Los nísperos no son comestibles hasta que no han empezado a pudrirse. Este detalle llamó la atención de los artistas holandeses del siglo XVII, que supieron aprovechar el potencial simbólico de una fruta que comienza a pudrirse antes de madurar. Una fruta que se podría antes de madurar era la manera perfecta de representar la decadencia de la pureza. Y de ahí que la utilizaran en sus pinturas como símbolo de la prostitución, de la falta de sentido común y de la moral en descomposición.  
      | 
 etiquetas:  arte ,  nísperos ,  bodegón ,  prostitución ,  simbolismo