Tenemos que elegir entre dos opciones. La primera es la de ser la niña buena de una película. La segunda es la de ser su antítesis, esto es, la niña mala. Pero resulta que la niña buena es fea. Y que la niña mala es rubia, tiene los ojos azules, viste muy bien y es la más guapa del mundo entero. ¿Ahora qué responderemos? Estas preguntas son las mismas que se les pasan por la cabeza a un grupo de niñas francesas de entre 8 y 10 años que asistieron a un falso casting que en realidad resultó ser el material de un cortometraje de Lola Rougier-Onnis
Comentarios
yo prefiero ser malo y feo, no me gustan los falsos dilemas
#1 El papel del malo siempre es más interesante. A no ser que lo pongan tan simplista como en las parodias de 007.
Yo tambien preferiría ser malo a ser feo... o ser listo a ser feo... o ser alto a ser feo... o ser taxidermista a ser feo...
... pero a mi nadie me dió a elegir...
Uno siempre quiere lo que no tiene.
Son los pequeños monstruos que estamos creando.
Más gilipolleces feministas centradas en un sexo. Bravo.