A la hora de frenar la aparición de enfermedades neurodegenerativas la dieta mediterránea juega un papel muy importante ya que contiene antioxidantes de las frutas y las verduras (Vitamina C, E, Selenio) y ácidos omega 3 (DHA) del pescado azul que ayudan a prevenirlas. Todo ello acompañado de aceite de oliva, cereales, legumbres, semillas y aceites de semillas, frutos secos y huevos. Evitando las grasas saturadas (embutidos, bollería, frituras, carne roja) y el estrés, y potenciando el ejercicio físico a diario.