Como un regalo del cielo nos llegan sabores divinos, que nos son retirados víctimas de la cólera de un Dios curioso y cruel; en otras ocasiones, sentimos que existe una justicia divina cuando esas porquerías desaparecen para dejar rastro. Y, por fin, los hay que resucitan al tercer día
Comentarios
Yo estaba harto de los refrescos de siempre, cola, naranja, limón. .. hasta que apareció la Cariba.
Estaba tan rico que no duró un verano.