No se puede bombardear a Hamás para que deje de existir y, en cualquier caso, el conflicto ya no gira en torno a ellos. Los incesantes bombardeos están diseñados para expulsar a los palestinos de la tierra que la derecha israelí desea reclamar para sí. La ciudad de Gaza ha quedado reducida a escombros. Pero con cada "victoria" Israel se convertirá en un perdedor. Internacionalmente, perderá amigos y quedará cada vez más aislado. Si el liderazgo colectivo de Hamas se rindiera hoy, el bombardeo de Gaza continuaría.
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