Estamos acostumbrados a vivir en un mundo en el que ir de un extremo al otro del planeta es una custión de 24 horas; vemos normal desayunar en Londres y almorzar en Nueva York, y no nos produce ninguna sorpresa ni asombro poder ir a ciudades a miles de kilómetros por menos de lo que cuesta un menú del día. El ser humano, como especie y como individuo, se acostumbra muy rápido a los cambios, y procura enterrar el pasado, o modificarlo para que encaje con el presente. Hace cincuenta años viajar grandes distancias era el privilegio de unos pocos.
Comentarios
Vivir en el siglo XIX, sin Internet, sin Menéame, si Opel Corsa, sin LIDL, debe de haber sido una mierda de vida.
#1 buenas noches
Bah!
No es para tanto
Pony express, viejas de iglesia poniendo verde a las del lupanar, caballos (más fáciles de vender de segunda mano) y cantina del pueblo para el aguardiente triple x
No lo mismo, pero simples matices de grado
Un saludo
#2 El Pony Express me temo que duró 18 meses nada más...
#3 buenas noches
¡Ah! No sabía, gracias
Entonces sí. Sin pony express el siglo XIX debió ser una porquería. El señor@cocopino tiene razòn.
Un saludo
#4 Por si te interesa (SPAAAAAAAM) al final de la entrada está enlazado un pequeño relato sobre el particular: http://fronterasblog.com/2012/12/11/preferiblemente-huerfanos-pony-express-el-primer-servicio-de-mensajeria-urgente-de-la-historia/
#4 En España no se dice "buenas noches" ni "saludos", se dice "a cagar" y "a tomar por culo".
#6 semos unos adelantados
Don Bart Simson en el futuro se despedirá con la fórmula: ¡qué te den! Pero debemos tener en cuenta que su progenitor b ya no mola
¡Qué le den!