Hace 7 años | Por --432809-- a es.gizmodo.com
Publicado hace 7 años por --432809-- a es.gizmodo.com

La mayoría de grandes recuerdos que guardamos en la biblioteca de nuestra mente tienen un mismo patrón: están marcados por la emoción, aquello que nos mueve en la vida. El resto es el decorado, donde cada uno añade lo que la ciencia ha denominado como los recuerdos falsos verdaderos. Ocurre también que la misma ciencia se ha dado cuenta de que no sólo somos capaces de crear recuerdos (falsos) personales, sino también de construirlos para otros. Por eso hace unos años se llevó a cabo uno de los estudios más importantes sobre la memoria.

Comentarios

ﻞαʋιҽɾαẞ

Recuerdo que una vez eché un polvo.

Mister_Lala

#2 Contando desde que empezó a desvestirse hasta que se secó con la toalla.

Charles_Dexter_Ward

#1 Probablemente no es del todo cierto.

D

#1

Cada vez que ves el extracto bancario ¿no?

Gorgon

Hace tiempo que se sabe que guardamos nuestros recuerdos en una especie de formato zip y que cuando volvemos a acceder a ellos, el cerebro los restaura con lo que por lógica debía de ir en los huecos dejados al comprimir y no con lo que realmente se recuerda de ellos.

Mister_Lala

#7 Yo los comprimí con arj. Soy demasiado viejo.

D

El estudio de Irvine demostró que incluso aquellos recuerdos aparentemente impecables también son susceptibles de manipulación. Todo un problema, porque como apuntaron en la publicación, esto podría tener implicaciones importantes en los campos de la psicología legal y clínica, donde la contaminación de la memoria ha tenido consecuencias particularmente importantes.

sin son capaces de manipular los recuerdos de una persona con una memoria prodigiosa, ni te cuento lo que son capaces de hacer con una persona común

D

#4 Creo recordar que se hizo un estudio con testigos de accidentes de tráfico. Dependiendo de las palabras que usaban al preguntarles sobre los hechos, daban respuestas diferentes sobre la velocidad. A los que les preguntaban usando la palabra "empotrar" daban de media velocidades más altas que a los que les decían "tocar".