No hay ninguna absurdez tan obvia que no pueda ser firmemente plantada en la cabeza de un hombre si simplemente se comienza a imponérsela antes de los cinco años de edad, repitiéndola constantemente con un aire de gran solemnidad
Cuando vivía en Francia, España era el paraíso para Estebitan. El mes de vacaciones transcurría en el pueblo donde había nacido antes de que sus padres emigraran. Todo era diversión y aventuras: los baños en el río, las exploraciones en los alrededores montado en su bicicleta, la pesca de cangrejos y ranas, las tardes en la era montado en el trillo, e incluso la lectura de esos libros que el abuelo guardaba en un baúl, algunos de los cuales no eran desde luego libros infantiles.
Es por ello que el regreso a España fue aún más impactante de lo esperado. El barrio obrero donde se instalaron no podía ser más diferente a su pueblo: calles cuadriculadas con edificios que eran todos similares y desagradables a la vista, ninguna zona verde a la vista pues todas ellas habían sido sustituidas por más edificios, y escuelas que no tenían ni patio de recreo y en las que libros, cuadernos y todo el material escolar debía ser pagado por los padres.
Pero lo que más sorprendió a Estebitan en la escuela fue la asignatura de religión católica. En ella se estudiaban todas esas cosas absurdas y sin sentido del catecismo que su madre le había enseñado en casa para poder hacer la primera comunión en su pueblo. Algo que en su escuela de Francia no se mencionaba nunca, casi ni sabía si sus compañeros de clase practicaban alguna religión.
En ella se estudiaban todas esas cosas absurdas y sin sentido del catecismo
Cuando habían pasado ya tres años, Estebitan estaba precisamente en la clase de religión católica a cargo de don Severiano, que era asimismo párroco en la iglesia del barrio. En ese momento, don Severiano había acorralado en una esquina a un alumno díscolo y le estaba golpeando con saña con la regla de madera del aula. Era algo que ya había ocurrido varias veces y todos los demás alumnos permanecían paralizados por el miedo. Pero en ese momento la puerta del aula se abrió bruscamente y entró la señorita Manoli, la profesora de Historia.
—¿Qué está pasando aquí? —dijo con cara de asombro.
Don Severiano levantó la mirada y, por un momento, pareció que su furor iba a recaer en la recién llegada, pero su cara se dulcificó.
—Nada importante. Lo hago por su bien, porque le quiero mucho —alegó don Severiano con voz algo trémula.
—De todas formas, me llevaré a este niño a la sala de profesores—replicó la señorita Manoli agarrando al alumno apaleado.
Estebitan sintió en ese momento que no era el único que no le encontraba sentido ni a esa clase ni a la autoridad que se le había concedido a ese cura. Y una pequeña llama de rebeldía se encendió en su interior.
Hace pocos días, la Conferencia Episcopal Española (CEE) notificaba que los alumnos que optan por la asignatura de Religión (según sus propias estadísticas ya disponibles en [1]) aumentan levemente este curso escolar 2024-25, respecto del anterior. En datos totales de alumnos inscritos en la asignatura de Religión, el porcentaje aumenta alcanzando el 56,06% frente al 55,42% del curso anterior. Esta noticia ha sido presentada por algunos medios ultracatólicos como un revés a supuestas políticas secularizadoras e islamizadoras del actual gobierno; por ejemplo, El Debate titulaba recientemente: Aumentan los alumnos de Religión a pesar de los esfuerzos de Sánchez por desterrarla y fomentar lo islámico [2].
Este aumento en la inscripción de alumnos en Religión no deja de ser sorprendente ya que es conocido que la sociedad española es cada vez más secularizada y eso se ha traducido en una disminución casi constante de alumnos matriculados en Religión desde que se tienen datos al respecto. Con idea de encontrar una explicación razonable, descargué los datos de los cursos 2023-24 y 2024-25 [1]. Éstos vienen desglosados en centros públicos, centros concertados y centros privados. Se observa inmediatamente que el total de alumnos inscritos en Religión en centros públicos ha bajado del 43,16% al 42,85% y en los centros privados concertados ha bajado del 88,45% al 86,85%. El único incremento se observa en la educación privada, del 72,67% al 74,14%, pero esto es anecdótico pues los alumnos de esta modalidad representan únicamente el 1,5% del total.
el total de alumnos inscritos en Religión en centros públicos ha bajado del 43,16% al 42,85% y en los centros privados concertados ha bajado del 88,45% al 86,85%
No deja de ser extraño que bajen ambos porcentajes parciales y, sin embargo, suba el porcentaje total. Todos sabemos que los obispos predican la conveniencia de ser fieles a la verdad, aunque también es cierto que han demostrado sobradamente en otras ocasiones su maestría en decir medias verdades. Sin embargo, las matemáticas son exactas y no dejan margen a interpretaciones, salvo que se diera un caso de “malemáticas” de los analizados por nuestro amigo @juvenal.
Los propios datos de la CEE permiten también constatar que, en números totales, los alumnos inscritos en religión también han bajado, de 2 940 793 en el curso 2023-24 a 2 928 354 en el curso 2024-25. Un dato que de nuevo puede resultar desconcertante.
Pero la explicación emerge cuando comparamos la evolución del número de alumnos por tipo de educación. El número total de alumnos en la enseñanza pública ha bajado de 3 838 810 alumnos en el curso 2023-24 a 3 632 944 en el curso 2024-25, mientras que en la enseñanza concertada ha subido de 1 381 261 a 1 510 152 en el mismo periodo. Este aumento de alumnos de la educación concertada es aún más sintomático si observamos que el total de alumnos en la enseñanza ha disminuido.
El número total de alumnos en la enseñanza pública ha bajado de 3 838 810 alumnos en el curso 2023-24 a 3 632 944 en el curso 2024-25, mientras que en la enseñanza concertada ha subido de 1 381 261 a 1 510 152 en el mismo periodo
La explicación es entonces sencilla. La educación concertada está mayoritariamente en manos de la iglesia católica y sus centros tienen una ideología cristiana que favorece que tanto los alumnos como los padres se lo piensen dos veces antes de decidir no inscribirse en la clase de religión. Esto se refleja claramente en el porcentaje de alumnos que la eligen, mucho mayor en el caso de colegios concertados de ideología católica. Puesto que los alumnos de la educación concertada están aumentando y los de la pública están disminuyendo, el porcentaje total puede aumentar y de hecho es lo que ha ocurrido.
Evidentemente, el problema no se reduce a cifras y es mucho más profundo. El auge de la educación concertada es consecuencia de políticas educativas tendentes a favorecer esta opción frente a la educación pública. Sirvan ejemplos notorios y recientes como los siguientes: La quiebra de la educación pública en Andalucía: 2.400 aulas menos y 72 millones de euros a la concertada [3], La concertada, prioridad para Ayuso: es la segunda mayor partida del presupuesto de Educación tras aumentar en 267 millones [4] o Salvador Illa justifica en el descenso de alumnos que se cierren 111 líneas de la escuela pública y se abran 21 en la concertada [5].
La educación pública debe ser laica e inclusiva. De proseguir en la senda actual, nos encontraremos con que estamos financiando con el erario una educación segregadora (por clase social, ideología e incluso género en algunas ocasiones) o adoctrinadora en creencias religiosas (no sólo católica, sino también evangélica, judía o islámica). El sistema de conciertos educativos, pensado inicialmente como un remedio temporal a la falta de escuelas públicas, debe ser revertido urgentemente. Y la asignatura de Religión, heredada de la dictadura nacionalcatólica anterior gracias a un concordato pactado preconstitucionalmente entre la iglesia y las autoridades franquistas [6], debe ser eliminada del currículo escolar.
El sistema de conciertos educativos, pensado inicialmente como un remedio temporal a la falta de escuelas públicas, debe ser revertido urgentemente
La situación ya es grave y puede no tener vuelta atrás en poco tiempo. Ya hay casos conocidos de padres que no han podido escolarizar a sus hijos en colegios públicos y han tenido que hacerlo en colegios concertados de ideología católica. Graves también son los casos recientes de colegios que han sido invadidos por grupos católicos ultraconservadores que han orientado el ideario del centro a sus propias ideas ultracatólicas con medidas como incrementar las horas de religión o contratando profesores afines a sus ideas de extrema derecha [7].
[1] www.conferenciaepiscopal.es/estadisticas-religion/
[2] www.eldebate.com/educacion/20250501/aumentan-alumnos-religion-pesar-es
[3] www.elsaltodiario.com/sevilla/quiebra-educacion-publica-andalucia-2400
[4] www.lamarea.com/2023/12/22/concertada-prioridad-ayuso-segunda-mayor-pa
[5] www.elperiodico.com/es/politica/20250326/salvador-illa-escuela-descens
[6] www.meneame.net/story/no-firma-acuerdo-sino-estafa-pueblo
[7] elpais.com/espana/catalunya/2025-03-27/educacion-investiga-el-giro-ult
Ni siquiera deberíamos necesitar la palabra ateísmo. Si la gente no se hubiera inventado ridículos dioses imaginarios, las personas racionales no necesitaríamos negarlos.
Imaginemos que el estado español hubiera firmado acuerdos con la antigua Unión Soviética para financiar con dinero público actividades encaminadas a propagar en España la ideología estalinista, estableciendo la obligatoriedad de una asignatura, con el mismo rango de las asignaturas fundamentales, dedicada a este adoctrinamiento, y con profesores pagados por el estado y elegidos por algún partido español con esa ideología estalinista.
Parece absurdo ¿No? Pues estamos en una situación similar con la asignatura de religión y parece que a muchos esto les parece normal
Causa indignación que el gobierno "progresista" de España se haya ido a negociar la resignificación democrática del mausoleo franquista de Cuelgamuros (enteramente de propiedad pública) al Vaticano, continuando su prevalencia en el lugar: la orden benedictina (como guardiana espiritual), la basílica consagrada y, presidiendo el conjunto, el logotipo de la secta católica, el de mayor tamaño del mundo. Seguirá siendo un referente para la peregrinación fascista. Los republicanos que dieron su vida por la democracia se retorcerían de vergüenza.
Marcelino Olaechea, obispo de Pamplona, fue el primero en usar el término «cruzada», en su carta pastoral del 23 de agosto de 1936: “No es una guerra la que se está librando; es una cruzada, y la Iglesia, no puede menos de poner cuanto tiene a favor de los cruzados”.
Pla y Deniel, El obispo de Salamanca, 30 de septiembre de 1936: “Ya no se trata de una guerra civil, sino de una cruzada por la religión, por la Patria y la civilización». Posteriormente, en su carta pastoral Las dos ciudades, decía: «La lucha actual reviste, sí, la forma externa de una guerra civil, pero en realidad es una cruzada. Fue una sublevación, pero no para perturbar, sino para restablecer el orden. Lucha a favor del orden contra la anarquía, a favor de la implantación de un gobierno jerárquico contra el disolvente comunismo, a favor de la defensa de la civilización cristiana y de sus fundamentos: religión, patria y familia contra los sin Dios y contra Dios, los sin patria”.
Cardenal Isidro Gomá, Toledo, 23 de noviembre de 1936: “Si la contienda actual parece como una guerra puramente civil, en el fondo debe reconocerse en ella un espíritu de verdadera cruzada en pro de la religión católica”.
Cardenal Plá y Deniel, Arzobispo de Toledo, Primado de España y presidente de la Conferencia de Metropolitanos, lo que equivaldría en nuestros días a la Conferencia Episcopal, 1958: “La Iglesia no hubiera bendecido un mero pronunciamiento militar, ni a un bando de una guerra civil. Bendijo, sí, una Cruzada”.
Extractos de la Carta Colectiva del episcopado español (firmada por 42 obispos) a los obispos de todo el mundo con motivo de la guerra, 1 julio 1937:
“que siendo la guerra uno de los azotes más tremendos de la humanidad, es a veces el remedio heroico, único, para centrar las cosas en el quicio de la justicia y volverlas al reinado de la paz. Por esto la Iglesia, aun siendo hija del Príncipe de la Paz, bendice los emblemas (pf) de la guerra, ha fundado las Órdenes Militares y ha organizado Cruzadas contra los enemigos de la fe”…
“agotados ya los medios legales, no había más recurso que el de la fuerza para sostener el orden y la paz; que poderes extraños a la autoridad tenida por legítima decidieron subvertir el orden constituido e implantar violentamente el comunismo; y, por fin, que por lógica fatal de los hechos no le quedaba a España mas que esta alternativa: o sucumbir en la embestida definitiva del comunismo destructor”…
“nótese, primero, que la sublevación militar no se produjo, ya desde sus comienzos, sin colaboración con el pueblo sano, que se incorporó en grandes masas al movimiento que, por ello, debe calificarse de cívico-militar”...
“Y porque Dios es el más profundo, cimiento de una sociedad bien ordenada- lo era de la nación española- la revolución comunista, aliada de los ejércitos del Gobierno, fue, sobre todo, antidivina. Se cerraba así el ciclo de la legislación laica de la Constitución de 1931 con la destrucción de cuanto era cosa de Dios”…
“la espiritual, del lado de los sublevados, que salió a la defensa del orden, la paz social, la civilización tradicional y la patria, y muy ostensiblemente, en un gran sector, para la defensa de la religión; y de la otra parte, la materialista, llámese marxista, comunista o anarquista, que quiso sustituir la vieja civilización de España, con todos sus factores, por la novísima "civilización" de los soviets rusos”...
“Por esto observadores perspicaces han podido escribir estas palabras sobre nuestra guerra: "Es una carrera de velocidad entre el bolchevismo y la civilización cristiana". "Una etapa nueva y tal vez decisiva en la lucha entablada entre la Revolución y el Orden"...
“El alzamiento cívico-militar fue en su origen un movimiento nacional de defensa de los principios fundamentales de toda sociedad civilizada; en su desarrollo, lo ha sido contra la anarquía coaligada con las fuerzas al servicio de un gobierno que no supo o no quiso titular aquellos principios”...
“Que la Iglesia, a pesar de su espíritu de paz, y de no haber querido la guerra ni haber colaborado en ella, no podía ser indiferente en la lucha: se lo impedía su doctrina y su espíritu el sentido de conservación y la experiencia de Rusia. De una parte se suprimía a Dios, cuya obra a de realizar la Iglesia en el mundo, y se causaba a la misma un daño inmenso, en personas, cosas y derechos, como tal vez no la haya sufrido institución alguna en la historia; de la otra, cualesquiera que fuesen los humanos defectos, estaba el esfuerzo por la conservación del viejo espíritu, español y cristiano”...
“Hoy, por hoy, no ha en España más esperanza para reconquistar la justicia y la paz y los bienes que de ellas deriva, que el triunfo del movimiento nacional”...
“En descargo de tantas víctimas, alucinadas por "doctrinas demonios", digamos que al morir, sancionados por la ley, nuestros comunistas se han reconciliado en su inmensa mayoría con el Dios de sus padres. En Mallorca han muerto impenitentes sólo un dos por ciento; en las regiones del sur no más de un veinte por ciento, y en las del norte no llegan tal vez al diez por ciento. Es prueba del engaño de que ha sido víctima nuestro pueblo”…
“el movimiento nacional ha determinado una corriente de amor que se ha concentrado alrededor del nombre y de la sustancia histórica de España, con aversión de los elementos forasteros que nos acarrearon la ruina. Y como el amor patrio, cuando se ha sobrenaturalizado por el amor de Jesucristo, nuestro Dios y Señor, toca las cumbres de la caridad cristiana, hemos visto una explosión de verdadera caridad que ha tenido su expresión máxima en la sangre de millares de españoles que le han dado la grito de "¡Viva España!" "¡Viva Cristo Rey!"...
“sin sacerdotes, sin templos, sin culto, sin hambre y la miseria. En cambio, en medio del esfuerzo y del dolor terrible de la guerra, las otras regiones viven en la tranquilidad del orden interno, bajo la tutela de una verdadera autoridad, que es el principio de la justicia, de la paz y del progreso que prometen la fecundidad de la vida social. Mientras en la España marxista se vive sin Dios, en las regiones indemnes o reconquistadas se celebra profusamente el culto divino y pululan y florecen nuevas manifestaciones de la vida cristiana”…
“la guerra no se ha emprendido para levantar un Estado autócrata sobre una nación humillada, sino para que resurja el espíritu nacional con la pujanza y la libertad cristiana de los tiempos viejos”...
“El levantamiento cívico-militar ha tenido en el fondo de la conciencia popular un doble arraigo: el del sentido patriótico, que ha visto en él la única manera de levantar a España y evitar su ruina definitiva; y el sentido religioso, que lo consideró como la fuerza que debía reducir a la impotencia a los enemigos de Dios, y como la garantía de la continuidad de su fe y de la práctica de su religión.”…
“Enjuiciando globalmente los excesos de la revolución comunista española, afirmamos que en la historia de los pueblos occidentales no se conoce un fenómeno igual de vesania colectiva, ni un cúmulo semejante, producido en pocas semanas, de atentados cometidos contra los derechos fundamentales de Dios, de la sociedad y de la persona humana”»…
“La Constitución y las leyes laicas que desarrollaron su espíritu fueron un ataque violento y continuado a la conciencia nacional. Anulando los derechos de Dios y vejada la Iglesia, quedaba nuestra sociedad enervada, en el orden legal, en lo que tiene de más sustantivo la vida social, que es la religión.”.
Ley de Principios Fundamentales del Movimiento del 18 de mayo de 1958, n.2: “La nación española considera como timbre de honor el acatamiento de la Ley de Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única verdadera y fe inseparable de la conciencia nacional que inspirará su legislación». Concordato de 1953, art. 1 y 2: «La Religión Católica, Apostólica y Romana, sigue siendo la única de la nación española y gozará de los derechos y prerrogativas que le corresponden en conformidad con la Ley divina y el Derecho Canónico. El Estado Español reconoce a la Iglesia Católica el carácter de sociedad perfecta y le garantiza el libre y pleno ejercicio de su poder espiritual y de su jurisdicción, así como el libre y público ejercicio del culto”.
El Papa Pío XII otorgó la medalla de la Orden de Cristo, máxima distinción pontificia, a Franco en 1953.
Fuentes: infovaticana.com/2019/10/24/los-obispos-y-franco-oportunismo-traicion-
secviccentdocumentosoficiales.blogspot.com/2006/09/carta-colectiva-de-
La religión le preguntó al ateísmo: Ateísmo, ¿Por qué la gente me ama y te odia a ti? El ateísmo respondió: porque tú eres una hermosa mentira y yo soy una dolorosa verdad.
menéame