El autoritarismo trumpista apuesta de lleno por la censura (y la élite empresarial le echa una mano)

El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, es bastante más elocuente que su jefe, Donald Trump. Pero comparte un problema con él: no sabe disimular. El pasado lunes, cuando Vance finalizaba el podcast de Charlie Kirk –que el vicepresidente decidió presentar personalmente, desde su despacho en la Casa Blanca, para rendir homenaje al influencer ultraderechista asesinado cuatro días antes– fue incapaz de ocultar cuánto placer le producía denunciar a los medios que, en su opinión, habían sido injustos con su gran amigo Charlie.

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Cuando los que llevan cientos de años con el poder vienen a robar, nunca dan publicidad es publici dad, siempre se crea un relato "oficial". De primero de historia.