"Dame cuarto y mitad de almejas y ese jurel que tiene los ojos tan brillantitos". Esa frase, que bien podía haber dicho mi madre o mi abuela (femenino no genérico), no la voy a pronunciar jamás. Ni yo, ni mi hermana ni seguramente nadie de mi generación. Somos millennials y no hacemos un diagnóstico tan concienzudo del estado de un pescado que probablemente sin etiqueta no sabríamos reconocer. Mercadona lo sabe y ha movido ficha: desde este año ha cambiado su sistema de pescadería para dejar atrás, o al menos reducirlo a la mínima expresión, l