Si hay algo que detesto es al revolucionario blandengue
La Pablomilanesia no se cura. A partir de los veintitantos se convierte en crónica, pero ya sin afecciones graves.
Un articulo sobre Pablo en el que se cita hasta al Tato pero no al innombrable Silvio Rodríguez, como poco sospechoso.
Comentarios
Si hay algo que detesto es al revolucionario blandengue
La Pablomilanesia no se cura. A partir de los veintitantos se convierte en crónica, pero ya sin afecciones graves.
Un articulo sobre Pablo en el que se cita hasta al Tato pero no al innombrable Silvio Rodríguez, como poco sospechoso.