Él es un chico bellísimo pero - tal como nos cuenta Ovidio en las Metamorfosis - «ignora lo que ve», es decir, está tan cegado por sí mismo que pierde el contacto con el resto del mundo. El joven no solo había rechazado a Eco, sino también a pretendientes de sexo masculino y, según alguna fuente remota, incluso al mismo Eros. El castigo era inevitable: un día el muchacho se asomó al espejo de agua de un estanque, vio su propia imagen reflejada y se enamoró de ella. Y es aquí donde surge la genialidad de Caravaggio.
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«Poco importa. Lo que nos interesa aquí es el pecado que ambos cometieron: Narciso rechazó el amor de los demás, Eco… » ver todo el comentario
Ecco la genialità del pittore (e probabilmente anche il motivo per cui in tanti lo hanno attribuito a Caravaggio): quel Narciso non è disperato, ma è innamorato, ha una dolcezza sul viso che richiama per lui una condizione nuova.
#nontirisparmiounclic
Caravaggio plasma el preciso instante en el que Narciso experimenta algo nuevo.