Hace 6 años | Por --559832-- a ngenespanol.com
Publicado hace 6 años por --559832-- a ngenespanol.com

El grandioso líder político y militar romano Julio César (100 a.C. – 44 a.C.) era un hombre de absoluta belleza. Sometido a un intenso entrenamiento físico, era delgado, viril, y muy fuerte, montaba a pelo e incluso decían que era capaz de guiar al caballo con los brazos atados a la espalda. Todo esto lo convertía en una figura interesante para el público femenino de la Antigua Roma.

Comentarios

Olarcos

Sí, siguiente pregunta.

D

y que a Mariano Rajoy le llamaban la trotona de Pontevedra?

D

Cesar!
Qui c'est moi.

g

Más que nada le gritaban: "¡Hombre de todas las mujeres, y mujer de todos los hombres!" Y sí.. cuando Lucio Cornelio Sila lo mandó a tomar por saco, tuvo que chuparle las partes al rey de Bitinia. En esa época aún no estaba calvo y era muy modosito.

D

Y a Rajoy, la trotona de Pontevedra.

D

..pues me suena que tenia un manate masculino...

D

#2 Manante ? Que le manaba al manante

Ripio

#2 Le daba a todos los palos.

Dicho de la época:
"¡Esconded a vuestros maridos y a vuestras mujeres, que llega el putañero calvo!"


PD J. Cesar era muy calvorota.

j

#2 Puede que sí, puede que no. De la Wikipedia:

[...] se le ordenó ir a Bitinia para solicitar a Nicomedes IV la cesión de una pequeña flota con la que asaltar la ciudad rebelde. Al parecer, el rey asiático quedó tan deslumbrado con la belleza del joven mensajero romano que lo invitó a descansar en su habitación y a participar en un festín donde sirvió de copero real durante el banquete. La aventura de César en Asia llegó muy pronto a oídos de los ciudadanos de Roma. En la política romana, acusar a alguien de mantener relaciones homosexuales pasivas era una estrategia común, pues la homosexualidad pasiva, a diferencia de la activa, era considerada una práctica vergonzosa. Sus enemigos políticos proclamaron que se había prostituido con un rey bárbaro y le apodaron «la reina de Bitinia», causando así un gran daño a su reputación. Sin embargo, César siempre desmintió este hecho.