El Labour hizo campaña prometiendo un crecimiento económico gracias al cual no haría falta aumentar la carga fiscal para invertir en infraestructuras, reducir la pobreza, construir vivienda asequible. Ahora las arcas del Tesoro están vacías, la deuda pública asciende a tres billones de euros (un 100% del PIB), por los que paga mensualmente 11.000 millones de euros en intereses (132.000 millones al año), y no queda más remedio que subir los impuestos para que el país no se vaya a la quiebra