los investigadores del MIT han validado experimentalmente un sistema sorprendentemente sencillo: generadores de vórtices en forma de cuña que, instalados en el casco, ayudan a disminuir la resistencia al avance hasta un 7,5 %. Una mejora nada trivial en un sector donde cada décima cuenta. Los ensayos confirman que la modificación consigue lo más difícil en hidrodinámica: evitar que el flujo se despegue del casco, manteniendo el agua adherida durante más tiempo y reduciendo la turbulencia en la estela.