La serie era la típica producción británica de pocos capítulos y en clave realista. El autor, un militante laborista, con pasado en la izquierda radical, y el resultado, una visión del narcotráfico en los barrios de absorción londinenses que mostraba la extrema crueldad y violencia necesarias para sobrevivir en el negocio. La serie fue cancelada, pero un rapero, Drake, se quedó tan colgado que exigió a Netflix más temporadas y ahora acaben de concluir las tres más que se hicieron: tres joyas
Comentarios
El realismo británico es bestial, en una serie como esta, más. Qué pena que España esté tan lejos de algo así.