Hace 1 año | Por Ripio a rarehistoricalphotos.com
Publicado hace 1 año por Ripio a rarehistoricalphotos.com

Rainey Bethea (nacido en 1909) fue la última persona ejecutada públicamente en los Estados Unidos. Un hombre afroamericano, que tenía 26 años, confesó la violación y el asesinato de una mujer blanca de 70 años llamada Lischia Edwards, y fue ahorcado públicamente en Owensboro, Kentucky después de ser condenado por su violación. Los errores en la ejecución del ahorcamiento y el circo mediático circundante contribuyeron al fin de las ejecuciones públicas en los Estados Unidos.

Comentarios

leporcine

#1 Alucinante, como quien va al cine.

kumo

#1 Cosas de la época. En España, como en UK, la última ejecución pública había sido décadas antes, pero en paises como Francia y USA se retrasaría hasta los '30.

EdmundoDantes

#8 No hasta los 30. En Francia la última ejecución fue en 1977

kumo

#9 Esa no fue pública. La pena capital siguió vigente en muchos sitios después, pero no ya con ejecuciones públicas.

EdmundoDantes

#10 Cierto, decías pública.

ElPerroDeLosCinco

#1 Me parece increíble que esa gente quisiera ver la muerte de una persona. Independientemente de lo que cada uno opine sobre la pena de muerte, o sobre un criminal en particular, creo que una persona "normal" no debería querer presenciar la muerte de nadie.

c

#13 Pues te doy la razón, nadie debería querer presenciar la muerte de nadie. Y al mismo tiempo pienso que si a los hijos de puta que mataron en Coruña a un chaval como una manada de perros cobardes, persiguiéndolo en jauría, asfixiándolo y dándole patadas en la cabeza hasta que lo mataron, si los colgaran de una grúa en la plaza del ayuntamiento, o los descuartizaran en público, yo no sólo iría a verlo, sino que aplaudiría.

Para que veas lo que son las emociones humanas y el sentido de justicia.

#1

P

La última ejecución pública en España fue en Murcia en 1893 y asistieron al espectáculo 30.000 personas.

https://www.laverdad.es/murcia/ciudad-murcia/201509/27/ultima-triste-ejecucion-publica-20150927003105-v.html

Guanarteme

#14 Pensaba que había sido en Barcelona en los años veinte, pero no, la última ejecución pública y además de una mujer, fue en Murcia en 1893.

P

#17 El crimen de la calle Fuencarral. En 1888 fue asesinada una señora en la calle Fuencarral de Madrid y fue acusada su criada, Higinia Balaguer que fue ajusticiada en público en el garrote vil el 19 de julio de 1890 a la edad de 28 años. Cerca de veinte mil personas presenciaron la ejecución.

https://es.wikipedia.org/wiki/Crimen_de_la_calle_Fuencarral

Guanarteme

Este es precisamente el argumento que uso cuando alguien me viene con una "falacia ad antiquitatem": no se puede cambiar nada, no se puede quitar algo que lleva toda la vida porque siempre "ha sido así".

De siempre, a lo largo de toda la historia de la humanidad y en prácticamente todas las civilizaciones, había ejecuciones públicas y ya no. Pues lo mismo se puede aplicar a la tauromaquia, a la corrupción del poder o a determinados planteamientos que no por antiguos, se transforman en aceptables.

Sobre la noticia.... Y a este no lo lincharon, que están "bonitos" los Estados Unidos para darles lecciones de nada a nadie.

Muy de acuerdo en todo...excepto lo de la corrupción del poder, que no creo que sea una "tradicion" como lo demás, sino que va intrínsecamente unido. Por eso, en lugar de "eliminarla", que no se podrá así como así, hay que vigilarla y tomar medidas. Pero como lo deberían hacer los que tienen el poder... es la pescadilla que se muerde la cola wall

c

Antes de leer la entradilla ya sabía que era un negro. La estadística es poderosa.

A

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Es un poco gore, pero da mucha información de como era el mundo de las ejecuciones cuando eran todo un espectáculo de masas. Muy recomendable.

P

Bethea cometió el crimen el 7 de junio de 1936 y fue ajusticiado el 14 de agosto; en poco más de dos meses.

Le sheriff era una mujer que había sucedido en el cargo a su marido que murió. Parece que la mujer podía heredar el cargo de sheriff a la muerte del marido.

El verdugo que liberó la trampilla era un policía jubilado que se ofreció voluntario y se presentó al acto bastante borracho.

Miles de espectadores se congregaron antes del amanecer en un ambiente festivo donde los vendedores de refrescos hicieron buen negocio.

T

Y todavía hemos leído a algún meneante defendiendo la (por supuesto inconstitucional) reintroducción “du couperet”