Hace 8 años | Por BBE a politikon.es
Publicado hace 8 años por BBE a politikon.es

En enero de 1995 Robert Crook, un lobista de 57 años, se acercó al Capitolio para pedir la abolición de una ley estatal ligeramente absurda. El estado de Connecticut, por razones que nadie realmente parecía recordar, prohibía cazar ciervos utilizando arco y flechas los domingos. Robert Crook, sin embargo, no contaba con Donald Williams, un joven senador que por motivos que nunca nadie pareció comprender no le soportaba. Williams hizo de sabotear esa ley un objetivo legislativo ese año. Y también el año siguiente. Y al otro. Sin interrupción.