Comúnmente, cuando oímos hablar de género lo primero que se nos viene a la cabeza es que “eso” es cosa de mujeres. Sin embargo, y como lo llegó a afirmar José Saramago y algunos otros hombres, y muchas más mujeres: la violencia de género es un problema de los hombres que padecen las mujeres.
La violencia de género es apenas la punta del Iceberg que aparece en telediarios y en la prensa de fenómenos profundamente arraigados como creencias, valores y pautas de comportamiento que vivimos y percibimos a nuestro alrededor cotidianamente. Estos casos lacerantes debieran llevarnos a la reflexión y a la acción crítica contra el machismo, el sexismo, el orden o mandato patriarcal, el androcentrismo que nos dictan lo que se supone “debe ser” un “hombre de verdad” y lo que “debe" ser "toda una mujer”.
Se trata de motivar el compromiso y la participación ciudadana en la promoción de forma más equitativas de estar en el mundo, y valorar la diversidad como una de las claves para la inclusión y la interdependencia solidaria.
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Esperando que los conspiranóicos, escépticos, apocalípticos y desesperanzados no estorben a quienes con la expriencia de este primer año y el entusismo del primer día, creemos en las redes, digitales y analógicas, como nuevas formas de recuperar la política desde abajo a fin de quitársela a los partidos políticos y su servilismo frente a los intereses privados, y ponerla al servicios de las multitudes inteligentes a favor del profuturo y lo procomún. Desde un rincón del noroeste ibérico, saludos a los compas de BCN por su lucidez y generosa humildad al impulsar y compartir estas iniciativas.