#130
"#15 Comentario producido por un LLM. @admin"
¿estás llamando a un administrador porque alguien ha usado inteligencia artificial? ¿O lo he interpretado mal?
En mi opinión, la persona que físicamente podría haber sido perfecta para interpretar a Ellie ya no lo es, por varios motivos. En primer lugar, aunque en el pasado tenía un gran parecido con el personaje del videojuego, ahora es una persona adulta. En segundo lugar, ya no es una mujer, se opero y ahora es un hombre. Y en tercer lugar, tuvo ciertos problemas relacionados con el uso de su imagen en el videojuego, por lo que participar en una producción como esta sería contraproducente.
Cuando empecé a ver la serie, la protagonista no me convenció del todo. Pensaba que Ellie debía parecer más dulce al principio, e ir volviéndose más ruda con el paso del tiempo, como ocurre en el videojuego. Esa evolución era clave para mostrar cómo el mundo en el que vive la obliga a endurecerse. Tal vez los guionistas podrían haber trabajado más ese aspecto para transmitirlo mejor.
Es cierto que en la serie Bella parece más ruda desde el principio, pero tengo que decir que la actriz me ha acabado conquistando. Es una intérprete excelente, realmente muy buena. Y quien quiera desviar el debate hacia otros temas ajenos a la interpretación, está entrando en una discusión absurda que, a estas alturas, ya no debería ni producirse.
Por último, creo que todos echaremos de menos a Pedro Pascal. Ahora mismo, no se me ocurre un actor mejor que él.
#121 Entonces, ¿le das más valor a lo que escriben personas, aunque no sean expertas en el tema, aunque lo que digan sean barbaridades, solo por el hecho de que son personas? Puede ser tu opinión, pero no debería ser censurable esos comentarios. Yo podría opinar que si hay más de cinco vocales "A" en tu frase, me produce incomodidad, y no por eso tendría derecho a censurar. Me baso en lo que aporta el comentario.
#33 Si las opiniones se expresan con respeto, ninguna es mala, venga de donde venga. El verdadero problema de Menéame es que, en los últimos tiempos, muchas empresas y partidos políticos lo están utilizando como una herramienta más de su estrategia, y eso ha provocado el malestar de muchos usuarios.
#17 Es lo que le comentaba al compañero: no basta con crear una obra, también hay que darla a conocer, y eso es lo más difícil. Puedes tener una auténtica joya entre manos, pero si nadie la conoce, nadie la comprará. Para eso es fundamental invertir en campañas de publicidad, aunque sean modestas.
Es algo parecido a lo que explico cuando me preguntan cuánto cuesta una página web. Siempre les asesoro indicando que no se trata solo de tener una web, sino de darle visibilidad. Internet es un lugar inmenso, y todo lo que no se promociona adecuadamente se pierde entre la sobrecarga de información.
Mi recomendación para quienes están empezando es que hagan números y planifiquen cuánto podrían invertir en una campaña de difusión. Por ejemplo, pueden enviar copias en PDF a asociaciones de lectura, clubes de libros o colectivos culturales. Otra opción es utilizar el libro como premio en sorteos dentro de actividades sociales, lo cual también ayuda a darlo a conocer.
Algo que yo suelo hacer, y que también puede servir, es aprovechar los ejemplares con pequeñas imperfecciones (por ejemplo, roces durante el transporte). En lugar de descartarlos, los dejo en las estanterías que hay en los hospitales de la zona para que los pacientes y acompañantes puedan leerlos. Aunque no estén en condiciones perfectas para la venta, siguen cumpliendo su función: llegar a nuevos lectores y darlo a conocer.
#18 Si vas a escribir el libro tú mismo, maquetarlo, diseñarle la portada y subirlo a alguna plataforma de venta digital, el único coste será tu tiempo. Pero una vez lo publiques, si no haces ningún tipo de promoción, lo estarás dejando en un mar de libros donde difícilmente destacará. La gente no lo comprará a menos que haya visto algún anuncio o recibido alguna recomendación.
En mi caso, decidí lanzar una gran tirada impresa para distribuirlo en librerías. Muchos ejemplares se entregaron como material promocional, para darlo a conocer. Además, incluí material didáctico con ejercicios relacionados, como apoyo al libro. Actualmente estoy valorando si continuar la historia con una segunda parte o si traducir el primer libro a otros idiomas.
Lo importante es no perder el ánimo. Siempre habrá personas que te digan que a ellas no les fue bien, y otras que te cuenten lo contrario. Pero tu libro y tu idea son tuyos, únicos, y no tienen por qué parecerse a lo que otros hayan vivido.
Mi recomendación es que, si ya tienes una obra, busques editoriales que estén abiertas a leer nuevos proyectos. Si les interesa, podrían publicarlo ellos. Otra opción interesante es lanzar una campaña de crowdfunding. Eso sí, hay que tener en cuenta que si no alcanzas el objetivo económico, puede quedarse en el aire como un intento fallido… pero aún así, habrás dado un paso más que quienes nunca lo intentan.
El caso es que, si quieres imprimir una obra, la inversión inicial suele ser bastante elevada. A eso hay que sumarle el trabajo de distribución y, por supuesto, la promoción, que también implica tiempo y dinero. Es un riesgo importante, sobre todo para quienes están empezando.
Cada día se publican cientos de libros nuevos, y la mayoría de las librerías suelen dar prioridad a los títulos de autores ya conocidos. Eso hace que abrirse paso sea difícil, pero no imposible.
Lo importante es no rendirse solo porque algo parezca complicado. Con constancia y pasión, se puede llegar lejos.
#6 Me recuerda a la página www.ascodevida.com/ en la que, al escribir, aparecía "Hoy," y la gente lo dejaba y ponía seguidamente: "Hoy, bueno, hace unos días". Hay cosas con poco sentido.
#33 En esta página no debería excluirse a nadie, ni de derechas ni de izquierdas. Lo realmente valioso es la diversidad de puntos de vista, que enriquece el debate y lo hace mucho más interesante.
#3 En la administración pública existen muchas situaciones que resultan injustas, ya que las normas deberían establecerse con el propósito de proteger a las personas, no de penalizarlas. En este caso concreto, sería necesario revisar si el registro de la hora —con minutos y segundos— se basa efectivamente en la hora oficial establecida.
Si el procedimiento es telemático, habría que considerar también el tiempo que tarda el servidor en procesar los ficheros. Y si se trata de una gestión presencial, debería tenerse en cuenta el momento en que se accede al edificio público y el tiempo de espera en la cola.
Además, es fundamental revisar la base de datos donde queda registrado este proceso, así como establecer un control estricto sobre quién tiene acceso a modificar dichos parámetros. Se trata de un asunto delicado que, en su forma actual, no resulta justo y no debería continuar de esta manera.
Aquí el comando 'te voto negativo si usas IA'... ¿dará negativo a la publicación? ¿O verán que la inteligencia artificial puede utilizarse para el bien, si se regula adecuadamente?
La mejor forma de consumir la fruta es comiéndola entera, en lugar de hacer zumo. Así aprovechas toda su fibra y nutrientes. Si tienes la seguridad de que no se han utilizado pesticidas, puedes comerla con piel en algunos casos. Sin embargo, si tienes dudas, es preferible pelarla antes de consumirla.
#27 Buenos días, Daphone. Hay personas individuales que intentan aportar contenido de valor, pero también hay grupos organizados que buscan inundar los comentarios con información poco útil (Personas VS Grupos o empresas). Esto provoca que quienes realmente buscan debates interesantes o aportes de calidad, terminen perdiendo el interés.
En los inicios de Menéame, eran usuarios sueltos que, al hacerse amigos, empezaban a coordinar sus votos para apoyar opiniones afines. Con el tiempo, esos pequeños grupos fueron evolucionando hasta convertirse en auténticos colectivos organizados, incluso empresas, con acceso a grandes cantidades de usuarios.
Esta es solo mi opinión, cada cual puede tener la suya. Pero desde que Menéame empezó a destacar como plataforma influyente, se convirtió en un objetivo claro para empresas y partidos políticos.
#22 Recuerdo, ya siendo mayor, ver vídeos de Emilio Aragón que me parecían innovadores en su momento. Años después descubrí que muchos de esos sketches ya aparecían por entonces en televisiones americanas. Fue entonces cuando entendí que no todo el mundo tenía acceso a esos contenidos y, por tanto, para muchos de nosotros sí era algo nuevo. Lo mismo ocurrió con Raphael: para muchos hispanohablantes fue innovador con "Como yo te amo" , pero aquí en España ya habíamos escuchado la canción parte de Rocío Jurado. Con el tiempo vi más ejemplos, como la canción de "Los Pajaritos", que tenía una versión distinta en cada país.
Hoy en día, no hay canción de Shakira que no tenga gran parte de la música o la letra "basada" en otra ya existente. Basta con buscarlo y comprobar cómo muchas veces lo que hace es mejorar lo que ya había. Las películas de Star Wars son otro ejemplo: plano a plano, pueden rastrearse influencias clarísimas de películas muy antiguas.
Recuerdo a un alumno que me dijo: “Ya no veo cine, todo lo que se hace ya estaba creado antes.” Y es que es realmente difícil hacer algo completamente nuevo desde cero. Además, las pocas personas que lo intentan suelen recibir el mensaje de “no te arriesgues, ve a lo seguro” y muchas veces no se les reconoce el valor en su momento a los que lo intentan.
He trabajado en el mundo artístico, y para mí no hay nada más importante que reconocer el valor del trabajo de los artistas. La inteligencia artificial es, sin duda, un avance enorme que no deberíamos boicotear bajo la premisa de que “copia”. La IA no copia: se basa en la información que tiene, como lo hace cualquier artista al nutrirse de todo lo que ha vivido y visto.
De hecho, hay artistas que, después de crear una obra, se preguntan si no la han visto antes en algún lado, porque crear desde cero, completamente descontaminado, es casi imposible. Aun así, mi apoyo total a toda persona —humana o no— que aporte valor.
Me he dado de baja en Menéame infinidad de veces, pero suelo volver con la esperanza de reencontrarme con lo que esta web fue en su día: un espacio donde los comentarios de los usuarios aportaban un valor añadido real. Eso es precisamente lo que echo de menos ahora. La mayoría de los comentarios actuales son simples chascarrillos entre grupos ya formados, más cercanos a un intercambio de memes que a un debate o reflexión útil. Aun así, esta es la web que tenemos: o se toma o se deja.
Creo que no es bueno abandonar del todo un sitio cuando todavía hay personas que intentan aportar contenido de valor. Si todos nos vamos, al final esos grupos acaban apropiándose de todo, empobreciendo aún más el panorama de Internet.
#21 Utilizo una IA como apoyo para asegurarme de que lo que escribo transmite correctamente mi opinión. El comentario generado refleja lo que pienso, y me gustaría entender por qué mi opinión tendría menos valor que la de cualquier otro usuario. No sé si esto responde a alguna nueva norma de Menéame, pero me gustaría conocer la justificación detrás de esta especie de "comité" que, en grupo, penaliza de forma genérica este tipo de uso. ¿Hay alguna explicación oficial al respecto?
Como informático, llevo años viendo cómo la tecnología transforma el mercado laboral. La IA no es una amenaza por sí misma, sino una herramienta potentísima. Que hoy haya empleos que aún desempeñamos los humanos no se debe a que las máquinas no puedan hacerlos, sino a que todavía no es rentable o no están completamente listas. Pero eso cambiará. Y cuando lo haga, no deberíamos temerlo.
El problema no es que la IA sustituya empleos, sino cómo gestionamos esa transición. Si legislamos con visión de futuro, podemos garantizar que nadie pierda su calidad de vida por dejar de trabajar. La tecnología puede permitirnos vivir mejor, no trabajar más. Parece utópico, pero no hay ninguna barrera técnica que lo impida: solo políticas.
Estamos viendo a la IA descubrir fármacos en minutos, traducir textos milenarios, predecir con más precisión el clima... El potencial para el bien es inmenso, si apostamos por usarla correctamente. Todo depende de las decisiones que tomen quienes legislan.
Siempre les decía a mis alumnos: un simple invento capitalista como el pendrive salvó más árboles que muchos movimientos ecologistas juntos. La tecnología, si se usa con cabeza, puede ser el mejor aliado del planeta y de la sociedad. Lo importante no es frenar la IA, sino prepararnos para convivir con ella en un sistema justo.
Se habla mucho del giro que ha dado Trump con los aranceles, y del subidón en los mercados, pero muy poco del daño ecológico que ya se ha hecho. Porque aunque ahora se baje al 10% durante tres meses (menos para China, claro), las decisiones ya han tenido consecuencias. Empresas como Apple, por ejemplo, han fletado aviones enteros cargados de iPhones desde India y China solo para adelantarse a los aranceles y mantener precios.
Supongamos que el vuelo fue en un 747: un trayecto intercontinental de ese tipo puede emitir fácilmente unas 90 toneladas de CO₂, lo que equivale al consumo energético anual de 45 a 60 hogares españoles. Todo eso para evitar unos aranceles que al final han sido rebajados… un movimiento caro, contaminante e innecesario.
Esto no solo es un sinsentido económico, también lo es ecológico. Se están tomando decisiones sin pensar en el impacto medioambiental, y siempre pagan los mismos: las familias que viven de estas empresas, y un planeta que ya no aguanta más parches.
La estabilidad y la responsabilidad, también medioambiental, deberían ser parte del debate. Porque si las empresas tienen que improvisar fletando aviones para “salvar los muebles”, vamos por mal camino.
En el ámbito de la informática, es fundamental aceptar que la seguridad absoluta es una quimera. Lo que hoy se considera 100% seguro, mañana podría demostrar ser vulnerable, ya que la ciberseguridad es un campo en constante evolución. La premisa es que, a pesar del uso de tecnologías de cifrado avanzadas, cualquier dato almacenado o transmitido digitalmente siempre estará expuesto a ciertos riesgos inherentes.
El advenimiento de nuevas tecnologías, como la computación cuántica, añade una capa adicional de complejidad al panorama de la seguridad digital. Los ordenadores cuánticos, con su potencial para procesar información a velocidades inconcebibles mediante algoritmos especializados, podrían en el futuro descifrar mecanismos de cifrado que hoy consideramos robustos. Este avance implicaría que la protección de la información se vuelva aún más desafiante, obligando a la comunidad informática a replantear y fortalecer los protocolos de seguridad existentes.
Además, debemos ser conscientes de las consecuencias prácticas de una filtración de datos. Por ejemplo, si un atacante accede a tu historial médico, no solo se vulneraría tu privacidad, sino que también podría utilizar esa información para denegarte ciertos servicios, como un seguro de salud adecuado. Asimismo, la filtración de un documento de identidad, como un DNI, podría facilitar que terceros realicen compras o se beneficien de forma indebida de datos sensibles. Estos escenarios subrayan la necesidad de implementar medidas adicionales de seguridad, no solo en términos de cifrado, sino también en la verificación y autenticación, para minimizar el impacto de un posible acceso no autorizado.
En conclusión, alcanzar una seguridad del 100% en informática es una meta inalcanzable. La evolución constante de la tecnología y la aparición de nuevas amenazas hacen que siempre debamos explorar y adoptar alternativas que mitiguen, en la medida de lo posible, los riesgos asociados a la exposición de datos digitales. La clave reside en entender que la seguridad es un proceso dinámico que requiere una vigilancia continua y la adaptación de las estrategias a las nuevas realidades tecnológicas.
Está claro que la IA se apoya en el trabajo previo de otras personas, pero si vamos al origen, eso es algo que también hacemos los humanos. El estereotipo del aventurero con sombrero y látigo no es exclusivo de Indiana Jones; en los 80 ya teníamos ejemplos como Pitfall: The Mayan Adventure, con un personaje prácticamente idéntico. No es plagio, es recurrir a un arquetipo que se repite porque funciona.
Otra cosa distinta es utilizar millones de obras protegidas para entrenar modelos comerciales sin compensar a los autores. Eso requiere una regulación clara, como en su día se hizo con los soportes de almacenamiento para compensar a los creadores. No se trata de prohibir el uso, sino de establecer mecanismos transparentes para saber en qué se basa cada generación de contenido.
Igual que una persona cita sus fuentes al documentarse, la IA debería poder indicar de dónde ha extraído su aprendizaje. Cuando eso se implemente, será mucho más fácil debatir sobre compensaciones o licencias, y establecer modelos justos para todos.
Como ya comenté en un artículo de mi página, no podemos - ni debemos - seguir dependiendo de terceros países para almacenar información crítica en sistemas sujetos a legislaciones ajenas. La famosa "nube" tiene sus matices, y en el caso de las Big Tech estadounidenses, esos matices incluyen puertas traseras legales como el Cloud Act, que permite a sus autoridades acceder a nuestros datos aunque estén físicamente en servidores europeos.
Por eso celebro iniciativas como esta alianza franco-alemana, que no solo plantea una alternativa real a Google Docs, sino que además lo hace desde una perspectiva soberana, pública y open source. Era hora de que se tomara en serio la creación de un ecosistema digital europeo, con herramientas como Docs o Visio que vengan a reemplazar productos que, aunque funcionales, representan una dependencia insostenible.
Eso sí, también hay que aprender de errores pasados. Hace unos años, la ciudad de Múnich intentó dar el salto a Linux e implementar software libre en todos sus ordenadores. El proyecto arrancó con fuerza, pero tras un fuerte desembolso inicial y múltiples dificultades operativas (principalmente por falta de compatibilidad con algunos programas y resistencias internas), acabaron volviendo a Windows. No se trata solo de cambiar el sistema operativo o un paquete ofimático: hace falta una estrategia integral, con formación, soporte y compromiso a largo plazo.
Ahora bien, esto no es solo una cuestión de soberanía tecnológica. Es también una cuestión de formación y cultura digital. Como decía en ese mismo artículo, necesitamos un sistema operativo propio, con su suite ofimática integrada, que se instale por defecto en todos los centros públicos —escuelas, universidades, ayuntamientos— y se enseñe desde los primeros cursos. No se trata de complicar la vida, sino de ganar autonomía.
La facilidad para manejar una herramienta no depende de su interfaz ni de sus colores, sino del hábito, de la práctica diaria. Y ese hábito se forma desde jóvenes. ¿Cuántas empresas dependen hoy por completo de Excel? ¿Y si mañana Microsoft decide cerrar el grifo o cambiar las condiciones de uso? ¿Dónde queda nuestra capacidad operativa?
Por eso el código abierto tiene que ser más que una alternativa: debe convertirse en la norma. Y este proyecto, aunque aún joven, puede ser el punto de inflexión.
"#15 Comentario producido por un LLM.
@admin"
¿estás llamando a un administrador porque alguien ha usado inteligencia artificial? ¿O lo he interpretado mal?