Un equipo del Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología (KIST) ha desarrollado un motor eléctrico que prescinde completamente del cobre. En su lugar utilizan cables hechos a base de nanotubos de carbono. Esta tecnología no solo permite aligerar el peso de componentes clave, sino que además abre la puerta a una drástica reducción en las emisiones asociadas a la fabricación de motores para coches eléctricos y otras aplicaciones.