Eric Arthur Blair (más conocido como George Orwell) no era un revolucionario de boquilla. En una época (la nuestra) donde todo el mundo reivindica su capacidad para (re)generar democracias, políticas o sociedades enteras, el ejemplo de Orwell permanece como sinónimo de inteligencia, compromiso y —sobre todo— como apologista del pensador, del crítico, del hombre al que todo le va y nada le viene.
Comentarios
¿Homenaje a Barcelona? El libro es Homenaje a Cataluña... menudo gazapo Debe ser la época de becarios también en jotdown...
La revolución es cosa de solidarios, no de pobres...
Pues si, díselo a Lenin o a Mao que hay que ver la que liaron. El pobre necesita rebelarse contra la tiranía
Las revueltas son por el precio del pan, las revoluciones de listos que saben lo que le conviene a los hambrientos.