Hace 1 año | Por Thornton a blogs.publico.es
Publicado hace 1 año por Thornton a blogs.publico.es

Lo bueno de tener dos reyes es que cada uno de esos reyes va a sufrir la impunidad de su par cual si fuera un súbdito. Juancar sufre a Felipe y Felipe sufre a Juancar, con lo cual yo me siento más igualitario y más contento. Mi regocijo republicano se multiplica al tener dos reyes, uno para sufrir y otro para joder, con lo que el dolor del totalitarismo se reparte mejor entre todos. Con un solo rey este menda no tendría bastante. Yo estaría igual de jodido y él demasiado cómodo.

Comentarios

skaworld

-Solo te queda fichar a un negro y ya puedes montar una cabalgata como Dios manda

Cayetana Alvarez de Toledo

l

El cachondeíto que se monta en la prensa extranjera cada vez que se hacen noticiables nuestros monarcas no suele ser muy bien reflejado en nuestros periódicos. Todos los periodistas del mundo saben que el actual borbonismo es heredero del franquismo. Y lo cuentan. No como aquí. Y nos consideran, con razón, y gracias a la monarquía, una especie de república bananera insertada en Europa. Y es que lo somos. Solo hace falta disfrutar del bronceado de Juancar a bordo del Bribón, tan bribón y tan impune.

Y todavía hay gente que niega la mayor...

javibaz

Ventajas de tener dos reyes: No hay.

A

#2 Sí, si uno matara al otro sería inimputable.

Aguarrás

Pensé que el artículo iba a ser una mierda y no es malo... Tiene su mala baba y su retranca. lol

Disiento

Con un rey ya eres súbdito,
con dos no me queda claro si eres un semisúbdito, un subsúbdito o un váter donde mear.

No tenemos remedio, una monarquía, requiere de un único rey, pero esto es un Banana's Kingdom con dos reyes.
Tócate los ....

Condenación

el dolor del totalitarismo
El autor es claramente un zumbado. En fin, de Público tenía que ser.

Thornton

#3 Recojes una frase meuy corta.

Mejor, quédate con esta.

Como nuestro rey rampante cotiza en Abu Dabi, donde no se cotiza, no se sabe cuánta pasta está dejando Juancar de aportar a nuestra Hacienda pública. Son pequeños detalles que nos permiten asegurar que tampoco este borbón nos ha salido muy patriota, y llevamos unos cuantos.