¿Sigue? Es cada vez más. Cada vez más simple, menos contenido, no ya de análisis de la sociedad y de problemas reales (eso se perdió hace mucho), ya ni siquiera ideológico. Está todo reducido a un blanco y negro perverso consistente en rápidamente etiquetar a cualquiera en base al primer indicio, y:
-Apoyar todo lo que diga, haga o proponga si lleva la misma etiqueta que tú.
-Negar incluso el derecho a opinar, a formar parte de la vida social si lleva la otra etiqueta.
Es descorazonadora la naturalidad con la que millones de personas hoy en asumen el automatismo de
El más mínimo comentario a favor de algo que haga o diga el gobierno o en contra de la oposición ➡ ️ rojo bolivariano comunista
El más mínimo comentario en sentido contrario al anterior ➡ ️ facha franquista nazi
No entiendo por qué la gente acepta y coopera en semejante despliegue de estulticia.
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#1 Otro detalle que olvida el artículo: en Sidney había menos competencia (74 países en el medallero, frente a 87 en el de Río). Por eso las 20 medallas de entonces colocaron a España en el puesto 20 de la clasificación. Por comparación, las 17 de ahora han bastado para subir al puesto 14.
Totalmente de acuerdo contigo en la simpleza mental de valorar igual todas las medallas. Yo creo que lo que conlleva el que los dos baloncestos (masculino y femenino), o la rítmica por equipos, tengan medalla es muchísimo más que lo que suponen cantidad de medallas de deportes individuales, y minoritarios, que luego suman igual en estos recuentos estadísticos.
Lo de la UCAM, pues es un paso más en la americanización de la sociedad española. Que tengan que ser las universidades, fichando falsos estudiantes, las que realicen la labor de base, es una característica definitoria de la cultura estadounidense.