Uno de los rasgos de la sociopatía es conferir a las creencias el rasgo de evidencia, de dogma. Algo que hemos podido comprobar en las medidas que Liz Truss tomó, que Ayuso aplaudió, y que han llevado a Gran Bretaña al borde de la quiebra. Convertir la sociopatía darwinista en política es la aspiración del Gobierno de Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid no cambia el rictus, transformándose en una imitación de saldillo de la frialdad psicopática de Jeffrey Dhamer, cuando habla con gelidez de los ancianos que murieron desamparados
Comentarios
El problema de la izquierda es su ansia por moralizar la política. Toda la exposición de hechos de Maestre no tiene más objetivo que mover a la indignación cuando, tras el fracaso y la farsa del 15M, es más que evidente que la indignación ya no mueve nada. Hay que dar la batalla, por lo civil y, preferiblemente, por lo criminal. Nosotros no hemos cavado la trinchera pero estamos arrojados en ella. Luchar o perecer.
Las sociópatas se entienden bien entre ellas, nos vamos a quedar con las ganas de saber si la Truss es igual de criminal que la Ayuso.