Células como la desarticulada en Castellón, con la detención de cuatro personas (entre las que había un menor), no tienen una lista clara de objetivos, sino que pretenden ataques selectivos para provocar disturbios. La nueva ola terrorista tendrá motivaciones de carácter tecnófobo, con la creencia de que el desmantelamiento de la tecnología moderna es necesario para la supervivencia de la humanidad.