Nombres como DeepSeek, Kimi o Qwen se habían instalado en los puestos más altos de las pruebas y marcaban el ritmo en las tareas complejas de ingeniería de software, mientras Europa buscaba todavía su posición. La llegada de Devstral 2 altera ese reparto. No desplaza a quienes ya estaban arriba, pero sitúa a Mistral en el mismo nivel de exigencia y convierte a una compañía europea en aspirante real en un terreno que hasta ahora parecía reservado a otros.