Julie Hardwick, tiene estudios sobre el comportamiento de la juventud hace tres siglos y encontró conductas curiosas. Por ejemplo, era normal que existiera la amistad entre jóvenes, que socializasen, sin necesidad de que tuviera que celebrarse un matrimonio. Chavales de diferentes sexos podían pasear juntos, besarse y abrazarse, incluso «acariciarse de rodillas», que era el eufemismo al uso en Lyon para referirse al sexo oral, pero todo desde la más sana amistad. El coito no entraba en esa ecuación
Comentarios
Cuidado con la información que se pasa de forma oral o escrita sobre sexo. Recordáis "tralari tralari" ?
#12 "Un secreto que guardamos celosamente durante toda nuestra vida".
el cardenal François Tolet escribió que la masturbación era «un pecado muy grave y contra natura [...] Creo que no hay otro remedio eficaz que confesarse muchas veces al mismo confesor, hacerlo si es posible tres veces por semana».
Otras cosas, sin embargo, no han cambiado nada...
#2 Creo que todos entendimos lo mismo sobre lo que realmente quería el confesor.
#2 #5
"Pero al detalle, vaya usted al detalle"
Muy chulo oel artículo! Me ha gustado, no me lo imaginaba así, la verdad
Se dice sexcentista y diecichochesco.
Nadie dice la verdad sobre el sexo y en esa época menos.
No sabía cual era el equivalente a "decimonónico" para otros siglos. Dieciochesco si que sale en la RAE pero seicentista no. Aún así la palabra decimonónico mola más jajaja
#4 imagino que lo de seicentista para el siglo XVII es una licencia estilística sacada del italiano donde a los siglos los denominan
QUATTROCENTO S. XV
CINQUECENTO S. XVI
SEICENTO S. XVII
SETTECENTO S. XVIII
OTTOCENTO S. XIX
NOVECENTO S. XX
#4 Se usa muy poco. Al menos en la historiografía hispana. Antes del siglo XIX los adjetivos que más se utilizan para nombrar un periodo son el de los movimientos culturales o artísticos: ilustrado, barroco, renacentista... o simplemente edad moderna.
Tenerlo claro, dejad de soñar. Ni siquiera viajando a esos siglos íbamos a hacer algo más que ser pagafantas.
No me lo creo, en el siglo XVIII no había seiscientos.
Luego llego internet y Menéame, y ya la gente dejó de follar.