Vivimos un cansino revival de la lectura organoléptica, de la magia del tacto del papel, de lo subyugante del aroma de la tinta y de lo inmarcesible de una tradición centenaria. Se nos dice que la lectura en papel nos hace libres, y la digital nos hace tontos. Todo esto puede parecernos exótico pero, por favor, que nadie vuelva a cantar las excelencias de una tecnología, la del libro analógico, que deja colgados a un montón de lectores que no han tenido la suerte de nacer con todos los sentidos en su sitio.
Comentarios
No entiendo porque la existencia de una tipografía especial para facilitar la lectura a los disléxicos sirva de pie para la crítica de los libros de papel. ¿Alguien me lo explica?
#1 ¿Porque a los libros de papel que tantos halagan, aman y admiran en detrimento del electrónico no se les puede cambiar la tipografía, lo que hace muy difícil o excluye a los disléxicos de su lectura?
#2 Pues que pidan que se impriman usando esta tipografía. Ya ves excusa peregrina
#3 Ya, y entonces hay que hacer una edición para disléxicos, otra para miopes y otra para daltónicos. La gracia del libro digital es que con una sola lo cubres todo.
Y de ahí la crítica, porque hay editoriales que están dejando de publicar en digital por respeto que si al olor, que si al tacto, que si a la experiencia de los sentidos. Cuando a quien le están faltando al respeto es a los que tienen dificultades visuales/auditivas.
#4 Ah espera... que no sabía que "hay editoriales que están dejando de publicar en digital". Con eso totalmente en contra. Y es cierto que lo pone en la noticia al final. Pero eso es una cosa y otra criticar que a la gente le guste los libros en papel (que es como comienza el artículo)