Confieso que escuché por primera vez la palabra resiliencia hace no más de quince años, cuando colaboraba en labores de comunicación con una ONG navarra dedicada a la atención de la infancia y la adolescencia. Xilema, que así se llama la organización, tenía unos innovadores programas para chavales con una pesada mochila a sus espaldas fruto de familias desestructuradas y de los traumáticos golpes que, en ocasiones, da la vida.
Comentarios
Resiliencia. ¿Mi mejor consejo para una buena relación? Asegúrate de ser tú el que esté loco.
Hablamos de cosas que me comería o que me llevaría a reunión super importante?
En cualquier caso, las setas