Donoso Cortés, uno de los talentos expresivos del genio de la raza, comentó, en su célebre discurso de 1849 en las Cortes Generales, que España y el mundo sólo tenían dos salidas consecuentes con el triunfo de la democracia. Su premisa más profunda inspiró toda la política de las derechas españolas, y decía así: “Mientras valga la legalidad, legalidad; si no, la dictadura”.
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Se le olvidó condenar al corruptor, porque los políticos vienen y van, pero las familias corruptores se quedan.
Y son los corruptores los culpables de corromper a quienes desean ser corrompidos.
Y formas no les sobran, un ático, una piara de fulanas, una cuenta en Suiza, un hijo buen colocao...
Son los intocables a quienes hay que desplumar todo lo robado.
Pero quién se atreve morder la mano que da de comer?