En todas partes hay un tonto; si miras alrededor y no lo ves, ponte en lo peor.
En mi casa nacimos todos con mala sombra. ¿Quiere un ejemplo? Yo creo que el mejor es el del tren de Navidad.
En casa éramos once hermanos, como ya dije. Entonces, un accidente se convirtió en un inesperado golpe de suerte para todo el pueblo. En la curva de las Posadas había descarrilado un tren de mercancías y la carga de uno de los vagones estaba desperdigada por el suelo.
Para cuando llegó la Guardia Civil, ya había desaparecido sin dejar rastro el contenido del vagón volcado.
Algunos cogieron azúcar, aceite, o mantequilla. Nosotros conseguimos coger dos cajas, y no de las más grandes, ¿y qué se cree que tenían? Pues una cepillos para limpiar el calzado, peines, calzadores y betún; y la otra, pintura blanca.
Mi padre estuvo meses pensando si intentar vender aquellos cepillos, pero como no quería que los señalasen como procedentes del saqueo, hasta el día de hoy queda alguno de esos peines, y cepillos, ¡cago en su alma!
Y con la pintura blanca, pintamos la casa, que tenía ya buena necesidad. Los que habían cogido cosa de comer nos miraban con una mezcla de compasión y rechifla, pero sólo algunos, unos pocos, compartieron algo de lo suyo.
Pero lo peor de todo fue cuando después de pintar la casa vinieron todos los perros y los gatos del pueblo a lamer las paredes. Porque no era pintura, sino leche en polvo, pero a nadie se le había ocurrido que existiera una cosa así.
¡No me diga que no es mala sombra!
Comentarios
Jajajajaja. 👍
#1 ¡QUÉ JARTÁ A REIR!
#5 Raqueiros les llamaban. Costumbre típica da Costa da Morte
Todas maneras, había oído hablar de pintar paredes con leche... y como no me fiaba de mis recuerdos lo he buscado y...
https://bricoladores.simonelectric.com/todo-lo-que-debes-saber-sobre-la-pintura-de-leche-o-milk-paint
"Puedes hacer pintura de leche con ingredientes que tienes en casa. Solo necesitas medio litro de leche desnatada, un vaso de vinagre, 25 gramos de yeso en polvo y un vaso grande de agua caliente. Y si quieres añadir color, puedes usar pintura acrílica o pigmentos de tipo natural a la mezcla.
Hierves la leche y, al retirar la olla del fuego, le echas el vinagre para que se corte. Vas removiendo y verás que se irá separando la proteína. El resultado tendrá que filtrarse para que solo te quede la caseína. A continuación mezclas a parte el yeso con el agua. Se mezcla todo muy bien y se consigue un líquido para pintar: la pintura de leche.
Por supuesto, puedes comprar los polvos que algunas marcas comercializan. Entonces solo tendrás que añadir el agua para lograr tu mezcla. Sobre todo, ten en cuenta que este producto es altamente perecedero porque, lógicamente, es orgánico. Así que no lo almacenes ya preparado muchos días."
Nota de recuerdo (posiblmente falso): Creo que en vez de yeso le echaban cal.
#10 El yeso y la cal son dos nombres populares de compuestos químicos que pueden ser muy similares o, según en qué sitios, lo mismo.
Esta historia o similar la había oído sobre un naufragio, provocado o no (según la fuente) por los del pueblo al apagar el faro, leche condensada y moscas
Esta anécdota la lleva décadas contando Xurxo Souto, y supongo que constará por escrito en alguno de sus libros. Al parecer en Galicia hay una cierta tradición consistente en hacer hogueras en la costa para dar falsas señales a barcos comerciales para que cambien su ruta, embarranquen y se les pueda robar todo lo que llevan
#3 eso mismo
#5 Hitchcock hizo un película al respecto pero ambientada en la Inglaterra Victoriana, Posada Jamaica.
https://www.imdb.com/title/tt0031505/
#3 Hay un cortometraje al respecto.
👌 gracias por la risa #0
¡Que bueno! me ha recordado un poco a Gila y un poco a Jardiel Poncela. El tipo de humor que me gusta.
Precisamente es aquel que se sobrestima y subestima a los demás el tonto por excelencia.
El típico que ve tontos por todos sitios, sí, sí, ese.
En resumen, una historia de la leche...
Ten cuidado si vas a Venecia, no te vaya a atropellar un coche!!!
Si en todas partes hay un tonto y no lo ves, esta claro.
Que jartá a reir!