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Una historia preciosa, con niño enfermo y tintes lacrimogenos, muy navideña. En Argentina a estas historias les llaman milongas. Yo llevo mas de medio siglo con las mismas tazas.
#2 El "no me cuentes milongas" me lo he oido yo en la península muchas veces
#2 ya....
en Argentina tendría un gabinete pscopedagogico a su disposición con unos excelentes terapeutas que le harían ver al niño lo mucho que mola cambiar de taza.
#12 esta no tiene pinta de ser un embaucabobos pues el padre no solicitó ayuda económica de ningún tipo.....lo que buscaba , lo acabó encontrando ....y fue al final por la ley de las probabilidades (o como se llame esto) ; si hubiese buscado un beneficio económico las probabilidades pasarían porcentualmente a ser menos.
Un poco "la gente de bart" pero la meneo.
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