(...) Occidente está repleto de «coaches», de trabajadores dedicados al «coworking» o al «networking», que son «proactivos» y «resilientes». En esta pandemia se exalta precisamente el ritmo desenfrenado de la producción cuando las condiciones sociales y económicas de muchos ciudadanos son pésimas. Lo fiamos todo a una «cultura del esfuerzo» que puede ser falaz puesto que obvia factores económicos, sociales, personales y políticos que impiden que muchos sujetos consigan sus objetivos.
Comentarios
Yo estoy orgulloso de ser de esos trabajadores que son "A este hijo puta ya lo han dejado por imposible, siempre acaba haciendo le sale de los huevos y nunca le pasa nada"
Que les psicofollen!