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#1:
Traducción de Google:
Las guerras tienen consecuencias no deseadas. Rara vez resultan como los expertos nos dicen que lo harán. Solo pregúntele a los funcionarios que proporcionaron escenarios optimistas para las guerras en Vietnam, Afganistán e Irak, solo para demostrar que estaban terriblemente equivocados. Solo pregúntele a las madres de los soldados que murieron o resultaron heridos en acción durante esas guerras. Solo pregúntele a los millones de civiles que se convirtieron en "daños colaterales".
Por eso debemos hacer todo lo posible para tratar de encontrar una solución diplomática a lo que podría ser una guerra enormemente destructiva en Ucrania.
Nadie sabe exactamente cuál sería el costo humano de tal guerra. Pero hay estimaciones de que podría haber más de 50.000 víctimas civiles en Ucrania y millones de refugiados inundando los países vecinos mientras huyen de lo que podría ser el peor conflicto europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Además, por supuesto, habría muchos miles de muertes dentro de los ejércitos ucraniano y ruso. También existe la posibilidad de que esta guerra “regional” pueda escalar a otras partes de Europa. Lo que podría suceder entonces es aún más horrible.
Pero eso no es todo. Las sanciones contra Rusia y la respuesta amenazada de Rusia a esas sanciones podrían resultar en una agitación económica masiva, con impactos en la energía, la banca, los alimentos y las necesidades cotidianas de la gente común en todo el mundo. Es probable que los rusos no sean los únicos que sufran sanciones. Y, por cierto, cualquier esperanza de cooperación internacional para hacer frente a la amenaza existencial de la crisis climática global y futuras pandemias sufriría un gran revés.
Deberíamos tener claro quién es el mayor responsable de esta crisis que se avecina: Vladimir Putin. Después de haberse apoderado de partes de Ucrania en 2014, el presidente ruso ahora amenaza con apoderarse de todo el país y destruir la democracia ucraniana. En mi opinión, debemos apoyar inequívocamente la soberanía de Ucrania y dejar claro que la comunidad internacional impondrá graves consecuencias a Putin y sus asociados si no cambia de rumbo.
Dicho esto, estoy extremadamente preocupado cuando escucho los familiares toques de tambor en Washington, la retórica belicosa que se amplifica antes de cada guerra, exigiendo que debemos “mostrar fuerza”, “ponernos duros” y no involucrarnos en el “apaciguamiento”. Una negativa simplista a reconocer las raíces complejas de las tensiones en la región socava la capacidad de los negociadores para llegar a una solución pacífica.
Uno de los factores desencadenantes de esta crisis, al menos desde la perspectiva de Rusia, es la perspectiva de una mayor relación de seguridad entre Ucrania y Estados Unidos y Europa occidental, incluido lo que Rusia ve como la amenaza de que Ucrania se una a la Alianza del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). ), una alianza militar creada originalmente en 1949 para enfrentarse a la Unión Soviética.
Es bueno saber algo de historia. Cuando Ucrania se independizó después del colapso de la Unión Soviética en 1991, los líderes rusos dejaron clara su preocupación por la posibilidad de que los antiguos estados soviéticos se convirtieran en parte de la OTAN y colocaran fuerzas militares hostiles a lo largo de la frontera con Rusia. Los líderes estadounidenses reconocieron estas preocupaciones como legítimas en ese momento. Siguen siendo preocupaciones legítimas. La invasión de Rusia no es una respuesta; tampoco lo es la intransigencia de la OTAN. También es importante reconocer que Finlandia, uno de los países más desarrollados y democráticos del mundo, limita con Rusia y ha optado por no ser miembro de la OTAN.
Puede que Putin sea un mentiroso y un demagogo, pero es hipócrita que Estados Unidos insista en que no aceptamos el principio de las “esferas de influencia”. Durante los últimos 200 años, nuestro país ha operado bajo la Doctrina Monroe, adoptando la premisa de que, como potencia dominante en el hemisferio occidental, Estados Unidos tiene derecho a intervenir contra cualquier país que pueda amenazar nuestros supuestos intereses. Bajo esta doctrina hemos socavado y derrocado al menos una docena de gobiernos. En 1962 estuvimos al borde de la guerra nuclear con la Unión Soviética en respuesta a la colocación de misiles soviéticos en Cuba, a 90 millas de nuestra costa, que la administración Kennedy vio como una amenaza inaceptable para nuestra seguridad nacional.
Y la Doctrina Monroe no es historia antigua. Recientemente, en 2018, el secretario de Estado de Donald Trump, Rex Tillerson, calificó la Doctrina Monroe como “tan relevante hoy como lo era el día en que se escribió”. En 2019, el exasesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, declaró que “la Doctrina Monroe está viva y coleando”.
En pocas palabras, incluso si Rusia no estuviera gobernada por un líder autoritario corrupto como Vladimir Putin, Rusia, al igual que Estados Unidos, seguiría estando interesada en las políticas de seguridad de sus vecinos. ¿Alguien realmente cree que Estados Unidos no tendría nada que decir si, por ejemplo, México formara una alianza militar con un adversario estadounidense?
Los países deben tener la libertad de tomar sus propias decisiones en materia de política exterior, pero tomar esas decisiones de manera inteligente requiere una consideración seria de los costos y beneficios. El hecho es que es probable que el hecho de que EE. UU. y Ucrania establezcan una relación de seguridad más profunda tenga algunos costos muy serios para ambos países.
Debemos apoyar enérgicamente los esfuerzos diplomáticos para reducir esta crisis y reafirmar la independencia y soberanía de Ucrania. Y debemos dejar en claro que Putin y su pandilla de oligarcas enfrentarán graves consecuencias si continúa por el camino actual. Al mismo tiempo, nunca debemos olvidar los horrores que causaría una guerra en la región y debemos trabajar arduamente para lograr una resolución realista y de mutuo acuerdo, una que sea aceptable para Ucrania, Rusia, Estados Unidos y nuestros aliados europeos, y que previene lo que podría ser la peor guerra europea en más de 75 años.
Las guerras tienen consecuencias no deseadas. Rara vez resultan como los expertos nos dicen que lo harán. Solo pregúntele a los funcionarios que proporcionaron escenarios optimistas para las guerras en Vietnam, Afganistán e Irak, solo para demostrar que estaban terriblemente equivocados. Solo pregúntele a las madres de los soldados que murieron o resultaron heridos en acción durante esas guerras. Solo pregúntele a los millones de civiles que se convirtieron en "daños colaterales".
Por eso debemos hacer todo lo posible para tratar de encontrar una solución diplomática a lo que podría ser una guerra enormemente destructiva en Ucrania.
Nadie sabe exactamente cuál sería el costo humano de tal guerra. Pero hay estimaciones de que podría haber más de 50.000 víctimas civiles en Ucrania y millones de refugiados inundando los países vecinos mientras huyen de lo que podría ser el peor conflicto europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Además, por supuesto, habría muchos miles de muertes dentro de los ejércitos ucraniano y ruso. También existe la posibilidad de que esta guerra “regional” pueda escalar a otras partes de Europa. Lo que podría suceder entonces es aún más horrible.
Pero eso no es todo. Las sanciones contra Rusia y la respuesta amenazada de Rusia a esas sanciones podrían resultar en una agitación económica masiva, con impactos en la energía, la banca, los alimentos y las necesidades cotidianas de la gente común en todo el mundo. Es probable que los rusos no sean los únicos que sufran sanciones. Y, por cierto, cualquier esperanza de cooperación internacional para hacer frente a la amenaza existencial de la crisis climática global y futuras pandemias sufriría un gran revés.
Deberíamos tener claro quién es el mayor responsable de esta crisis que se avecina: Vladimir Putin. Después de haberse apoderado de partes de Ucrania en 2014, el presidente ruso ahora amenaza con apoderarse de todo el país y destruir la democracia ucraniana. En mi opinión, debemos apoyar inequívocamente la soberanía de Ucrania y dejar claro que la comunidad internacional impondrá graves consecuencias a Putin y sus asociados si no cambia de rumbo.
Dicho esto, estoy extremadamente preocupado cuando escucho los familiares toques de tambor en Washington, la retórica belicosa que se amplifica antes de cada guerra, exigiendo que debemos “mostrar fuerza”, “ponernos duros” y no involucrarnos en el “apaciguamiento”. Una negativa simplista a reconocer las raíces complejas de las tensiones en la región socava la capacidad de los negociadores para llegar a una solución pacífica.
Uno de los factores desencadenantes de esta crisis, al menos desde la perspectiva de Rusia, es la perspectiva de una mayor relación de seguridad entre Ucrania y Estados Unidos y Europa occidental, incluido lo que Rusia ve como la amenaza de que Ucrania se una a la Alianza del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). ), una alianza militar creada originalmente en 1949 para enfrentarse a la Unión Soviética.
Es bueno saber algo de historia. Cuando Ucrania se independizó después del colapso de la Unión Soviética en 1991, los líderes rusos dejaron clara su preocupación por la posibilidad de que los antiguos estados soviéticos se convirtieran en parte de la OTAN y colocaran fuerzas militares hostiles a lo largo de la frontera con Rusia. Los líderes estadounidenses reconocieron estas preocupaciones como legítimas en ese momento. Siguen siendo preocupaciones legítimas. La invasión de Rusia no es una respuesta; tampoco lo es la intransigencia de la OTAN. También es importante reconocer que Finlandia, uno de los países más desarrollados y democráticos del mundo, limita con Rusia y ha optado por no ser miembro de la OTAN.
Puede que Putin sea un mentiroso y un demagogo, pero es hipócrita que Estados Unidos insista en que no aceptamos el principio de las “esferas de influencia”. Durante los últimos 200 años, nuestro país ha operado bajo la Doctrina Monroe, adoptando la premisa de que, como potencia dominante en el hemisferio occidental, Estados Unidos tiene derecho a intervenir contra cualquier país que pueda amenazar nuestros supuestos intereses. Bajo esta doctrina hemos socavado y derrocado al menos una docena de gobiernos. En 1962 estuvimos al borde de la guerra nuclear con la Unión Soviética en respuesta a la colocación de misiles soviéticos en Cuba, a 90 millas de nuestra costa, que la administración Kennedy vio como una amenaza inaceptable para nuestra seguridad nacional.
Y la Doctrina Monroe no es historia antigua. Recientemente, en 2018, el secretario de Estado de Donald Trump, Rex Tillerson, calificó la Doctrina Monroe como “tan relevante hoy como lo era el día en que se escribió”. En 2019, el exasesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, declaró que “la Doctrina Monroe está viva y coleando”.
En pocas palabras, incluso si Rusia no estuviera gobernada por un líder autoritario corrupto como Vladimir Putin, Rusia, al igual que Estados Unidos, seguiría estando interesada en las políticas de seguridad de sus vecinos. ¿Alguien realmente cree que Estados Unidos no tendría nada que decir si, por ejemplo, México formara una alianza militar con un adversario estadounidense?
Los países deben tener la libertad de tomar sus propias decisiones en materia de política exterior, pero tomar esas decisiones de manera inteligente requiere una consideración seria de los costos y beneficios. El hecho es que es probable que el hecho de que EE. UU. y Ucrania establezcan una relación de seguridad más profunda tenga algunos costos muy serios para ambos países.
Debemos apoyar enérgicamente los esfuerzos diplomáticos para reducir esta crisis y reafirmar la independencia y soberanía de Ucrania. Y debemos dejar en claro que Putin y su pandilla de oligarcas enfrentarán graves consecuencias si continúa por el camino actual. Al mismo tiempo, nunca debemos olvidar los horrores que causaría una guerra en la región y debemos trabajar arduamente para lograr una resolución realista y de mutuo acuerdo, una que sea aceptable para Ucrania, Rusia, Estados Unidos y nuestros aliados europeos, y que previene lo que podría ser la peor guerra europea en más de 75 años.
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Traducción de Google:
Las guerras tienen consecuencias no deseadas. Rara vez resultan como los expertos nos dicen que lo harán. Solo pregúntele a los funcionarios que proporcionaron escenarios optimistas para las guerras en Vietnam, Afganistán e Irak, solo para demostrar que estaban terriblemente equivocados. Solo pregúntele a las madres de los soldados que murieron o resultaron heridos en acción durante esas guerras. Solo pregúntele a los millones de civiles que se convirtieron en "daños colaterales".
Por eso debemos hacer todo lo posible para tratar de encontrar una solución diplomática a lo que podría ser una guerra enormemente destructiva en Ucrania.
Nadie sabe exactamente cuál sería el costo humano de tal guerra. Pero hay estimaciones de que podría haber más de 50.000 víctimas civiles en Ucrania y millones de refugiados inundando los países vecinos mientras huyen de lo que podría ser el peor conflicto europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Además, por supuesto, habría muchos miles de muertes dentro de los ejércitos ucraniano y ruso. También existe la posibilidad de que esta guerra “regional” pueda escalar a otras partes de Europa. Lo que podría suceder entonces es aún más horrible.
Pero eso no es todo. Las sanciones contra Rusia y la respuesta amenazada de Rusia a esas sanciones podrían resultar en una agitación económica masiva, con impactos en la energía, la banca, los alimentos y las necesidades cotidianas de la gente común en todo el mundo. Es probable que los rusos no sean los únicos que sufran sanciones. Y, por cierto, cualquier esperanza de cooperación internacional para hacer frente a la amenaza existencial de la crisis climática global y futuras pandemias sufriría un gran revés.
Deberíamos tener claro quién es el mayor responsable de esta crisis que se avecina: Vladimir Putin. Después de haberse apoderado de partes de Ucrania en 2014, el presidente ruso ahora amenaza con apoderarse de todo el país y destruir la democracia ucraniana. En mi opinión, debemos apoyar inequívocamente la soberanía de Ucrania y dejar claro que la comunidad internacional impondrá graves consecuencias a Putin y sus asociados si no cambia de rumbo.
Dicho esto, estoy extremadamente preocupado cuando escucho los familiares toques de tambor en Washington, la retórica belicosa que se amplifica antes de cada guerra, exigiendo que debemos “mostrar fuerza”, “ponernos duros” y no involucrarnos en el “apaciguamiento”. Una negativa simplista a reconocer las raíces complejas de las tensiones en la región socava la capacidad de los negociadores para llegar a una solución pacífica.
Uno de los factores desencadenantes de esta crisis, al menos desde la perspectiva de Rusia, es la perspectiva de una mayor relación de seguridad entre Ucrania y Estados Unidos y Europa occidental, incluido lo que Rusia ve como la amenaza de que Ucrania se una a la Alianza del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). ), una alianza militar creada originalmente en 1949 para enfrentarse a la Unión Soviética.
Es bueno saber algo de historia. Cuando Ucrania se independizó después del colapso de la Unión Soviética en 1991, los líderes rusos dejaron clara su preocupación por la posibilidad de que los antiguos estados soviéticos se convirtieran en parte de la OTAN y colocaran fuerzas militares hostiles a lo largo de la frontera con Rusia. Los líderes estadounidenses reconocieron estas preocupaciones como legítimas en ese momento. Siguen siendo preocupaciones legítimas. La invasión de Rusia no es una respuesta; tampoco lo es la intransigencia de la OTAN. También es importante reconocer que Finlandia, uno de los países más desarrollados y democráticos del mundo, limita con Rusia y ha optado por no ser miembro de la OTAN.
Puede que Putin sea un mentiroso y un demagogo, pero es hipócrita que Estados Unidos insista en que no aceptamos el principio de las “esferas de influencia”. Durante los últimos 200 años, nuestro país ha operado bajo la Doctrina Monroe, adoptando la premisa de que, como potencia dominante en el hemisferio occidental, Estados Unidos tiene derecho a intervenir contra cualquier país que pueda amenazar nuestros supuestos intereses. Bajo esta doctrina hemos socavado y derrocado al menos una docena de gobiernos. En 1962 estuvimos al borde de la guerra nuclear con la Unión Soviética en respuesta a la colocación de misiles soviéticos en Cuba, a 90 millas de nuestra costa, que la administración Kennedy vio como una amenaza inaceptable para nuestra seguridad nacional.
Y la Doctrina Monroe no es historia antigua. Recientemente, en 2018, el secretario de Estado de Donald Trump, Rex Tillerson, calificó la Doctrina Monroe como “tan relevante hoy como lo era el día en que se escribió”. En 2019, el exasesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, declaró que “la Doctrina Monroe está viva y coleando”.
En pocas palabras, incluso si Rusia no estuviera gobernada por un líder autoritario corrupto como Vladimir Putin, Rusia, al igual que Estados Unidos, seguiría estando interesada en las políticas de seguridad de sus vecinos. ¿Alguien realmente cree que Estados Unidos no tendría nada que decir si, por ejemplo, México formara una alianza militar con un adversario estadounidense?
Los países deben tener la libertad de tomar sus propias decisiones en materia de política exterior, pero tomar esas decisiones de manera inteligente requiere una consideración seria de los costos y beneficios. El hecho es que es probable que el hecho de que EE. UU. y Ucrania establezcan una relación de seguridad más profunda tenga algunos costos muy serios para ambos países.
Debemos apoyar enérgicamente los esfuerzos diplomáticos para reducir esta crisis y reafirmar la independencia y soberanía de Ucrania. Y debemos dejar en claro que Putin y su pandilla de oligarcas enfrentarán graves consecuencias si continúa por el camino actual. Al mismo tiempo, nunca debemos olvidar los horrores que causaría una guerra en la región y debemos trabajar arduamente para lograr una resolución realista y de mutuo acuerdo, una que sea aceptable para Ucrania, Rusia, Estados Unidos y nuestros aliados europeos, y que previene lo que podría ser la peor guerra europea en más de 75 años.
#5 Has leído el artículo de opinión? O te has quedado con el titular? Supongo que tampoco has querido leer la traducción del mismo que hago en #1, así que invito a leer la respuesta a tu pregunta en el extracto que aporto en #4.
#11 Se olvida Sanders de decir que los Soviet missiles in Cuba fueron in response de EEUU yéndose a Turquía a plantarle pepinos nucleares en las narices a la Soviet Union.
Un detallito sin importancia alguna. Naderías que no deben hacernos olvidar que la URSS eran unos señores muy muy malos que querían poner cohetes apuntando a USA porque les dio la gana.
#16 Como digo más arriba, no es perfecto, pero no me negarás que es uno de los análisis más imparciales que un político occidental relevante haya hecho de esta situación...
Y te recuerdo que a éste le tratan de comunista hasta los Demócratas.
#25 Como digo en #22, no es perfecto. Y lo que calla, habría que saber si calla por desconocimiento (no lo creo), por maldad o por guardar algo de contención al respecto.
El simple hecho de abogar por una resolución pacífica del conflicto y decir que la OTAN no debería estar implantada en los países vecinos de Rusia me parece ya suficiente para aplaudir a un senador de los EEUU cuyas palabras son siempre retorcidas para hacerle pasar por loco, viejo gruñón y comunista.
Si Bernie Sanders quiere transmitir su mensaje y que resuene sin dar demasiados motivos a los manipuladores de siempre, me parece lógico que guarde cierta ambigüedad respecto a los orígenes del conflicto. Y me da igual que diga que Putin es el malo. Con el clima de manipulación mediática actual, que un político occidental relevante diga abiertamente que la OTAN también es la mala de la película ya me parece un logro.
El día que tengan que luchar en primera línea los responsables de iniciar una guerra estas se acabarán.
#3 Eso no ha sucedido ni sucederá nunca. Aunque evidentemente tienes razón.
#3 la historia tiene sus experimentos naturales
El año pasado un primer ministro africano murió luchando en primera linea. La guerra no acabo, continuo.
#3 Eso sucedia en el pasado, con señores de la guerra.
Pero sus descendientes se acobardaron, como los windsor y los borbones.
Es bueno saber algo de historia. Cuando Ucrania se independizó después del colapso de la Unión Soviética en 1991, los líderes rusos dejaron clara su preocupación por la posibilidad de que los antiguos estados soviéticos se convirtieran en parte de la OTAN y colocaran fuerzas militares hostiles a lo largo de la frontera con Rusia. Los líderes estadounidenses reconocieron estas preocupaciones como legítimas en ese momento. Siguen siendo preocupaciones legítimas. La invasión de Rusia no es una respuesta; tampoco lo es la intransigencia de la OTAN.
(A ver cómo son capaces algunos de retorcer las palabras de Bernie Sanders para acusarle de "defender a Putin" o de "defender a los nazis rusos")
#4 Bernie Sanders contra Bernie Sanders
"Debemos tener claro quién es el principal responsable de esta crisis que se avecina: Vladimir Putin. Tras haberse apoderado ya de partes de Ucrania en 2014, el presidente ruso amenaza ahora con apoderarse de todo el país y destruir la democracia ucraniana. En mi opinión, debemos apoyar inequívocamente la soberanía de Ucrania y dejar claro que la comunidad internacional impondrá severas consecuencias a Putin y sus asociados si no cambia de rumbo."
#12 Bernie contra Bernie no. Eres tú quiene tiene una visión sesgada con esta historia. Y llevas semanas demostrándola. Cualquiera que critica a la OTAN es automáticamente un "prorruso".
Mucho te tiene que joder ser consciente de que no puedes llamar "prorruso" a Bernie Sander con las afirmaciones que hace, eh?
Por eso no te queda otra que decir "Bernie contra Bernie". Pero eso que llamas "Bernie contra Bernie" se llama REFLEXIONAR. Algo de lo que carecen muchos.
#13 tampoco intentes tú tergiversar las palabras de Bernie como si no estuviese poniendo la responsabilidad de lo que esta pasando en Putin.
Que aqui Bernie esta usando frases como "debemos apoyar inequívocamente la soberanía de Ucrania"
No solo puedes ser Pro-Ruso. Tambien puedes ser Pro-Paz en la versión dejemos desarmada a Ucrania que no pasará nada, solo hay 140.000 tipos tomando el te a 50 kms de la frontera
#14 La madre que me parió... Lo tuyo es de juzgado de guardia. No has entendido nada de lo que he dicho en #13. Y no he empleado un lenguaje muy complicado que digamos...
Con sus luces y sus sombras, me parece la opinión más lúcida que le he escuchado/leído a un político sobre este conflicto.
#2 estando de acuerdoen el fondo, la manipulación esta en.lo que calla y joven lo que dice.
El.origen del.conflicto, es la.intervención americana en Ucrania y el.cambio de gobierno dolares mediante.
Todo lo demas, son las consecuencias.
#2 para mí es el único que debería de haber subido a presidente de los eeuu y no Trump ni Biden
#20 Primer Premio en Demagogia y Populismo Barato. Enhorabuena, aquí tienes tu pin
Otra afirmación sensata que conviene recordar a muchos:
"Putin may be a liar and a demagogue, but it is hypocritical for the United States to insist that we do not accept the principle of “spheres of influence”. For the last 200 years our country has operated under the Monroe Doctrine, embracing the premise that as the dominant power in the western hemisphere, the United States has the right to intervene against any country that might threaten our alleged interests. Under this doctrine we have undermined and overthrown at least a dozen governments."
El presidente que se han perdido los EEUU por culpa de Biden, Clinton y los corruptos demócratas... Presidente que se han perdido los EEUU y que se ha perdido el mundo entero.
#17 Atendiendo a los hechos de los últimos 20 años, es más probable otra invasión por parte de algún estado OTAN que una de Rusia. No es cuestión de si Putin se molesta, es de si nuestros líderes europeos son sumisos, lameculos y suicidas a más no poder. Si no recuerdo mal, desde la caída de la URSS (objetivo fundacional de la OTAN) los socios de la alianza han matado en Irak, Afganistán, Libia, Yugoslavia, Somalia y seguramente me dejo algún lugar más.
Una hipotética guerra en Ucrania sería la calcinación de Europa, al parecer alguien le importa un pimiento.
¿Pero evitar la guerra es permitir que Putin invada Ucrania, o es enviar soldados para que no la invada y podamos vivir en paz?
#5 Ucrania no está en paz desde que dieron un golpe de estado en 2014. De hecho, no está en paz desde antes, desde que Iulia Timoshenko se dedicó a robar el gas ruso, algo grave si tenemos en cuenta que Rusia es el primer destino de las exportaciones y origen de las importaciones para Ucrania.
Putin sólo ha dicho que no quiere una Ucrania en la OTAN, es decir, una OTAN en las fronteras de Rusia. Si la OTAN se instala en Ucrania, con e beneplácito de Kiev, significa la instalación de ejércitos extranjeros y armas nucleares apuntando a Rusia en suelo ucraniano lo cual equivale a colocar armamento ruso en la frontera de Canadá o México o, si te suena más, a poner misiles en Cuba.
#10 Exactamente lo que apunta Bernie Sanders.
In 1962 we came to the brink of nuclear war with the Soviet Union in response to the placement of Soviet missiles in Cuba, 90 miles from our shore, which the Kennedy administration saw as an unacceptable threat to our national security.
#10 O sea, evitar la guerra es permitir que Putin invada Ucrania, bajar la cabeza, y rezar que no seamos los siguientes, no vaya a ser que Putin se moleste, porque lo contrario sería ser como los yankees.
#5 Evitar la guerra es no irte a un país llamémosle "neutral" donde "ni pa ti ni pa mi" y ponerte a atizar a las facciones ultranacionalistas para que den un Golpe (asesinando por el camino a unos cuantos bastantes civiles que no querían dicho Golpe) y pongan sólo a Presidentes que sean de tu cuerda geopolítica, prohibiendo e ilegalizando además a partidos políticos opositores y cerrando televisiones, cadenas de radio y periódicos de cualquier editorial política que no sea la de los golpistas. (Euromaidan).
Evitar la guerra es no apoyar abiertamente, financiar con dineritos y enviarles armas de guerra y entrenadores militares de élite (servicios secretos, fuerzas especiales...) a esas guerrillas para que avancen sobre la población civil de las etnias disidentes, en este caso los rusófonos y ucranianos de ascendencia rusa, y las limpien del mapa para que sólo queden los suyos, que son los que a ti te gustan porque te hacen casito siempre. (Avance del Ejército Nacionalista Ucraniano sobre el Este del país para limpieza étnica).
Evitar la guerra es no pasarte el día amenazando a Rusia con que "os la vamos a liar, dictadores de mierda, preparaos porque aquí llega la puta guerra" mientras despliegas tropas en Polonia y países Bálticos y tener a todas tus televisiones anunciando el inicio de la guerra cada día en televisión a toda la ciudadanía de Europa y de USA.
Putin es un hijo de putin, eso lo sabe cualquiera. Pero que Putin "ha provocado esta guerra" es algo que sólo se van a tragar dos tipos de personas en el Mundo Libre (los más numerosos, por desgracia): los OTANistas y los ignorantes.
#19 Vamos, que Hitler hizo bien en invadir los Sudetes, Austria, Checoslovaquia y Polonia para defender a los germanófilos. Y ahora Putin hace bien en enviar 140.000 soldados a invadir Ucrania, porque como los EEUU son malos, Rusia tiene también derecho.
Y además, el que no comparta tu odio a los EEUU, es un ignorante.
#20 Menudo cacao, colega.