Esta densidad comunicativa sostiene su sofisticación cognitiva a la que podría sumarse un buen puñado adicional: comprenden el gesto humano de señalar; cooperan en tareas que requieren inhibición y espera; se reconocen en el espejo; son conscientes del volumen de su propio cuerpo, especialmente cuando estorban, algo en lo que muchos primates fallan; discriminan cantidades mediante el olfato; y muestran episodios en los que son capaces de resolver problemas novedosos con soluciones súbitamente creativas. Incluso su curiosa relación con las abej