Hace 8 años | Por --354522-- a 99u.com
Publicado hace 8 años por --354522-- a 99u.com

«La idea del logo tridimensional me sobrevivo mientras estaba nadando en la playa de Ipanema», explica el director creativo de Tátil, Frederico Gelli. «Estaba bajo el agua y cuando emergí vi las montañas de Dos Hermanos y pensé que teníamos que incorporar las formas y las curvas de todas las montañas de Río de Janeiro.» Visto en: http://www.microsiervos.com/archivo/arte-y-diseno/proceso-diseno-logotipo-juegos-olimpicos-rio-2016.html

Comentarios

¿Y alguien se acuerda (sin utilizar el buscador) de cómo era el logo de alguno de los anteriores Juegos Olímpicos?
Pues eso.

D

#1 Cobi.

Aparte de eso, me gustaría dejar constancia de que no me creo en absoluto algo de lo que cuenta este artículo, y es la parte del "concurso". Según el texto, te presentas a un concurso y no solo te gastas un pastón en subcontratar a una empresa de tipografía para diseñar el logotipo (la parte de texto que acompaña al símbolo) sino que mantienes todo el proyecto en el máximo secreto, incluso para los empleados de la empresa.

A mí, que soy muy mal pensado, esto me suena a encargo bajo la tapadera de concurso en el que el ganador estaba decidido de antemano. Y este artículo forma parte de la clásica campaña de comunicación que acompaña al lanzamiento de una imagen de marca.

Aunque, como he dicho, yo soy muy mal pensado. Supongo que el hecho de haber trabajado muchos años en el mundo de la publicidad, con una gran especialización en el tema de diseño de identidad corporativa, tendrá algo que ver.

#2 Aparte de que Cobi era la mascota y no el logo, tenía que haber acotado más mi pregunta: me refería a los Juegos Olímpicos de este siglo. Yo también me acuerdo del logo de Barcelona 92 y tengo memoria para reproducir de manera aproximada lis de Los Ángeles 84 y Moscú 80 (si me pongo a pensar un rato, tal vez incluso me venga a la cabeza el de Seúl 88). Y precisamente quería decir que muchos de los creativos actuales se esfuerzan en conseguir algo que sorprenda a otros diseñadores, cuando su objetivo tendría que ser lograr que el proyecto se quede en la memoria del público. Hay alguna excepción, claro, pero, por muy bastos que fueran los dibujos de aros, rayas y estrellas de hace terna y cuarenta años, resultaban identificables al primer vistazo