#5 Lo de romper muebles y puertas le sienta de maravilla a esos niños que conviven con la pareja.
A mi no me cuesta creer que una madre acepte ciertas cosas por proteger a sus hijos de ese tipo de episodios violentos que los marcarán de por vida.
A veces una puerta rota o una vajilla destrozada es más visible para un niño que lo que pasa en el dormitorio, si yo fuera un HDLGP posiblemente optaría por ese tipo de coacción, no entiendo que no se considere menos grave que una coacción física que podría pasar desaparecida por los niños.
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#13 Si yo le doy todos los días la cartera a mi primo para que se compre tabaco después de que reviente una puerta a patadas yo creo que no me costaría demasiado demostrar que algo de miedo tenía. Vamos, es que sería un disparate usar ese criterio para juzgar por ejemplo casos de bullying: sabemos que Miguelín tenía miedo de Juan que lo inflase a hostias, y está probado que Juan reventaba papeleras y le gritaba insultos, pero no creemos que eso pruebe que Miguelin no le diese todos los días dos euros de manera voluntaria.
Ya digo, si todos los delitos se juzgasen en base a los criterios de los sexuales iba a quedar una sociedad bastante distópica. De momento se sigue cumpliendo una de las críticas más viejas que siempre ha lanzado el feminismo, que la justicia te obliga a elegir entre ser violada intentando que tu agresor no se enfade, o asesinada negándote a mantener relaciones con él de manera activa. Algo maravilloso para 2024.