Volver a la vida

Era un día espléndido, con un sol salvaje y extraño que se colaba por la ventana del baño, el bote de pastillas había caído al suelo con un sonido hueco e insulso. En el espejo la imagen del desespero se fue emborronando mientras caía adormecida en un sueño artificial y el cielo se volvía negro.

De repente, un sonido fuerte y atronador sacó a la mujer de su sueño artificial. Se levantó de un salto, con el corazón latiendo desbocado, y se dirigió a la ventana del baño para ver qué estaba pasando. Lo que vio la dejó atónita: el cielo estaba cubierto de nubes negras que parecían sacadas de un cuadro del infierno. Rayos y truenos iluminaban el cielo con una intensidad cegadora, y la lluvia caía con fuerza sobre la ciudad.

La mujer se quedó paralizada, incapaz de creer lo que estaba viendo. Finalmente, se dio cuenta de que era el momento de huir. Agarró un paraguas y salió corriendo de su casa, temblando de miedo y de frío. Mientras corría por la calle, se dio cuenta de que no estaba sola: todos los vecinos habían salido a la calle, igual de asustados y confundidos.

Nadie sabía qué estaba pasando, pero todos sabían que era algo malo. La mujer corrió hasta llegar a la estación de tren, donde se abrazó a un grupo de extraños, temblando y esperando que el cielo negro se despejara y volviera a ser azul.