menos en las 2 o 3 guarderías públicas y privadas que conozco), es que ni siquiera tengan televisión.
-En Cataluña las guarderías públicas + comedor salen por unos 170€ al mes (excepto este año, que P2 sale gratis). En Andalucía unos 230€.
-Mi hijo de dos años tiene a 2 maestras y una practicante en una clase de 12 niños en la guardería pública. En Andalucía hay 1 por cada 10/15 alumnos, según los recursos de la guardería (que tienen una especie de concierto con la junta).
- En Cataluña se incentiva que los padres preparen solo fruta de merienda a los niños y esto se suele cumplir en el 95% de los casos. En Andalucía es normal ver galletas y otro tipo de marranadas de merienda en la guardería.
- El menú de las guarderías andaluzas es de todo menos saludable. En las que conocí, había algún tipo de carne o frito, todos los días. En Cataluña, comen verduras todos los días. Todos.
En Andalucía, lo más normal es que la clase (exigua) media lleve a su hijo a un concertado o uno privado. La primera razón para esto, es la falta de recursos que tienen los públicos en Andalucía. La segunda razón, y seguramente me llamaréis clasista y todo lo que queráis, pero las cosas como son: Yo prefiero que mis hijos estén rodeados de otros niños cuyos padres quieran para sus hijos lo mismo que yo quiero para los míos. Que les lleven para merendar una pieza de fruta, en vez de una bolsa de patatas, que la niñas de dos años, no vayan con la cara y las uñas pintadas y no vayan vestidas de rosa o leopardo. Que saquen a los niños en 4° de ESO de la escuela porque la Universidad no sirve para nada, y lo que tiene que hacer el niño buscarse un buen trabajo en un taller de chapa y pintura.
Yo no quiero que mi hijos tengan esos modelos. Y al menos en Sevilla la clases sociales están muy polarizadas. Si escuchas a alguien hablar, podrías acertar con un sorprendente grado de acierto la preferencia en la educación de sus hijos. En cualquiera caso nosotros no nos podíamos permitir un colegio privado y además en Sevilla concertado significa religioso (eso es un gran NO para nosotros en cualquier sitio).
En Cataluña tienes un poco de todo, a parte de que los colegios tienen muchos más recursos y cada ciudad se ha ocupado de que a los colegios públicos les correspondan zonas de menos y más renta, con lo cual se intenta que las desigualdades estén más diluidas.
- Las diferencias en cuánto a la comida siguen siendo igual de grande. Mis hijos no saben lo que es una barra de pescado o un filete ruso.
- El ratio de alumnos por clase de infantil y primaria se está bajando a 20 en Cataluña, y en infantil suele haber una maestra y una auxiliar más sus respectivas prácticantes (4, sobre todo en P3).
- En Cataluña es relativamente fácil encontrar un colegio público Montessori que trabaje por proyectos. Es lo normal aquí desde hace 30 años. En Andalucía no ha cambiado mucho la cosa desde que yo fui hace 35 años. En uno público que fuimos a visitar había incluso biblias para niños expuestas en un pasillo, para que los niños las ojearan.
- En Cataluña, la familias están supercomprometidas con los colegios. No es raro ver a los abuelos de voluntarios en P3 para cortarle la fruta a los niños y contarles cuentos, o a los padres que pueden participando en sesiones interactivas con los niños, por ejemplo, de matemáticas, o venirles a hablar de lo que hacen en el trabajo.
En fin, estas son mis experiencias. Que cada uno saque las que quiera.
PD: en lo referente al idioma, ya que supongo que algunos les interesará especialmente eso, el idioma vehicular es el Catalán, pero los niños pueden hablar y escribir en castellano perfectamente si así lo desean (menos en clase de Catalán obviamente). Y no, ni yo ni mis hijos hemos sufrido ningún tipo de discriminación mientras estamos aquí, y siempre me han hablado en castellano cuando se daban cuenta de que no les estaba siguiendo del todo.
Yo, que puedo afirmar que tu perro causa una mayor huella ecológica que mi coche, propongo que se cree un impuesto canino para cubrir este menoscabo ambiental. Los perros ensucian, los perros molestan, y no son en su mayoría necesarios para el desempeño de ninguna actividad. ¿Por qué tendrían que estar libres de impuestos? ¿Acaso nos van a pagar las pensiones?
Podríamos hablar de dejar exentos de la tasa a los perros pastores y a los lazarillos, pero si estamos en una sociedad que pide que cada cual pague según contamina, quizás habría que estudiar el impacto en las cuentas municipales de tantos millones de cagadas y meadas, con bolsita o sin bolsita, o el coste de lasn horas de sueño perdidas de los vecinos de chuchos ladradores.
Quizás lo ideal, siguiendo el ejemplo de los impuestos a los vehículos, sería poner un impuesto fijo por hocico y un variable por peso, acompañado de otro variable por cantidad de pelo que sueltan y alguien debe recoger. La tabla no debería ser difícil de elaborar, con la colaboración de veterinarios, criadores y actrices porno.
En cuanto al seguro, además de los posibles ataques y mordeduras, debería considerarse también la posibilidad de causar daños a personas con alergias y otros eventuales perjuicios biológicos o epdimeiológicos a terceros, de modo que quien, estando en un establecimiento que los admita, sufra este tipo de daño y pueda acreditarlo, proceda a reclamar la corerespondiente indeminización que tan difícil es conseguir en estos momentos.
Todos tenemos amigos peludos, perros o no, y sabemos que al final nos cuestan caros. Ya es hora de transmitir ese coste a lso responsables en vez de trasladarlos a la sociedad en su conjunto.
Otro caso de truncado excesivo del eje vertical para exagerar las variaciones en este gráfico sobre delitos sexuales en ABC. Y por cierto, el truncado está mal indicado, ya que no empieza en 900, sino en 9.000.
No hay más que ver el mismo gráfico en el informe original sin truncado para notar la diferencia.
Leyendo el barómetro del CIS hay cosas que chocan diametralmente. Al ser preguntados por como ven su situación económica personal, el 66.5% la ven buena o muy buena. Por el contrario, cuando son preguntados por como ven la situación general de España, el 70.3% la ven mala o muy mala. Esto hace pensar que hay algo raro, ya que si el 66,5% por cierto de los españoles (encuestados) ven sus situación buena o muy buena, ¿como es posible que vean que el resto esta mal o muy mal? La conclusión es que la percepción de ellos y su entorno, lo que vemos de primera mano, lo vemos bien o muy bien. Pero, lo que conocemos a través de redes sociales, medios de comunicación y oídas nos da la impresión de que va mal o muy mal. Con ello podemos observar como influyen los medios y creadores de bulos en la opinión que tenemos de las cosas que conocemos a través de ellos y que no es nuestro entorno directo.
Editorial de la Revista Musical Ilustrada "Ritmo" (Madrid, 1929)
Los admirables inventos mecánicos relacionados con la música — incluyendo la radiotelefonía — , cuya misión debiera consistir en fomentar la cultural musical ennobleciendo nuestra sensibilidad, se están convirtiendo en el más refinado vehículo de incultura por la difusión de la música de más baja calidad — tan del gusto del vulgo de todas las clases sociales — , de cierta música tan en boga actualmente, que rezuma ordinariez y grosería, infestando el ambiente con torpes y vulgarísimas melodías, inaguantables para todo espíritu delicado.
Y lo deplorable es que semejante espectáculo se ha hecho crónico, particularmente en las estaciones de radiotelefonía, y no por culpa de sus directores, que desearían imprimir otra orientación más culta y más artística.
En cuanto a los bares y cafetines de que está inundado Madrid, ¿a qué decir? Transformados en inmundos burdeles, donde se refocila un público de la más baja estofa social, ¿qué cultura artística pueden fomentar? Y lo lamentable es que no sólo en estos deleznables medios públicos se fomenta la musiquilla a que venimos refiriéndonos, sino que en la mayor parte de las casas particulares — especialmente en las casas de los nuevos ricos — se hace lo propio.
Por si era poco la invasión de los ¡dichosos! tangos argentinos — escritos en Madrid por músicos ramplones — , ha hecho su aparición esa cosa absurda que llaman ópera flamenca...
¿Para cuándo esas Juntas o Comisiones municipales encargadas de velar por el cumplimiento de las leyes del buen gusto en los monumentos, las construcciones, la música, los jardines públicos, las muestras de los comercios y en tantos otros aspectos de la vida urbana contemporánea, por completo desatendidos?
El tope del gas es un paso más de la estafa a la que nos están sometiendo a los europeos. Que se haya tomado una medida no significa que sea efectiva. Desde luego no debería significar quedarnos callados mientras las grandes eléctricas siguen con beneficos record a nuestra costa.
Para ilustrar un poco la burrada que seguimos pagando copio dos gráficas. Una del 7 de diciembre de 2020 y otra del 7 de Diciembre del 2022, ayer. El precio sigue estando disparado a pesar del tope al gas. Hay que hacer más para que baje, señores políticos, y los ciudadanos no podemos contentarnos con medidas insuficientes.
Primero la del 7 de dicembre del 2022
Y luego la del mismo día de 2020. La subida es brutal, más cuando nos fijamos en las horas "valle". Esto no puede seguir así.
Pues sí: ver a tanques occidentales, ardiendo en medio de la estepa, destripados por una potencia no democrática, es una foto de mierda que no le haría ninguna gracia a los complejos militares industriales de un buen número de países. Hay que mantener la imagen comercial como sea, aunque el producto tenga ya más años que la Nocilla.
Si cuandio hay un accidente de autobús va la compañía a taparlo con una lona para que no se asocie su marca a una imagen negativa, imaginad lo que tendría que ser la foroto de tus tanques destripados en medio de una batalla. Son muchos millones. Son muchos intereses... Son contratos, puestos de trabajo, y elementos narrativos que no se construyen en tres minutos. Son muchas circunstancias a cambio de poca ayuda real...
Esto si las cosas van mal... Pero es que hay todavía una foto peor...
Imaginemos que las cosas van bien y el mundo entero ve a los panzer alemanes avanzando por al estepa y dando hostias a los rusos... La mitad de los neonazis del mundo tendrían un orgamos de 90 segundos... ¡Y vete a saber lo que eso significaría en cuanto a terremoto político! Porque los terremotos políticos empiezan por una imagen, y no, de verdad que no nos conviene nada de nada que los alemanes recuperen el gustazo de ver a sus panzers avanzar por Europa...
Aunque los conduzcan ucranianos... Aunque, por una vez, se suponga que son los buenos...
Ninguna de las dos fotos nos conviene. Las dos fotos son malas de cojones. Mejor dejarlas para otro momento...
(Ni Youtube considera nazi esta canción, porque la peli es americana, pero ya verás...) ;-)
Cuando uno ve las últimas comparecencias de los dirigentes -o exdirigentes- de Unidas Podemos, acerca de las rebajas de penas de la ley del 'solo sí es sí', se da cuenta de que, perfectamente, los discursos podrían haberse escrito desde un psiquiátrico. Por un lado, tenemos un tipo de mensaje que dice así: la culpa de las rebajas de penas es de los jueces machistas que aplican mal la ley.
Así nos lo hacía saber la secretaria general de Unidas Podemos Ione Belarra:
Hay jueces que siguen aplicando una mirada machista y patriarcal, que no acaban de aplicar de manera correcta la ley. Y yo creo que eso es importante explicarlo, porque cualquier modificación que se haga no va a corregir este problema, porque estamos ante una aplicación incorrecta de la ley.
Así, el exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, en su programa La Base:
Una minoría de jueces señoros ignora los agravantes por parentesco y superioridad que contempla la ley y rebajan las penas de los violadores. ¿Qué importa favorecer a los violadores si así podemos vengarnos de las feministas y el Ministerio de Igualdad? Claro, tras semanas de una asquerosa presión de las derechas judicial y mediática, al PSOE y Pedro Sánchez que dijeron que esta ley era lo mejor que se había hecho en el Gobierno, les vuelven a temblar las piernas y quieren volver al Código Penal que hizo posible la sentencia y el voto particular de la manada.
Y así, la ministra de igualdad Irene Montero en RTVE:
Yo comparto la preocupación por esas víctimas que están viendo cómo hay jueces, aunque sean una minoría -la mayoría de jueces aplica bien la ley y no está rebajando penas-, pero hay una minoría que están aplicando de forma incorrecta la ley, el derecho transitorio y están tomando decisiones que implican rebajas de penas para agresores sexuales.
Sin embargo, por otro lado, tenemos aquellos dirigentes (o exdirigentes) que defienden que el punitivismo no es una buena solución al problema de la violencia contra la mujer. Así, la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Vicky Rosell, nos decía lo siguiente en un acto reciente de Podemos:
El punitivismo es una trampa, porque el punitivismo es más violencia y nunca hemos arreglado la violencia con más violencia. Y el feminismo nunca ha sido punitivista. ¿Por qué creemos que Vox pide prisión permanente revisable y si pudieran pena de muerte? Porque imponer una pena muy alta a un agresor aísla, individualiza el problema, y de paso la aísla a ella también, nos aísla a nosotras, nos quita todo el paraguas de lo colectivo, nos hace unas víctimas solas, no hace que el problema sea social. Cuando el problema es penal, pues se arregla con penas y ya está. ¿Pues sabéis? Cuando una sociedad, una política solo puede proponer más penas es una política de pena, es una pena de política.
En ese mismo acto, así nos lo hacía saber Irantzu Varela:
Nos están vendiendo una historia que no va con nosotras. El punitivismo no es un discurso feminista. Nosotras no queremos que se pudran en la cárcel para siempre, primero porque ya lo explicaba Angela Davis, que a la cárcel no van los peores, van los más pobres, y los más marginados. Y segundo, porque también lo decía Angela Davis, que de la cárcel, los violentos y machistas, solo salen más violentos y más machistas. Nosotras queremos justicia feminista que implica verdad, reparación y garantía de no repetición.
En una comparecencia en el Congreso de los Diputados, el antiguo miembro de Podemos, Íñigo Errejón, decía:
En España las penas son, generalmente, más altas que en los países de nuestro entorno y, sin embargo, estamos teniendo unos repuntes de los casos de atentados contra la libertad sexual de las mujeres y estamos teniendo repunte de casos de violencia sexual. Esto implica que el debate no puede estar solo centrado en las penas, que el debate se tiene que centrar en la falta de educación sexoafectiva a los niños y adolescentes (...), en la falta de referentes sobre medidas de protección y de acompañamiento. No podemos centrarnos en el debate, exclusivamente, de las penas, que ya son altas. El debate se tiene que centrar en qué está pasando culturalmente para que cada vez aumenten más los casos de violencia contra la libertad de las mujeres o de agresión sexual contra las mujeres.
La exdiputada por Podemos en Madrid, Clara Serra, decía lo siguiente en una columna de El País:
Nos parece que un feminismo emancipador debe ser crítico con las formas tradicionales de ejercer el poder y con el endurecimiento de un sistema penal que siempre recae con más intensidad sobre las poblaciones más vulnerables. En cuanto a las formas de comportamiento sexista más leves que las mujeres pueden vivir —tanto en la calle como en otros espacios—, creemos que el feminismo está hoy en día capacitado para combatir el machismo a través de la educación, la pedagogía y la disputa cultural de los sentidos comunes, pero nunca colaborando en la construcción de un sentido común punitivo que solo puede acabar siendo funcional al avance de las derechas.
Por tanto, ¿en qué quedamos? ¿Es importante que se suban las penas de nuevo, -como el Partido Socialista ha decidido corregir esta semana, y Unidas Podemos ha aceptado-, o lo importante es no tener en mente políticas punitivistas? Si nos fijamos nos están enviando un mensaje completamente contradictorio: por un lado, nos dicen que la culpa de que se hayan subido las penas es debida a los jueces machistas que aplican mal la ley, pero, por otro lado, nos dicen que en nuestro país existe una perspectiva punitivista, con penas ya muy altas, que no solucionan el problema. Y si es así, si es cierto que el castigo no es la solución, que de las cárceles los presos salen más machistas y más violentos, entonces, ¿por qué criticar a los jueces que siguen la línea del no-punitivismo? ¿No estarían acaso aplicando estos jueces una perspectiva correcta?
Se trata de un mensaje esquizófrenico. Supongamos que un político nos dijese, en la misma frase, lo siguiente:
Señores, entérense de una vez que son los jueces, y no nosotros, los culpables de las rebajas de penas, porque son unos machistas que están aplicando mal la ley. No deberían hacer eso que hacen, está mal, pero, por favor, dejen ya de poner el foco en el punitivismo y en las penas, porque las feministas no creemos en eso.
¿Acaso no pensaríamos: "pero si es usted la que está poniendo el foco en el punitivismo al juzgar negativamente a los jueces por rebajar las penas a los agresores sexuales. ¡Aclárese!"?
¿Por qué hacen esto? Básicamente, porque saben que las noticias diarias de rebajas de penas de prisión a agresores sexuales impacta, sobremanera, emocionalmente en la gente, y eso se puede traducir en una pérdida de votos considerable; por ello, Podemos trató de huir hacia delante y evitar atribuirse la responsabilidad del fallo en la ley echando la culpa a los jueces y, de nuevo, cayendo en otra contradicción: si es cierto que los jueces son unos machistas que aplican mal la ley, entonces: 1) ustedes son unos inútiles al haberles dado esta herramienta para que la malutilicen, y 2) ustedes les están acusando públicamente de prevaricar y, para más inri, no les denuncian. Por otro lado, debido a que es un hecho objetivo que ciertas penas quedan rebajadas en la nueva ley, Podemos se defiende diciendo que no hay que ser punitivistas, que ese no es el camino, que eso no es importante. Y ¡ale hop!, con este malabarismo mental nos implantan una idea contradictoria, que lleva a los fieles a engañarse y a no analizar críticamente el mensaje.
En definitiva, la puesta en escena de Unidas Podemos con la Ley del solo sí es sí, es una sibilina artimaña para tratar de echar balones fuera y aferrar a su lado a los seguidores acríticos intentando minimizar el impacto negativo en los votos. Para ellos, o bien reconocer que hicieron mal las cosas implicaría mostrar una debilidad que no pueden permitirse, o bien reconocer que las rebajas de penas no son importantes implicaría reconocer una falta de sensibilidad ante los ojos de mucha gente. Como ambas opciones, a ojos del partido, son perjudiciales para la supervivencia del mismo, optaron por la psicótica vía del mensaje contradictorio con la esperanza de que nadie se diese cuenta.
De 51.322 a 50.896 hay una diferencia del 0,83% menos (50.896/51.322=0,9917) pero El Economista lo muestra gráficamente de esa forma.
Parecerá un mal chiste, pero este gobierno de coalición el día de su nacimiento cayó en medio de la arena de un circo romano, en plena carrera de caballos de Ben-Hur y desde enero de 2020 anda esquivando la cuadriga de la que tiran los cuatro equinos fantásticos que alucinó San Juan Evangelista como despedida y cierre del Nuevo Testamento. Se ha encontrado gafado por una maldición bíblica desde su mismo comienzo. La primera bestia apocalíptica que se le encaró fué el de la peste, el caballo amarillo, en forma de pandemia mundial. El segundo fué el rojo, la guerra, según la tradición que interpreta cada color con una clase de calamidad. El tercero, el negro, para una cultura campesina como la que redactó el texto bíblico era la escasez de cosechas que llevaba al hambre. Para este gobierno va a ser una sequía atroz y la ola de incendios sin precedentes que , me temo, va a llegar este verano de forma inevitable. Basta pasearse por los campos del centro y el sur del país para notar ya los efectos de la ausencia de lluvias apreciables desde diciembre. “Abril lluvias mil” dice el refrán. Huele a problemas, graves cuando al refranero meteorológico le aplican tan tajante desmentido. La nuestra no es la sociedad agraria de la Judea del siglo I, y no habrá muertes por hambre, pero la inflación de los precios de los alimentos en productos como el aceite o las frutas y verduras está ligada a las malas cosechas y la ausencia de lluvias.La subida de tipos de los bancos centrales no va a servir, no va a traer agua a los campos y sospecho que la inflación ha venido para quedarse hospedada indefinidamente en nuestras casas.
Queda el ultimo caballo, el caballo blanco. Unos lectores de la biblia le interpretaban como el representante de la muerte, otros como el de la esperanza. En fin, menos mal que no soy creyente y no doy por hecho que se presente ese equino con dios- sabe-qué otra desgracia....y es que cualquier otra sorpresa puede atropellarnos, por que más allá de los relatos escatológicos todos estos caballos corren desbocados por un proceso de aceleración histórica muy poco tranquilizador . Hay etapas de la historia de “extraordinaria placidez “, pero no hemos sido agraciados con ello. La crisis climática va ser una centrifugadora, un acelerador histórico que no tiene precedentes. Ninguna sociedad humana desde el paleolítico ha sufrido los cambios climáticos tan globales, veloces y drásticos como los que nos va a tocar asumir.
Y me temo que este verano va a ser el primer acelerón. Agárrense fuerte y peguense bien a las paredes, que los tiempos vienen sin freno de boca ni bridas.
El Gobierno plantea introducir dos nuevos aranceles para los procesos de inscripción en el registro. La propuesta, recogida en un proyecto de ley para transponer varias directivas europeas sobre diferentes materias, se encuentra actualmente en el Senado, que deberá votar su aprobación en las próximas semanas. En caso de aceptarse, los ciudadanos pasarán a pagar un extra de entre 12 y 48 euros cada vez que incluyan títulos en el Registro de la Propiedad y el Mercantil por dos certificaciones electrónicas que hasta ahora no se exigían.
En concreto, el Gobierno propone modificar el artículo 19 bis de la Ley Hipotecaria, que detalla cómo es el procedimiento a la hora de inscribir un título. La norma vigente no hace ninguna mención a que el registrador deba expedir ningún certificado al tramitar este procedimiento, pero el nuevo texto especifica que deben emitirse dos documentos de este tipo. "Si la calificación es positiva, el registrador practicará los asientos registrales procedentes y expedirá certificación electrónica expresiva de ello (...). Asimismo, expedirá certificación electrónica en extracto y con información estructurada de la nueva situación registral vigente de cada finca", establece el proyecto de ley. No es la primera vez que se intenta incluir este cambio normativo. En 2019, varios grupos parlamentarios rechazaron de forma unánime esta propuesta, recogida en la ley sobre contratos de crédito inmobiliario e impulsada desde el Colegio de Registradores. Estos últimos indicaron que, con el certificado, los consumidores tendrían más información sobre cómo quedaba inscrito su título, pero fracasó porque implicaba un coste extra para el ciudadano de 24 euros. Ahora, el Gobierno vuelve a ponerla sobre la mesa.
Lejos de tratarse de una obligación de una directiva comunitaria, fuentes cercanas al Senado indican que esta modificación ha sido impulsada desde el Ministerio de Justicia para compensar a los registradores por otro cambio legislativo que mermará los ingresos de este colectivo. Se trata de una propuesta recogida en el mismo proyecto de ley —concretamente, en el párrafo inmediatamente anterior— y que prevé hacer gratuito el acceso a los datos básicos del Registro Mercantil. A pesar de ser una exigencia europea, esta medida siempre ha sido vista con malos ojos por los registradores. De hecho, la decana del Colegio calificó de "populista" el pedir la gratuidad de esta información en una entrevista con El Confidencial en diciembre de 2021. Es por ello que fuentes jurídicas consideran que el cambio de la Ley Hipotecaria supone un "regalo arancelario" al colectivo para equilibrar la reducción de ingresos que experimentarán cuando se apruebe la norma.
Teniendo en cuenta que en España se generan al año casi cinco millones de actos inscribibles en el registro y que cada certificación tiene un coste de entre 6 y 24 euros, en la práctica, esta concesión podría traducirse en un incremento de ingresos de entre 58,8 y 235,2 millones de euros para los registradores. Por el momento, el grupo parlamentario del PNV en el Senado ya ha presentado una enmienda en contra de esta medida en la que propone cambiar la redacción de la Ley Hipotecaria para especificar que la nota emitida por los registradores y entregada al interesado por medio telemático se tramitará gratuitamente. "Se trata de un derecho del ciudadano que no cabe ignorar", aseveran en el texto. Asimismo, hacen referencia a la negativa que ya se mostró hacia esta medida en 2019. "También entonces se propuso sustituir la nota de despacho por una certificación y esta propuesta fue desechada por unanimidad. La gratuidad de la nota simple informativa se funda en que no tiene sentido cobrar dicha información, cuando es una consecuencia del asiento abonado por el titular registral, derecho, pues, del ciudadano, no del registrador", aseveran.
Irene Cortés, en el Confidencial.
Hablo de León. Esta vez de León capital. En un bloque de pisos cualquiera por la zona centro, donde viví hace unos quince años.
Éramos veinticuatro vecinos en el bloque. Unos estudiantes, otros trabajadores del montón, y por razones diversas, un multimillonario muy conocido del sector cervecero mexicano. Casi estoy por asegurar que cualquier leonés puede adivinar a qué grupo me refiero. Vale: pues el tipo vivía allí. Como os podéis imaginar, el hombre no daba ningún problema. Todo lo contrario. ¿Hay que arreglar el ascensor? Ya llamo yo a un conocido de mi empresa, que nos lo hace hoy mismo y barato. Y la factura no llegaba nunca, o llegaba al año siguiente, extrañamenrte económica. Lo de la caldera de la calefacción fue legendario, pero no lo voy a contar por aquello de la discreción.
El caso es que, de un modo u otro, si echamos cuentas de la distribución de la riqueza en el edificio, teníamos que un 4% de los residentes acumulaban el 96% de la renta y el 99,5% del Patrimonio. Unos datos realmente asquuerosos desde el punto de vista de la desigualdad. Para hacer una manifestación o pegar fuego al mundo, si estrapolásemos esas cifras a la sociedad entera.
La cuestión es que, por razones tan oscuras como las que le hicieron venir a vivir a nuestro bloque, hace unos diez años, el hombre se marchó. Vendió el piso al dueño de una imprenta y se fue a otra ciudad.
Los índices de desigualdad mejoraron salvajemente. Por lo que yo sé, de veintiocinco vecino, ninguno tenía más del 10% de la renta o del patrimonio. Todos éramos similares. ¿Pero mejoró en algo eso nuestra vida? ¿Mejoró algo nuestra renta o nuestro disfrute de lo que teníamos? La verdad es que no.
La única mejora de la desigualdad es que mejore la renta de los pobres. Que desaparezcan los ricos, por el motivo que sea, no arregla nada en absoluto, salvo las estadísticas de cuatro piraos o cuatro integristas. De hecho, parece que las cosas empeoraron un poco, porque ya no había quien pudiese llamar a un técnico en medio de Semana Santa y conseguir que todo volviese a funcionar en 24 horas.
Cuando publican índices de desigualdad siempre me acuerdo de esto. ¿De qué sirve que los ricos desaparezcan si no mejora la renta de lso más pobres? De casi nada. Digo casi, porque siempre hay algo que aprender: se puede saber quienes son aquellos que que se quedarían tuertos a cambio de que otro se quedase ciego.
Pero no es mi rollo.
Es posible que no haya otro sentimiento tan denostado, despreciado y ridiculizado como son los celos en las corrientes de pensamiento recientes de nuestra sociedad actual.
El mecanismo para establecer tal desconsideración es el de la falacia del hombre de paja, tomar los casos más extremos y pintorescos, incluso descabellados como los que terminan en crimen, olvidando de nuevo que en toda noción existen grados, añadiendo al error la falacia del falso dilema. Celos o no celos, como si tal categorización pudiera describir siquiera la sombra de la realidad.
Además, las veces que he oído considerar el tema desde un punto de vista más reflexivo o intelectual tampoco veo que se acierte en realidad ni en la descripción. Se habla de posesividad, de pertenencia de la otra persona, de sumisión, etc. Y puede ser una descripción del grado extremo, pero toda montaña fue antes colina.
Así que, ya que veo que nadie en el discurso público, desde hace años, acierta a enebrar esa aguja, voy a tratar de ponerle hilo desde aquí, a pesar de todos los prejuicios, falsas asunciones e indignaciones superficiales que pueda despertar. Y si no fuera así, no sería tan necesario.
Toda relación no impuesta parte de las bases de un acuerdo que concierne a las partes. Es un contrato, aunque no guste la palabra, un compromiso, aunque dé urticaria. De las coacciones más o menos significativas que operan a la hora de establecer dichos acuerdos, que según el grado no son despreciables en el asunto, por su complejidad cabe abordarlas por separado, partimos aquí de un acuerdo establecido, aunque dichas coacciones puedan llegar a constituir razones de impugnación.
El problema es que la figura de los celos ha quedado constituida en el imaginario general como enemiga de la libertad, esa que no se negocia. Debería haber sido la primera señal de alarma, en otros ámbitos bien sabemos desde posiciones de izquierdas que los defensores de la libertad lo único que defienden en muchos casos son los propios intereses egoístas y el derecho al abuso.
Tal como se entiende hoy, los celos son el abuso, como si la causa de estos tuviera un nacimiento intrínseco en la psique del celoso que padece alguna suerte de patología. Y eso puede ser cierto en alguna medida o algunos casos, pero por norma general los celos tienen su origen en circunstancias puramente externas.
Así ante un “incumplimiento de contrato”, y lamento lo frío que suena pero creo que es la manera más adecuada de clarificarlo, ya no caben siquiera los celos como reacción de queja puesto que vulneran la libertad de la persona que está incumpliendo el contrato. Al final como en política y economía, es la parte fuerte de la relación la que aboga por su la libertad vulnerando los derechos del otro. Por eso sorprende más qué tan profundo se le ha colado a los sectores de izquierda tal posicionamiento.
Lo que no puede ser, o debe ser, mejor dicho, es que uno establezca un acuerdo, con los beneficios que de dicha consideración se desprendan, y luego lo incumpla, muchas veces con ocultación flagrante a su contraparte, privándole incluso de adecuar el acuerdo a las nuevas condiciones. Es una estafa, que es un tipo penal. De hecho el adulterio, aunque resulte sonrojante y fuera más que nada fútil, no hace tanto que estuvo previsto como delito en el ordenamiento jurídico de este país. Evidentemente la ley va por una parte y la realidad por otra.
Desde ahí, hemos pasado al extremo diametralmente opuesto, además marcado por la concepción simplista hasta lo binario con la que solemos interpretar la realidad. Lo proscrito hoy socialmente son los celos, y lo que sí que es completamente inútil es prohibir un sentimiento, como si pudiéramos conducirlos y no fueran ellos los que nos conducen. Estamos a nada de prohibir sufrir, cosa que es altamente inconveniente.
Porque cuando los celos son causa directa de la falta de atención a la palabra dada, o acuerdo o compromiso establecido, máxime cuando en torno a dicho acuerdo se construye y estructura la propia vida, a nivel, social, laboral, en la vivienda y muchos otros ejes cruciales, son lo menos que cabe esperar y lo que debería ser socialmente censurado es la impunidad, ya que, si no se acierta a censurar ciertas conductas egoístas que causan claro perjuicio a los demás, el abuso no puede hacer otra cosa que aumentar.
Porque al final lo contrario sería que te estén jodiendo la vida y ni siquiera tengas derecho a quejarte. Y si aceptas que los pilares básicos de la vida que te has de construir puedan tambalearse en cualquier momento difícilmente hallarás paz ni en sueños. Ansiedad, estrés, depresión. Sí, estás siendo victima de una forma de violencia que socialmente apenas vas a poder denunciar, donde los ecos de apoyo brillarán por su ausencia y que goza de una impunidad total y absoluta. No sólo eso, como se te ocurra levantar la voz vas a ser tú al que acusen de maltrato. Bienvenido al siglo XXI.
Los celos, por lo general, encuentran su causa en las conductas desleales de la otra parte en relaciones que se tratan de mantener a flote por otras contraprestaciones, pero a la larga difícilmente pueden valer la pena.
Como suele decirse, puede que yo no sea el cuchillo más afilado del cajón, me ha costado mucho tiempo entenderlo y mucho más ponerlo por escrito, pero mi consejo para los que aún estén a tiempo es que huyan de quien les haga sentir así como de un incendio: dejándolo todo.
Y a renglón seguido podríamos tratar la carencia de compromiso en lo que se han venido a denominar relaciones líquidas, que suena muy bien hasta que se contrapone con la noción de un sólido.
Porque si los cimientos no son sólidos, nada sobre ellos podrá ser construido y por eso sobre la superficie del mar hay poco más que olas y basura y cadáveres que flotan.
Es una posición mucho mejor que la vulneración de los acuerdos contraídos, pero con incluso menor recorrido, váyase a saber por qué se promueve tal tipo de tendencias, aunque a buen seguro muchos podrán empezarse a dibujar una idea y a muchos otros la perspectiva que da el tiempo nos ha dotado de una noción bien definida. Pero igual que la coacciones que pueden impeler a establecer ciertos acuerdos resultando estos viciados, merecen un análisis por separado que supera el objeto de esta líneas.
Sólo decirte a ti que lo lees que si sientes celos, tal vez no seas un monstruo. Tal vez el monstruo lo tengas justo frente a ti. Huye.
Y si quieres te lo pongo en verso:
Os voy a resumir la situación política de Ourense, que llevamos días saliendo en algunos medios sin que se paren a explicar bien de donde venimos ni las opciones reales que de solución que yo veo, un ejemplo aquí. www.eldiario.es/galicia/laberinto-ourense-enreda-psoe-lucha-interna-el
Primero os voy a explicar la importancia que puede tener la resolución de esta situación, creo que no muchos están ponderando la importancia que puede tener la alcaldía de la tercera ciudad de Galicia. De la alcaldía, y que en paralelo a esta, se esté negociando la diputación provincial, que lleva siendo gobernada por el PP desde que la democracia volvió a este país, y por un Baltar desde hace más de 30 años. Durante este tiempo se han ido creando y cultivando unas redes clientelares muy fuertes, si la diputación cambia de manos y esas redes cambian de color o son destruidas, el granero de votos que es Ourense en las elecciones autonómicas se desmorona, y si Galicia deja de ser un granero de voto del PP a nivel nacional conseguir la Moncloa para este partido puede ser mucho mas difícil. Sin Ourense se pone muy cuesta arriba gobernar en Santiago, sin Santiago se pone muy cuesta arriba gobernar Madrid, no es pretencioso, es una explicación a porque los partidos actúan como actúan y sin esto en mente no se entienden muchas cosas que pasan en la política local.
Voy a empezar hablando de las elecciones y las candidaturas que se presentaron, lo haré por orden de menor a mayor representación, dejando fuera a los que no han alcanzado el mínimo para entrar, por que alguna candidatura tramontana mercería hilo aparte, pero sería extenderse demasiado.
En primer lugar el BNG, que ha doblado sus representantes, pasando de 2 a 4, a pesar de esto es el que menos representantes tiene, su candidato, Luis Seara, NO PRESENTÓ PROGRAMA, literalmente, lo busqué antes de las elecciones y tenía un folleto de 20 medidas, de las cuales como mucho 5 eran específicas de la ciudad, frente a los 110 folios del programa del PSOE o las más de 100 propuestas del PP, este partido ponía fantásticas ideas como “Revitalización económica, social y demográfica de la zona histórica” sin ningún tipo de explicación añadida ni medida concreta que complete esa obra de arte. Sobre cómo a pesar de esto consiguió duplicar concejales entenderemos más al ver al resto de candidatos.
El PSOE local, después de durísimas luchas internas, en donde, desde Santiago, decidieron pasarse por el forro las primarias realizadas, presentaba como candidato a Francisco Rodriguez, un señor que ya había sido alcalde de la ciudad, entre 2007 y 2012 en coalición con el BNG primero y con apoyo externo de estos después, hasta que fue detenido en el marco de la operación Pokémon y acusado de graves delitos de corrupción. Hay mucho que contar sobre todo esto, en primer lugar, sobre la corrupción salió absuelto, pero sin ser yo experto en temas judiciales la idea generalizada es que lo fué más por un tecnicismo debido a errores de la jueza de instrucción que por otra cosa. En cualquier caso y dejado esto a parte el recuerdo de ese gobierno municipal, más allá de los militantes de carnet del partido, es de inoperancia y parálisis institucional, no hubo ningún proyecto ni obra ni programa público digno de mención, más allá de la reparación de un par de calles que más se puede decir que se parchearon que que se rehicieron y la instalación de unos contenedores de basura enterrados, que funcionaron durante medio año, se averiaron y desde entonces ninguna administración posterior ha sido capaz de volver a poner en funcionamiento, con contenedores de basura tradicionales al lado de los enterrados que están precintados (de esto hace más de 10 años), la gente de la ciudad recuerda esta administración con tanto cariño que el PSOE ha pasado de 9 concejales y ser la fuerza más votada a 6 y ser el tercer partido.
El PP, en la anterior legislatura mantuvo en la alcaldía al actual alcalde del que hablaré más en detalle luego, pero eso supuso un gran desgaste incluso entre sus propios militantes, así que para evitar la más que probable sangría, decidió presentar a Manuel Cabezas, un hombre que ya había sido alcalde, sí, como el del PSOE, un alarde de renovación política y originalidad. En este caso fue alcalde entre 1995 y 2007, siendo el único alcalde de la democracia que estuvo tres legislaturas y cuando lo dejó fue por problemas de salud y ni por derrotas electorales ni por corrupción. A pesar de esto hay que decir que al menos media docena de proyectos que se desarrollaron en la ciudad durante su mandato han acabado en procesos judiciales con indemnizaciones a vecinos, nulidades varias y otros aún por resolver. A pesar de las numerosas sombras de su gestión hay que decir que el recuerdo general de su administración es más positivo y como consecuencia el PP ha conseguido mantener escaños, algo nada fácil viniendo de donde venía la cosa.
Después está Democracia Ourensana, un partido, dirigido y fundado por Gonzálo Perez Jácome, para la gente de fuera de la ciudad es difícil entender a este personaje y su idiosincrasia, o cómo ha llegado a donde ha llegado. Es el propietario de una conocida tienda de instrumentos musicales en el centro de la ciudad, fundada por sus padres, él mismo fundó, junto con el partido político una televisión local. Esta tele creció aprovechando los numerosos desmanes de la política municipal, donde la inoperancia y la dejadez han sido la tónica en las últimas décadas (un año se montaron las luces de navidad dos días antes de nochebuena, porque el ayuntamiento había “olvidado” licitarlas a tiempo) Durante este periodo se ha dedicado a señalar los numerosos errores de sus contrincantes marcando dolorosas verdades en su gestión, a la par que proponía algunas ideas poco creíbles, pero como pepito grillo local molestaba a quien los ciudadanos creían que debía molestar y crecía más por demérito de otros que por propuestas propias. De esta manera, hace cuatro años quedó convertido en llave no solo del gobierno municipal si no también de la diputación, desde donde realmente se controlan las redes clientelares de la provincia e interés principal de todos los partidos. En ese contexto, e igual que hace pocos días en una entrevista a ElDiario.es dijo que prefería pactar con el PSOE, este le dijo que vale, pero que dos años de alcaldía para cada uno, Jácome estaba dispuesto a aceptar si empezaba él en el puesto, pero el PSOE le dijo que de eso nada, que se acercaban las autonómicas y que la ciudad les daba igual, pero la imagen de tener las alcaldías de todas las ciudades de Galicia en las autonómicas si les importaba, Jácome se negó y acabó pactando con el PP los cuatro años de alcaldía para él a cambio de respetar el puesto de Baltar en el gobierno municipal.
Durante estos cuatro años el gobierno de la ciudad se ha caracterizado por las salidas de tono, las excentricidades varias, una ruptura de su propio partido con una escisión que dejó el gobierno municipal en tres personas exclusivamente y numerosas promesas absurdas (desde construir un rascacielos hasta parques acuáticos) bastantes promesas incumplidas, como arreglar esos contenedores enterrados, pero media docena de promesas importantes sí realizadas (rampas y ascensores para acceder a barrios no muy accesibles) además de una gestión de fiestas y actividades culturales asociadas difícilmente contestable. También es cierto que hace apenas dos meses repartió unos fondos COVID para PYMES en forma de 100€ a cada ciudadano para gastar en comercio local, una medida apoyada por todos los grupos municipales y muy exitosa (los comerciantes decían que ni en la campaña de navidad tenían tantas ventas) pero que ha capitalizado casi en exclusiva el propio alcalde en una especie de “compra de votos” con una medida ubicada estratégicamente cerca de la cita electoral.
Con estos antecedentes llegamos a la situación post-electoral actual, donde tendrían que unirse PP, PSOE y BNG para evitar a Jácome en la alcaldía (promesa electoral de todos ellos) y donde tendrían que unirse PP y PSOE en la diputación con el mismo objetivo. Para el BNG apoyar un alcalde del PP puede ser un trauma con independencia de lo que quede para la diputación, el PSOE podría aceptar ayuntamiento o diputación, pero si o si querría una de las dos y nunca aceptaría a Baltar en la diputación, y el PP que tiene mas votos que los otros dos en ambas instituciones no quiere ceder en nada. La muy cercana cita electoral nacional no ayuda a templar los ánimos y en este momento lo único claro es que entre las prioridades de ninguno de los tres partidos están las medidas para la ciudad.
Los rumores vuelan en todas direcciones y el presidente provincial del PSOE, desautorizando a la ejecutiva autonómica, convocó una reunión ejecutiva donde obtuvo permiso para negociar con Jácome, pero desde Santiago lo llamaron al orden y él mismo se desdijo al día siguiente, El presidente de la Xunta evita confirmar que Baltar sea el candidato del PP a la diputación y el BNG afirma no recibir los correos del PP local donde se hablaba de reuniones negociadoras. Un carajal de muy difícil solución.
Mi apuesta personal es que el PSOE de manera más o menos explicita va a permitir que Jácome sigua en la alcaldía (con abstenerse en el ayuntamiento es suficiente) mientras Jácome aúpa al PSOE en la diputación, pero con ambos gobiernos en minoría y vetos y enemistades en todas direcciones lo que será de esta ciudad y provincia en los próximos cuatro años ya es otro tema.
Se que el texto es largo, pero creedme, es un resumen muy sintético.
Y sucede que veo a una persona muy anciana que quiere cruzar la calle pero se le dificulta mucho, hay peligro. Así que como buen samaritano, le ayudo a cruzar la calle y como tenía tiempo libre lo comento después en una red social. En mi post, varios me han felicitado por esa buena acción y han empezado a replicar esa ayuda. Se vuelve viral.
Y sucede lo temido: un político del partido A, ha puesto de ejemplo esa acción cívica, se le suman otros miembros del partido, comienza a discutirse si los cruces peatonales están preparados para colaborar a los ancianos a cruzar las calles, la discusión comienza a ascender y cobrar importancia, tanta que se crea una nueva división con buen presupuesto llamado "cruce de calles para ancianos", pero empiezan las voces en contra porque deja por fuera a otros colectivos como las personas que andan con muletas, en sillas de ruedas, madres con sus hijos pequeños, etc.. la nueva división debe acoger a todos esos colectivos y llegan las leyes, pero para obtener alto impacto mediático, algunas de estas leyes son absurdas como "el conductor debe estar pendiente todo el tiempo de las aceras y si ve a una persona de algún colectivo vulnerable, detenerse para que pueda cruzar la calle inclusive aunque no parezca que va a cruzar la calle". Todos los del partido A, para estar a la moda y tener visualización mediática se vuelven "crucecallistas", a nivel casi fanático.
Y viene lo inevitable: el partido B, acérrimo enemigo de A, decide combatir a los "crucecallistas" diciendo que esas leyes atentan contra los conductores, contra la productividad por enlentecer el tráfico, que los conductores pagan impuestos y mantienen la economía a flote, que atentan contra la libertad de conducir. Han nacido los "proavanzacoches". Se le suman muchos y llegan a acciones casi violentas como pasar rápidamente por un charco para mojar a los peatones.
Ayudar a cruzar la calle a ancianos o a otros, se ha politizado a niveles inconcebibles. Si en una película, un personaje ayuda a cruzar la calle a un anciano, la película tiene agenda política interna, es censurada y los del partido B buscarán enlodarla todo lo posible con opiniones negativas. Se llega a niveles de tal locura que ni siquiera los familiares de personas de tercera edad pueden colaborar a su propia familia so pena de ser señalados de ser integrantes para una agenda secreta de algún año futuro.
Los "crucecallistas" y los "proavanzacoche"se pelean por las acciones y dichos más absurdos posibles. La politización fue la maldición de una noble acción.
menéame