Cuando pensamos en la historia militar de una nación, suelen aparecer imágenes de coraje, heroísmo, sacrificio y gestas que definen el espíritu patriótico. Es la narrativa que se enseña en escuelas, se repite en medios y se inmortaliza en películas: la historia del “bien” enfrentando al “mal”. Pero esa es solo una parte del relato. Toda potencia construida mediante guerras, conquistas o intervenciones acumula también episodios que incomodan, contradicen y ensombrecen el discurso oficial. Estados Unidos no es una excepción.