Hace 2 años | Por ehizabai a berria.eus
Publicado hace 2 años por ehizabai a berria.eus

Entrevista de Markel Olano,(Beasain, Gipuzkoa, 1965) Diputado General de Gipuzkoa al diario BERRIA tra la reunión de LABI del miércoles. A su juicio, en la comisión tuvieron una "visión agridulce": un "aumento muy preocupante de la tasa de contagio", por un lado, una situación "bastante tranquila" en los hospitales. "Había preocupación; dentro de quince días haremos otra lectura".

Comentarios

D

Trayendo migrantes a paladas como estan trayendo en Euskadi es garantía de exito seguro

D

#3 pero somos buenos. Te das una vuelta a la salida de algún colegio y te quedas acojonao, como se llamaba ese plan que dicen que no existe, kalergi o algo así, en dos generaciones no van a encontrar el rh negativo ni por el forro, pero somos buenos!

Kasterot

"Había preocupación; dentro de quince días haremos otra lectura".

Dentro de 15 dias hacen la interpretación del contexto que les convenga, que para eso esta el comité tecnico, y luego el comité politico para afinar según haga falta.

O

Han probado a montarle un chiringuito a toni cantó?

ehizabai

TRADUCCIÓN AUTOMÁTICA:
"Hay que poner en marcha una ofensiva para que el euskera avance"
La plaga del COVID-19 ha provocado "un proceso de definición" en la Diputación de Gipuzkoa, según Olano. Es optimista con la situación económica del territorio, incluso mirando hacia adelante: "En nuestro pequeño, tenemos la oportunidad de ser una referencia".
Entrevista de Markel Olano,(Beasain, Gipuzkoa, 1965) Diputado General de Gipuzkoa al diario BERRIA tra la reunión de LABI del miércoles. A su juicio, en la comisión tuvieron una "visión agridulce": un "aumento muy preocupante de la tasa de contagio", por un lado, una situación "bastante tranquila" en los hospitales. "Había preocupación; dentro de quince días haremos otra lectura".
Desde el punto de vista de la salud, la luz parecía aparecer al otro lado del túnel. ¿Hay luz?
Vivimos una ola clásica. La mayoría de los chavales procedentes de Mallorca eran guipuzcoanos, y eso influye directamente. La incidencia de la vacuna también es notable. Desde el punto de vista del contagio comunitario, esto ha supuesto que los resultados en hospitales en la ola anterior no se repitan de momento. No podemos dejar de lado el reconocimiento del avance que hemos dado.
Económicamente, ¿viene la recuperación?
Tenemos dos partes. Uno, la situación de la industria: la previsión y la realidad son muy buenas. En los próximos meses tenderemos a recuperar la actividad económica. Por otro lado, los servicios, que no tienen posibilidades de recuperar la actividad en poco tiempo, y lo más grave es que tenemos un verano extraño. Ahí están la luz y la sombra. Al ser un territorio especialmente industrial, la evolución general es buena.
Teniendo en cuenta el peso del turismo en la economía guipuzcoana, ¿cuánto repercute su situación en las cuentas de la Diputación?
El sector representa el 8% del producto interior bruto de Gipuzkoa: 35.000 puestos de trabajo. Es un área de gran peso. Eso repercute en la recaudación. En todo caso, es cierto que el sector servicios respira cuando la industria respira. De la misma manera que la sociedad va recuperando progresivamente la confianza, aumentará el consumo. Psicológicamente ha sido muy duro, pero es verdad que se puede disfrazar manteniendo la seguridad.
¿Le preocupa la huella que está dejando la situación en la salud mental?

Los expertos han dicho que en los primeros meses el apartado de dolencias psicológicas y psiquiátricas quedó cubierto, pero poco a poco hemos visto que ha salido esa realidad. Este estrés psicológico tiene que ser necesariamente malo para las enfermedades mentales. Tendremos que cuidarlo.

Ha pasado media legislatura. ¿Qué valoración hace?

Empezamos la legislatura con mucha ambición; vino la pandemia y echó por tierra todos nuestros planes. Escucho a muchos que la pandemia ha acelerado algunos procesos. Tuvimos que reforzar algunos procesos que establecimos al principio de la legislatura. La pandemia ha provocado un proceso de definición en la Diputación. Al establecer prioridades, hemos hecho un movimiento para darles aire.

¿Puedo explicarlo?

En 2017 pusimos en marcha Etorkizuna Eraikiz. La pandemia ha supuesto ver en diferentes ámbitos que esta consolidación es imprescindible. Mubil, Ziur... Estos procesos han tenido una apuesta muy importante, incluso en el contexto de la pandemia. Futuro El modelo Eraikiz supuso un cambio de gobernanza y un cambio de relación con la sociedad. Se han puesto en marcha decenas de proyectos en relación con la sociedad y muchos tienen que ver con los apartados que ha destacado la pandemia. La pandemia ha ahondado en la desconfianza de la ciudadanía en Occidente en lo político, y Edificio Futuro quiere hacer frente a eso justo.

El 77% de los guipuzcoanos no confía en las instituciones. ¿Cómo se vive eso desde el punto de vista institucional?

Cuando empezamos [2007], dijimos que era imprescindible una nueva cultura política para superar la desconfianza. Esta desconfianza ha aumentado. Lo nuestro es un trabajo de siembra. Desde el punto de vista de la construcción popular, la construcción nacional y la salud del sistema democrático, es inaceptable y una carga enorme tener a la gente alejada.

¿Qué esperan del fondo Next Generation?

Europa ha establecido un marco de tres años a los estados y, cada año, el Gobierno español tendrá sus convocatorias. Tengo mucha confianza en los proyectos que ha presentado Gipuzkoa, porque en esa nueva agenda política y socioeconómica tenemos un gran conocimiento como territorio. En nuestro pequeño, ya tenemos la oportunidad de ser una referencia.

¿Qué ha sido lo más duro en la gestión del COVID?

323 muertos en residencias. Los que estamos en la gestión pública lo hemos notado bastante; he visto la trayectoria de la diputada de Política Social, Maite Peña, y tenía esos muertos dentro. Esto ha marcado mucho la forma de hacer las cosas y nos ha empujado a ser más dinámicos en la gestión, a avanzar; en general, el sector ha aceptado eso y se ha estrechado nuestra relación con el sector. El comportamiento del personal de las residencias ha sido brutal. No se puede decir que todo se haya hecho bien, pero la implicación ha sido enorme. No ha habido sólo una prioridad profesional; también ha habido una gran implicación afectiva.

Los trabajadores han cumplido 250 días de huelga. ¿Qué tal va la mesa de diálogo?

La pandemia ha tocado de lleno; con poner servicios mínimos del 100%, se ha distorsionado la visión que tenía esa huelga. El problema sigue ahí, y algunos procesos que se suspendieron en su momento deberán continuar, por la vía del consenso. Nosotros, como diputaciones, hemos establecido límites en materia de financiación, teniendo en cuenta que en nuestro entorno Gipuzkoa tiene la mayor financiación en esta materia. Dentro de esos límites, cada agente tiene su responsabilidad y, cuando surgen este tipo de conflictos, tiene que haber un acercamiento, negociación y consenso, y la responsabilidad la tienen los que se sientan en la mesa. Nosotros podemos ayudar en el puente y vamos a hacer un esfuerzo, pero no se nos puede acusar de responsabilidad.

Les han anulado dos normas forales sobre peajes y están preparando la tercera. ¿En qué va a ser diferente?

En la N-1, hay muchas entradas y salidas; poner un arco en todas exigiría una inversión enorme. Nosotros dijimos que los pondríamos en algunas partes. Los transportistas españoles recurrieron y el tribunal les dio la razón. En la segunda norma foral presentamos datos, pero no aceptaron nuestros argumentos. Hemos llegado a otro escenario; el principio principal y el criterio adoptado por las Juntas Generales es que hay que mantener el peaje, para ello tenemos que aceptar con una visión pragmática lo que dice el tribunal: hay que tener peajes en toda la N-1. Para ello hay que adecuar las infraestructuras. La tercera norma foral supondrá eso.

El servicio de autobuses de Buruntzaldea acaba de cambiar; el número de viajes ha disminuido y, en la primera semana, mucha gente ha estado perdida.

Todos los cambios traen un periodo de transición; tendremos que estudiarlo. Nosotros también hemos sabido que ha habido un punto de deriva por parte de la ciudadanía; tendremos que valorarlo y haremos los cambios necesarios.

El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha arremetido contra el criterio lingüístico en las contrataciones del Ayuntamiento de Irun. ¿Le preocupa la influencia que pueda tener?

La normalización del euskera ha recorrido el camino en la administración pública. Esto ha supuesto una normalización en el conocimiento y en el uso. Eso tenía un consenso político, va en contra de esa lectura de los juzgados; nos parece preocupante.

¿Cómo afrontarlo?

Necesitamos una labor defensiva, pero no es suficiente; el euskera está en la encrucijada y tenemos que reforzar algunos procesos. Lo importante es el uso. La simple defensa no es suficiente, hay que poner en marcha una ofensiva: civil, acogedora, inteligente, para que el estatus del euskera prospere. Para ello, la colaboración y la alianza entre el mundo del euskera y las instituciones públicas es una de las fortalezas más importantes que tenemos en la base.

La plaga ha puesto de manifiesto las discrepancias entre el Gobierno de España y el Ejecutivo en materia competencial. ¿Ha detectado un instinto recentralizador?

Existe ese instinto, pero, por otro lado, hemos avanzado en algunas atribuciones. Los partidos nacionalistas vascos y especialmente el PNV hemos tenido claro que el Gobierno español necesita apoyo político en Madrid, pero eso tiene que traer confianza y esa confianza tiene que soltar algunos nudos. Y ahí hay agridulces. Tenemos que mantener la tensión. Con dar un soporte a ese gobierno, hay que mantener la presión para traer a colación nuestra agenda.

El choque fue evidente cuando entró en vigor el estado de alarma, pero sigue aflorando, por ejemplo en el Consejo Interterritorial de Salud de España.

Algunas actitudes han sido preocupantes. Tenemos que mantener nuestra tensión y nuestra defensa. Con el pretexto de la pandemia, se han destapado algunos comportamientos: parecía que la visión centralizada podía hacer un trabajo más ordenado. Estoy totalmente en contra de esa lógica: nuestro sistema de autogobierno ha demostrado que nosotros gestionamos más ordenadamente nuestras competencias, más cerca de las necesidades sociales.
Para el debate sobre el estatus político, Andoni Ortuzar ha citado tres pilares: el reconocimiento nacional, la relación bilateral y un sistema de garantías. ¿Qué te parece?

Nuestro partido lo ha demostrado: el principal divulgador e impulsor del derecho a decidir fue el lehendakari Ibarretxe. Desde entonces ha habido un largo recorrido en el que se asumieron unas bases y principios en los que está claro el principio del derecho a decidir. Hemos puesto ahí nuestro peso político. La lectura que hacemos del derecho a decidir tiene relación con los derechos históricos. Ahí el principio democrático se relaciona con una lectu

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#1(CONTINUACIÓN)
Para el debate sobre el estatus político, Andoni Ortuzar ha citado tres pilares: el reconocimiento nacional, la relación bilateral y un sistema de garantías. ¿Qué te parece?

Nuestro partido lo ha demostrado: el principal divulgador e impulsor del derecho a decidir fue el lehendakari Ibarretxe. Desde entonces ha habido un largo recorrido en el que se asumieron unas bases y principios en los que está claro el principio del derecho a decidir. Hemos puesto ahí nuestro peso político. La lectura que hacemos del derecho a decidir tiene relación con los derechos históricos. Ahí el principio democrático se relaciona con una lectura histórica; eso nos conecta con nuestra tradición foral. Luego hay que desarrollarlo desde el punto de vista estratégico, y entre ellos ha venido el de Cataluña, que ha señalado un choque, pero también una gran duda sobre el modelo de Estado. Si tenemos que ir hacia un nuevo modelo de Estado, nosotros también tenemos que ser partícipes.

Se aceptaron las bases y los principios, pero las cosas han cambiado y Ortuzar ha mencionado estos tres pilares en más de una entrevista.

No veo que sean contradictorias con el derecho a decidir; no veo en absoluto que nuestro partido lo haya obviado. Cuando hablamos de ese valor político, establecimos un derecho para que nuestro pueblo decidiera su futuro. Eso es democráticamente impecable, irrenunciable como principio. Luego, eso hay que llevarlo a la realidad, y ahí está el escalón. En la base, sobreviven las bases y principios que se aprobaron en el parlamento.

Ya has dicho que tienes la última legislatura. ¿Cuál es su logro favorito de estos años?

Construyendo el futuro. Eso genera un cambio, y nos ha tocado llevar a cabo ese cambio.

¿Espinas?

Que ese choque que tuvimos con Bildu en la legislatura 2011-2015 todavía está ahí.

No le habéis dado la vuelta.

No. Todavía hay un choque básico. Algunos responsables de la izquierda abertzale pensaron que en Gipuzkoa el PNV no era el rival, sino el enemigo, y lo adaptaron a esa estrategia. El objetivo no fue ganar al PNV, sino destruir al PNV. Eso ha marcado mucho; para mí, es un punto negro que hay que aclarar. Siempre he dicho que el nacionalismo tiene que trabajar unos consensos en la base, y la suspensión de la confianza ha sido muy perjudicial. Todavía no le hemos dado la vuelta, lamentablemente.

D

En fin... en la entrevista se habla de muchas cosas, pero sobre todo de la covid. La preocupación por el euskera debe de estar - en esta entrevista - en noveno o décimo lugar. No se entiende el titular.