Publicado hace 2 años por doctoragridulce a revistamercurio.es

En este mundo nuevo, hiperconectado y líquido, el peso de una buena biblioteca se ha reducido tanto que bastan 174 gramos para contenerla: los de un dispositivo Kindle en su versión más sencilla. Sin embargo, y hasta hace no mucho, lidiar con un volumen generoso de libros provocaba grandes problemas de almacenamiento, transporte y ordenación. Una fuente inagotable de dolores de cabeza a la que muchos, sin embargo, no están dispuestos a renunciar, y que ha dado forma a un subgénero literario: los libros que tratan sobre las bibliotecas.