En un país en el que las miradas se fijan en los más inútiles, los más mentirosos y los más sinvergüenzas, cuando hay un político que hace su trabajo como se espera, de forma eficiente y eficaz, pasa completamente desapercibido.
España se está convirtiendo, gracias a la derecha y a sus voceros, en un campo fértil para la mentira, el bulo y el engaño. A base de levantarnos todos los días con la misma cantinela y el mismo griterío no valoramos en su justa medida a los políticos que sobresalen precisamente porque no dan la nota ni se hacen notar.
España se está convirtiendo, gracias a la derecha y a sus voceros, en un campo fértil para la mentira, el bulo y el engaño. A base de levantarnos todos los días con la misma cantinela y el mismo griterío no valoramos en su justa medida a los políticos que sobresalen precisamente porque no dan la nota ni se hacen notar.
Entre Yolanda Díaz y este señor, los españoles estamos de enhorabuena (*).
Ojalá nos duren mucho tiempo los ministros competentes.
(*) No sé si debería además citar a Aagesen