Publicado hace 4 años por LevEneunivchi a revistapolemica.wordpress.com

La derrota de las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial produjo una gran diáspora de fascistas de toda condición, desde grandes jerarcas a simples soldados o funcionarios. No todos se dieron por vencidos y se resignaron a la fatalidad de su destino y no todos renunciaron a seguir influyendo sobre la realidad política. Esta realidad se refleja con gran intensidad en América Latina, donde los fascistas emigrados tuvieron como aliados a las dictaduras militares que abundaron en el continente durante décadas tras la Guerra Mundial.