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Nostalgia del capitán Boycott
Uno se entrega estos días a la añoranza y evoca la figura lejana, misteriosa (y brutal) del capitán Boycott, que entregó su apellido a los recovecos de la historia para no quedar en el olvido [...] los jornaleros se negaron a trabajar para él, los comercios a venderle comida (que debió traer de afuera) tanto a él como a su familia e incluso el correo dejó de enviar sus cartas. Para recoger la cosecha debió traer cincuenta trabajadores del norte de Irlanda. El capitán Boycott nunca llegó a saber que presta
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