Publicado hace 6 años por galindoleando a mujeresconciencia.com

Recuerdo el herbario que, de adolescente, tuve que hacer en el colegio. La compra de las hojas especiales, la recolección, las páginas de periódicos en las que había que poner a secar los ejemplares recogidos, las enciclopedias haciendo presión para secarlas, la identificación de las plantas y la frustración infinita cuando, a pesar del cuidado y el mimo, las flores se rompían, los pétalos se perdían y los estambres se desintegraban. ¿Dónde estará mi herbario? Lo poco que sé de plantas lo aprendí haciendo / sufriendo aquel herbario.